Referente de la geografía mexicana

A escena, la diversidad sexual

Refugio nocturno para dar cabida a confesiones, resentimientos, frustraciones y confusiones

A escena, la diversidad sexual.
Foto: Luis Nolasco.

La caja negra del Centro Universitario de Teatro (CUT) se transforma durante dos horas y media en refugio nocturno, eco de confesiones, resentimientos, deseos no cumplidos, frustraciones y confusiones de quienes quieren huir para protegerse del mundo, en la puesta en escena King Kong Cabaret.

Generación 2015

En esta obra, los alumnos de la generación 2015 del CUT dan vida a personajes de diversas orientaciones y preferencias sexuales; identidades de género y expresiones de género: lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero y travestis para profundizar sobre la naturaleza humana de aquellos que “subsisten como parias en una sociedad que los niega”.

El King Kong Cabaret es un lugar donde la diversidad sexual cobra relevancia. Resguardados en 11 estrechos camerinos rectangulares, cada uno de los personajes, entre el glamour y la desnudez, esperan a que la noche les favorezca. Ya en escena cantan, hacen playback, bailan flamenco, charlestón y tap. Se confrontan y denostan, se compadecen de sí mismos y reclaman en un tono airado a sus castrantes madres y padres homofóbicos y castigadores. La perfección está lejos.

Aquí no hay pájaros que canten. Nadie que sea normal, ni gente decente frente a luminosos espejos. Eso sí, confluyen aspirantes a diosas, fenómenos, animales salvajes, demonios y prostitutas, a los que se suman hombres sutiles y delicados, tipos con falsos miembros genitales y con curvas de hule espuma, de piernas y nalgas de ensueño, hombres a los que les aburre su vida como hombres. Dos sexos y ninguno. Nadie a quien rescatar de los escombros después de un temblor.

Pasiones e identidad

En tanto aprenden a dejar de respirar, a mecer la sombra entre los brazos y a reír para no ser consumidos por la desgracia, los personajes del King Kong Cabaret “nos invitan a reflexionar sobre nuestras pasiones e identidad” comentó Hugo Alfredo Hinojosa, autor de la obra.

¡Que no pare la música! El mejor número de la noche es sentirse vivo. Además de coger, también se va al King Kong a confesarse. La batalla de todos los días es para no sentirse tan miserable y desamparado.

De repente está temblando y el cabaret se derrumba, no hay salidas de emergencia. Altair, Letha, Ajax, Gaia, Calandre, Persis y sus demás compañeros dejaron de sonreír entre los escombros. Mueren para olvidar. Hiedra, Bastiaan, Nyx, y Naia exclaman casi agónicos: “Vengan a sacarnos de la muerte”, “les pedimos perdón por nacer”. Brontë y Aricia ya no tienen tiempo para arrojarse al abismo. Olvidados incluso en medio de la tragedia.

La dirección escénica de King Kong Cabaret es de Lorena Maza y el diseño del vestuario y escenografía de Eloise Kazan. Funciones de jueves a sábado, a las 19 horas y domingos a las 18 horas, hasta el 24 de junio. La entrada es libre.

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