A 37 años del incendio en la Cineteca

El 24 de marzo de 1982 en las antiguas instalaciones de la Cineteca Nacional robaron a varias generaciones de un tesoro fílmico

Cineteca

La Cineteca Nacional, ubicada en la Avenida México Coyoacán, en el pueblo de Xoco, es uno de las paradas cinéfilas más queridas del país. Miles de personas llenan sus salas todas las semanas esperando ser deleitados por la luz del proyector. No obstante, muchos de sus asistentes desconocen que casi cuatro décadas atrás el recinto tenía una dirección diferente que fue consumida por las llamas.

Todo comenzó la tarde del 24 de marzo de 1982, las crónicas apuntan que se proyectaba La tierra de la gran promesa, de Andrzej Wajda, cuando el fuego se hizo presente en la sala Fernando de Fuentes para sorpresa de los asistentes de la Cineteca Nacional.

Los bomberos combatieron el incendio por más de 10 horas. Según la información de las autoridades correspondientes, tres personas murieron en el lugar: Venustiano González, entonces como jefe de bomberos; Taide Gómez, empleada de la institución cultural; y José Mercedes Castillo. Se especuló que las víctimas mortales ascendían a más de 20, pero dicha información jamás se comprobó.

Del saldo cinematográfico tampoco hubo cifras certeras, pero ex empleados del lugar apuntaron que más 6 mil negativos (muchos primeras copias de exhibición del cine mundial en nuestro país) se perdieron entre las llamas junto a más de 2 mil guiones, 9 mil libros, una serie de dibujos originales de Diego Rivera, negativos de fotografías de Manuel Álvarez Bravo, el archivo fílmico de la presidente de Plutarco Elías Calles y mucho más.

Hace unos años, el documental Los rollos perdidos, de Gibrán Bazán, buscó esclarecer lo sucedido ese funesto día de 1982. La cinta narra la historia del incendio y del material filmado por Servando González –famoso por su trabajo detrás de la cámara en Viento negro– el 2 de octubre de 1968 durante la represión de estudiantes, que las leyendas urbanas colocan en las bodegas de la antigua Cineteca.

En el largometraje de Bazán, diversos especialistas abordan la importancia de los materiales perdidos en la trágica jornada y la manera en que la educación cinematográfica del país se vio truncada debido al suceso.

Asimismo, en pantalla el crítico y profesor del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), Jorge Ayala Blanco, apunta que el percance pudo haber sido provocado por unas latas almacenadas fuera de lugar en un closet detrás de la pantalla de la sala Fernando de Fuentes. Sus dichos no han podido ser comprobados y existen otras tres versiones sobre el posible inicio del incendio.

Margarita López Portillo, entonces titular de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) y unas las figuras más criticadas de la historia fílmica del país, declaró entonces: “yo sabía que esto iba a suceder… el archivo histórico del cine mexicano se ha perdido”, además de deslindarse de la catástrofe porque el lugar “era un centro de trabajo edificado sobre una bomba” desde su creación en 1974.

Los daños fueron incalculables. Los errores cometidos en la construcción de la primera Cineteca Nacional fueron tomados en cuenta cuando un par de años después se inició la construcción de la nueva sede en su ubicación actual, donde todos los días los asistentes esperan enamorarse una vez más del cine.

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