Clara Schumann, clave para la carrera de su esposo Robert

La compositora estrenó la mayoría de sus obras cuando su marido se lesionó una mano; Se consagró como una de las grandes concertistas europeas del siglo XIX

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Clara Schumann fue una pianista y compositora alemana, consagrada como una de las grandes concertistas europeas del siglo XIX. Su carrera fue clave en la difusión de las composiciones del también pianista Robert Schumann, con quien estuvo casada durante varios años.

Clara Schumann fue admirada por otras personalidades de la época como Goethe, quien la conoció siendo muy joven, en la época en que alternaba los juegos infantiles con su formación musical. También conoció personalmente a Félix Mendelssohn, Frederick Chopin y Niccolò Paganini.

Además de su trabajo como pianista, Clara escribió su propia música y editó varias obras de su esposo. No compuso una enorme cantidad de piezas pero el material que se conserva de ella, ofrece mucha calidad y tiene hoy un gran mérito. Sus composiciones fueron para piano solo, canciones para voz y piano, música de cámara, orquesta y música coral a capela de singular belleza. Clara Schumann tuvo una formación musical privilegiada, que gracias a su comprensión musical y habilidad abordó la composición, marcando un estilo propio, de gran elocuencia.

Friedrich Wieck, famoso maestro de piano, quiso convertir a su hija Clara en una brillante concertista. Para eso le pagó una onerosa educación, la niña tomó clases con los mejores maestros de Europa. Cuando Clara tenía apenas once años conoció a Robert Schumann, un hombre nueve años mayor que ella, quien se impresionó ante su belleza y sensibilidad.

Entre ambos surgió una estrecha amistad que no tardó en convertirse en amor, sin embargo decidieron ocultar su relación hasta que la joven cumplió 18 años. Tras la enérgica negativa de su padre para que Clara y Robert se casaran, la pareja lo hizo un día antes de que ella cumpliera la mayoría de edad. Esa decisión provocó una batalla legal para invalidar la boda, la disputa afianzó su amor.

El padre de Clara nunca dudó del genio de Schumann pero sí de su capacidad para mantener a su hija, y el tiempo le daría la razón: Ella sería para su esposo una excelente inversión. Robert y Clara se amaban profundamente. Compartieron muchas cosas de su vida y de su música, que era para ambos parte fundamental de su existencia. Desde el día de su boda tuvieron un diario en común. Un tiempo después, la pareja escribió un conjunto de canciones, que Robert publicó ocultándoselo a Clara para presentárselas en su primer aniversario de matrimonio.

Gracias a su gran fortaleza espiritual, Clara soportó una vida dura como artista y llena de tragedias personales: La separación de sus padres, la muerte prematura de varios de sus hijos, el intento de suicidio y la posterior muerte de su esposo.

La mujer detrás del piano

Cuando Robert Schumann se lastimó una mano, debió interrumpir su carrera de concertista y entonces fue Clara quien estrenó la mayoría de sus composiciones. Desde muy joven comenzó a tocar en público las obras de Robert, quien se dedicó a escribir primero exclusivamente para piano y conjuntos de cámara pequeños, pero después triunfó como compositor con su primera sinfonía y con sus obras de cámara.

Las obras de Robert están llenas de significados extra musicales, donde Clara aparece constantemente. Su carrera continuó en los más altos niveles profesionales, hasta pocos años antes de su muerte. Realizó alrededor de 40 giras de conciertos por el continente europeo, en todos lados era recibida con los más altos honores. Clara Schumann fue una profesional también en el sentido económico, cobraba igual que otros virtuosos de la época, pues por mucho tiempo fue el único soporte de su familia.

Clara Schumann tenía algunas inseguridades: dudaba de su talento como compositora, no se consideraba bella, e incluso como pianista después de escuchar a Franz Liszt, pensaba que si bien tocaba mejor que las pianistas de la época, no tenía nada que hacer frente al virtuoso húngaro. En ese sentido escribió en su diario: “Alguna vez creí que tenía talento creativo pero he renunciado a esta idea, una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así que ¿por qué podría esperarlo yo?”.

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