El compromiso ambiental debe ser política de Estado

Es la séptima mujer desde 1954 en obtener la máxima condecoración que se otorga a ciudadanos eminentes

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En la sede histórica de la Cámara Alta.
Foto: Erik Hubbard.

Julia Carabias Lillo, académica por cuatro décadas en la Facultad de Ciencias, recibió la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República ante representantes de los tres poderes de la Unión.

En sesión solemne, en la sede histórica de la Cámara Alta, Ernesto Cordero, presidente de la mesa directiva, le impuso la presea que sólo seis mexicanas habían merecido en la historia del reconocimiento; la más reciente, Griselda Álvarez en 1996.

Ante el presidente Enrique Peña Nieto, así como los titulares de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la Cámara de Diputados, Julia Carabias argumentó por qué los temas ambientales deben ser una política de Estado. “Tenemos un compromiso con los jóvenes y las futuras generaciones. Debemos modificar el rumbo con un código de ética de respeto a la naturaleza e incorporación de la biodiversidad en todas las políticas públicas”.

En la tribuna legislativa, ya con la insignia impuesta, Carabias Lillo dijo a los representantes populares que un país que no mantiene sus ecosistemas y recursos naturales sanos se empobrece, vulnera su soberanía y no tiene porvenir.

Manifestó que sí hay alternativas para la crisis ambiental que padecemos, y uno de los elementos para el cambio es basar la toma de decisiones en la mejor ciencia disponible, “aunque esto no forme parte de la cultura política nacional”.

Se necesita “ciencia de calidad y México la tiene, y sobre todo ponerla al alcance de quienes toman las decisiones y estén dispuestos a asumir el costo político de una decisión informada”, expresó.

En el salón de sesiones de la antigua casona de Xicoténcatl, en el corazón de Ciudad de México, la académica universitaria expuso que la ruta actual de vida nos lleva a un callejón sin salida, donde los problemas éticos nos confrontan.

“Estamos limitando las opciones de las generaciones futuras y alterando las condiciones de vida de otros seres vivos, y quizá el curso de la evolución”, lamentó.

La veneración al mercado, el consumo enajenado, la falta de criterios ambientales en los sistemas de producción, así como el incremento poblacional, explicó, son los principales factores que están degradando los propios recursos naturales.

Carabias Lillo dejó en claro que no estamos ganando la batalla y el deterioro ambiental avanza más rápido. “Noventa por ciento de la selvas tropicales húmedas se ha perdido, también 16 por ciento de los acuíferos de los que depende la agricultura de riego, y 83 por ciento de las pesquerías están al límite o rebasadas”.

Finalmente, se dirigió al jefe del Ejecutivo para solicitar que, tras su visita de hace 366 días a la Selva Lacandona, continúe el apoyo a esta zona, la más compleja y completa en biodiversidad de la nación, para que sea convertida en un ejemplo de política ambiental de largo aliento.

Previo a la ceremonia, Julia Carabias fue felicitada por el rector Enrique Graue. Luego asistió a la develación del muro de honor al cual, en letras áureas, se agregó su nombre como recipiendaria de la medalla 2017. Asimismo, acudió a una guardia de honor frente al monumento a Belisario Domínguez.

Realizó sus estudios de licenciatura y posgrado (1973-1981) en biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Ha impartido cursos desde 1977 en esa entidad académica, así como en otras instituciones, en materia de ecología, manejo de recursos naturales, restauración ambiental, conservación de ecosistemas y políticas públicas.

Ha sido acreedora a los premios Getty (2000), Cosmos (2004) y Campeones de la Tierra de la ONU (2005). Entre 1984 y 1994, coordinó el Programa de Investigación y Desarrollo Rural de Aprovechamiento Integral de Recursos Naturales, y fue secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca de 1994 a 2000.

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