Mujeres, sólo 29% de investigadoras en el mundo

Ese porcentaje aumenta en Latinoamérica y el Caribe, con 45 por ciento; en México apenas alcanza 36 por ciento

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En el mundo, sólo 29 por ciento de los investigadores son mujeres. Este porcentaje aumenta en Latinoamérica y el Caribe, con 45 por ciento, y en México apenas alcanza 36 por ciento. En países asiáticos y árabes la situación es peor, afirmó Miriam Peña, secretaria académica del Instituto de Astronomía (IA).

Al dictar la conferencia de apertura de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, que se celebró el 11 de febrero a iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas, la universitaria señaló que tales porcentajes son muy bajos, dado que el sector femenino representa la mitad de la población.

“La humanidad no está aprovechando la capacidad intelectual de las mujeres en el desarrollo científico, y es muy importante que se promueva. Se necesita que tanto ellas como los hombres participen en esto porque hay tremendos problemas por resolver, como la pobreza y el cambio climático.”

En México, explicó Peña, hay 27 mil 800 integrantes del Sistema Nacional de Investigadores de todas las disciplinas, lo cual representa sólo 0.2 por ciento de la población. De ese total, sólo 36.6 por ciento son mujeres. Aunque hay un avance, dado que en 1990 ellas representaban 21 por ciento, aún falta mucho por hacer.

Rezagadas históricamente

La astrónoma reconoció que la intervención femenina en el ámbito científico ha existido desde la antigüedad, pero siempre en números muy pequeños. “Hemos estado rezagadas en ese sentido”, afirmó en el Auditorio Parish Pishmish del IA.

Las mujeres, en general, no son apoyadas para realizar una carrera científica aunque demuestren que tienen muy buena capacidad. Cuando lo logran, se desarrollan más lentamente por factores como el embarazo y la maternidad, y obtienen poco reconocimiento. “Ocurre que a igualdad de méritos para un trabajo, se selecciona al varón. Y en igual puesto, ellas obtienen un salario menor”.

En México pasa lo mismo; tampoco son estimuladas para seguir una carrera, y mucho menos si es científica, como física o matemática. Aún persiste la idea de que no tienen el potencial intelectual y de que su papel social es criar a los hijos y desempeñar labores domésticas.

Aún más: se espera que el desarrollo de ellas sea en el plano social, que sean bonitas, arregladas y educadas para conseguir un buen marido, y cuando una dice que quiere ser científica sus padres le preguntarán por qué y le dirán: “¿No las has visto? Son feas, desarregladas, no tienen impacto social, tampoco ganan mucho”.

No nos dejemos impresionar, sentenció. Las jóvenes tendrían que seguir una licenciatura científica si ese es su interés; ellas pueden y deben desarrollarla si esa es su pasión.

Las chicas deben seguir el ejemplo de otras mujeres “fantásticas y atrevidas” de todas las épocas, quienes han demostrado su capacidad en el medio científico, como Marie Curie, la más conocida de todas, quien fue la primera mujer en ganar un Premio Nobel, en 1903, en el área de Física, y en 1911 obtuvo el de Química por sus trabajos en radioactividad.

Por último, Miriam Peña mencionó que esos galardones han sido otorgados a 844 hombres, 48 mujeres y 27 organizaciones. De ellas, 16 obtuvieron el Nobel de la Paz, 14 el de Literatura; 12 el de Fisiología y Medicina; cuatro el de Química; dos el de Física y una el de Economía. En las ciencias duras muy pocas han sido reconocidas.

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