Coloquio sobre filósofo criollo del siglo XVIII

Su importancia está en que fue el primero en emplear el concepto nación mexicana, afirmó Carmen Rovira en conferencia magistral

Foto: Justo Suárez.
Foto: Justo Suárez.

La importancia de Pedro José Márquez, criollo y jesuita del siglo XVIII, en el pensamiento filosófico mexicano radica en que fue el primero de su época en emplear el concepto nación mexicana, planteó la filósofa Carmen Rovira, en el coloquio Pueblos Indígenas, Democracia y Proyectos de Nación, organizado por la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) y el Posgrado de Filosofía de esta casa de estudios.

En la conferencia magistral Pedro José Márquez y la Nación Mexicana con la que se inició el encuentro, Rovira destacó el papel histórico del grupo de filósofos poco conocidos, “nuestros jesuitas desterrados a Italia”.

Enseguida caracterizó su obra. En primer término advirtió una actitud de apertura a la filosofía y a la ciencia moderna; también, dijo, hay una crítica a la metodología tradicional empleada en la enseñanza, y una defensa de la mexicanidad basada en la toma de consciencia que tiene como propósito dar a conocer en Europa la cultura y el arte mexicanos. “Márquez se adelanta a su época”, estableció la académica.

Respeto al otro

En opinión de Rovira, en el pensamiento de los jesuitas mexicanos del siglo XVIII se encuentra una posición humanista entendida como absoluto respeto al otro, consecuencia de un proceso de racionalidad que responde a una situación concreta de colonialismo y que implica una postura y, lo que es más importante, una protesta a éste; es un humanismo relacionado con lo social concreto.

“Por ello su pensamiento adquiere un carácter de universalidad y, por lo tanto, un humanismo que abraza a todos sin distinción. Márquez lo dice: sin distinción de color, de religión o de pensamiento. Es la unión total entre todos los hombres.”

“La Ilustración francesa nunca planteó la igualdad entre hombres, por ejemplo, con los africanos o con los asiáticos. En cambio Márquez lo plantea en su obra: todo hombre es igual de acuerdo con la filosofía. Esto es lo que hemos olvidado de manera imperdonable los mexicanos: estudiarlos, conocerlos a fondo.”

Igualdad

En la Sala Luis Villoro del Instituto de Investigaciones Filosóficas, la profesora aceptó calificar al grupo con el título de nuestros clásicos. Márquez, aseguró, reafirma su discurso humanista planteando la igualdad entre los hombres con una conciencia filosófica.

Enseguida citó al jesuita: “El verdadero filósofo es cosmopolita, o sea ciudadano del mundo. Tiene por compatriotas a todos los hombres y debe saber que cualquier lengua por exótica que parezca, puede, en virtud de la cultura, ser tan sabia como la griega. Con respecto a la cultura, la verdadera filosofía no reconoce incapacidad porque haya nacido blanco o negro o porque haya sido educado en los polos o en la zona tórrida”.

En su momento, consideró la universitaria, Márquez habla más justamente que los ilustrados franceses. La Ilustración francesa nunca planteó la igualdad entre hombres, por ejemplo, con los africanos o con los asiáticos. En cambio Márquez lo plantea en su obra: todo hombre es igual de acuerdo con la filosofía. Esto es lo que hemos olvidado de manera imperdonable los mexicanos: estudiarlos, conocerlos a fondo, concluyó.

En la presentación, Ambrosio Velasco, organizador del coloquio y coordinador del Proyecto de Investigación Nación, Democracia y Diversidad Cultural, se refirió a la investigadora como pilar fundamental de la filosofía en la FFyL y una de las académicas más reconocidas en todo el mundo dedicada a la filosofía iberoamericana y mexicana.

Alumna predilecta de José Gaos; condiscípula de destacados pensadores como Luis Villoro y la única que continuó estudiando la historia de la filosofía en México en sus fuentes originales en el contexto iberoamericano.

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