Acceso digital a colecciones biológicas

Este año se cumplen 60 años de la fundación del Jardín Botánico

Foto: Erik Hubbard.
Foto: Erik Hubbard.

Es imposible proteger aquello que no se conoce, de ahí la importancia de que la UNAM, mediante el Instituto de Biología (IB), tenga ya un progreso mayor a 90 por ciento en la digitalización de las colecciones biológicas nacionales, destacó William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica de esta casa de estudios.

Durante la presentación de los avances del proyecto, así como la asignación del folio un millón 500 mil a una hortensia del Herbario Nacional, agregó que iniciativas como ésta son fundamentales para que un país como México conozca su biodiversidad.

“Parte esencial de colecciones como éstas es tener variantes (de la biodiversidad), porque, de lo contrario, seremos ciegos para ver los riesgos respecto a problemas como la contaminación, la urbanización o el cambio climático. Es primordial que una nación como la nuestra tenga el conocimiento más amplio posible de ella”, expresó Lee Alardín, ante estudiantes e investigadores reunidos en el Auditorio del Jardín Botánico, del Instituto de Biología.

Fundado en 1959 por Faustino Miranda, llegado a México debido al exilio español, y Manuel Ruiz Oronóz, el Jardín Botánico fue inaugurado oficialmente el 8 de febrero de 1961 e integrado al Instituto de Biología.

“Estamos recordando también el 80 aniversario del exilio español con uno de los más famosos exiliados, el doctor Miranda, y sería bonito combinar las dos efemérides”, consideró José Sarukhán Kermez, exrector de la UNAM y exdirector del IB.

Desde su creación, el objetivo del jardín fue mantener una colección de plantas vivas representativas de la diversidad vegetal de México, que apoyara a la investigación y educación, poniendo especial énfasis en conservar plantas raras o endémicas de las zonas tropicales y áridas del país y de familias botánicas como las agaváceas, cactáceas y orquídeas.

“Este jardín –comentó– es el único en una zona de ocho millones de habitantes, si contamos la capital de la nación, pero si se incluye el área Metropolitana sería de cerca de 22 millones de personas, agregó el director de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

La digitalización

La referida digitalización estuvo a cargo de Ubaldo Melo Samper Palacios, de la Unidad de Informática para la Biodiversidad, quien precisó que el trabajo se inició en 2012 y comprende material proveniente de diferentes colecciones no sólo del herbario, sino también de peces, moluscos e insectos, entre otras.

Miguel Murguía Romero añadió que a lo anterior se suma la creación de un sistema web (www.indata.ib.unam.mx), que permite visualizar los registros de las colecciones resguardadas por la UNAM de forma sencilla, ofreciendo en cada caso el nombre científico, los datos de colectores, el folio de colecta, la fecha en que fue resguardada, una referencia precisa o parcial del sitio donde fue encontrado, la altura y otros datos de gran valía para conocer a fondo la riqueza biológica del país.

Víctor Manuel Sánchez-Cordero, director del IB, dijo que una vez que termine la digitalización de las colecciones, que actualmente tiene un avance de más de 90 por ciento (excepto la de insectos), el Instituto tiene el compromiso de darle continuidad a la labor de registrar datos de forma digital de los ejemplares que se irán poco a poco agregando.

Eso, precisó, además de avanzar en la incorporación de los códigos de barras y georreferenciar las entidades de donde provienen muchos de los ejemplares, pues en varios de los casos no se cuenta con datos exactos.

Tila María Pérez, directora general de Repositorios Universitarios, felicitó al IB por el trabajo realizado, agradeció a la Conabio y al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por el apoyo económico para esta tarea, y a la Universidad por impulsar este tipo de proyectos.

El Herbario Nacional otorgó el folio un millón 500 mil a la hortensia Hydrangea sousae, la cual fue colectada en Motozintla, Chiapas.

La planta recibe su nombre en honor de Mario Souza Sánchez, fallecido en 2017, quien fue uno de los impulsores y creadores del Herbario Nacional durante muchos años y uno de los principales impulsores del crecimiento de la colección que llegó a una cifra récord de la conservación de plantas.

El ejemplar, de flores blancas, fue colectado en 2012 en la selva mediana perennifolia y es una especie amenazada debido a la deforestación y los cambios de uso de suelo en la región donde fue encontrada, detalló David Sebastián Gernandt, actual jefe del Herbario Nacional.

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