Ante explosión del Popo, esencial atender indicaciones de Protección Civil

Ana Lillian Martín del Pozzo, del Instituto de Geofísica de la UNAM, recalcó la necesidad de usar tapabocas y evitar actividades al aire libre en zonas afectadas por la ceniza volcánica

volcan

El Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED) informó que el Popocatépetl presentó una explosión a las 21:38 horas del lunes 18 de marzo, acompañada por una columna de 4 km de altura y fragmentos. Esta actividad se encuentra dentro de los escenarios del semáforo de alerta Amarillo Fase 2.

La doctora Ana Lillian Martín del Pozzo, investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM e integrante del Comité Científico que analiza este tipo de eventos, comentó en entrevista para Gaceta de la UNAM que es importante estar al pendiente de la información oficial respecto de la explosión, para evitar afectaciones en nuestra vida diaria.

“El semáforo continúa en el mismo nivel, Amarillo Fase 2. Tuvimos una reunión del Comité Científico y vimos que efectivamente ha subido material nuevo, éste está saliendo a través explosiones que producen bloques y cenizas. Las recomendaciones son, obviamente, cuidarnos de la ceniza, usar tapabocas, tener cuidado de no hacer actividades al aire libre cuando se tenga ceniza, mantenerse atentos a las recomendaciones de las autoridades de protección civil y respetar la zona de exclusión de 12 km”, alertó.

La académica del Instituto de Geofísica dijo: “debemos tener presentes siempre tres aspectos. Primero, informarse, pero por las vías correctas. Segundo, evitar el acceso a la zona de doce kilómetros de exclusión, por algo se determinó esa distancia, es la zona en que caen los fragmento balísticos y en la que murieron los alpinistas en la explosión de 1996. Tercero, tomar medidas pertinentes sobre la ceniza, usar tapabocas con pliegues y evitar labores al aire libre.”

Hasta el momento, la zona más afectada por la explosión y la dispersión de ceniza se ubica entre el volcán Iztaccíhuatl y la ciudad de Puebla. Sin embargo, una modificación en la dirección del aire o en la altura de la columna de la explosión podría ampliar la zona afectada.

“Dependiendo de la altura de la columna, son los tipos de vientos que la afectan y para dónde la dispersan. Ahorita, el viento de las últimas semanas ha llevado el material hacia el noreste y este, del Iztaccíhuatl hasta Puebla. La semana anterior, los vientos trajeron ceniza más fina a la zona conurbada. Debemos estar atentos, ver cómo está la actividad y revisar si hay ceniza en la atmósfera para protegernos”, explicó la investigadora.

“Nosotros podemos ver cómo está la actividad en este momento, han subido diferentes pulsos de magma, tenemos alta temperatura en el cráter. gases, anomalías magnéticas y diferentes parámetros que se miden en el volcán. Es lo que sabemos ahorita, es como un médico, podemos tener datos sobre la salud pero debemos seguir el monitoreo”, finalizó Martín del Pozzo.

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