Amor es más laberinto, de Sor Juana Inés de la Cruz

Adaptación contemporánea de un clásico del barroco

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Teseo, príncipe de Atenas, se ha convertido en víctima del rey Minos, gobernante de Creta que para vengar la muerte de su hijo Androgeo, exige cada año que siete jóvenes atenienses sean entregados para morir en el laberinto del Minotauro.

El joven príncipe es llevado al reino de Minos para ser condenado. Allí ruega por su vida; aunque sus plegarias son despreciadas por el gobernante, su gallardía logra tocar los corazones de Ariadna y Freda, hijas del rey. Así comienza la comedia secular que escribió Sor Juana Inés de la Cruz con fray Juan de Guevara en 1688 y en la que se basaron Gilberto Guerrero, Paola Izquierdo y Ortos Soyuz para montar Amor es más laberinto, de Teatro UNAM.

Mitología griega

La puesta en escena, dirigida por Guerrero, retoma la obra dramática de Sor Juana Inés de la Cruz, inspirada en la mitología griega. Teseo logra vencer al Minotauro, el guardián del laberinto con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Adaptación contemporánea en donde el tema central es el amor.

Freda (Sonia Franco) y Ariadna (Paola Izquierdo) intentan liberar a Teseo (Ortos Soyuz), mientras realizan malabares para alejar a sus enamorados, Lidoro (Martín Becerra) y Baco (Fernando Memije), desatando así una serie de enredos causados por celos, cartas con destinatarios equivocados y malentendidos. ¡De celos y agravios muero! ¡De cólera y celos rabio! Se lamentan los pretendientes de las infantas, Lidoro y Baco al no ser correspondidos, mientras que Racimo (Ginés Cruz), el criado, se burla: ¡Yo me muero de risa de ver tan grandes menguados!

La historia se desarrolla en medio de una escenografía constituida por una estructura en forma de arcos, que permite fluir a los actores y jugar con éstos para transformar el espacio en la sala del palacio, en balcones, puertas o en el laberinto.

La valentía e ímpetu que Teseo muestra al vencer al minotauro y una intempestiva invasión por parte de los atenienses, hacen que Minos lo perdone y le conceda, además, la mano de Freda. Mientras que Ariadna, resignada, se casa con Baco, poniendo final así a esta historia de entrecruzamientos del amor.

Con esta adaptación, Gilberto Guerrero retoma este clásico que hace eco en la vida cotidiana porque nos habla de las vicisitudes a las que se enfrentan los seres humanos cuando aman. Un tema que ha sido recurrente desde la antigüedad, la época barroca y la actualidad. La obra está pensada para que el público joven reflexione sobre estos asuntos, pero también que se diviertan con la trama.

Amor es más laberinto se presenta hasta el 20 de mayo, en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario. Más información: www.teatro.unam.mx.


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