Cónclave poético en Casa Universitaria del Libro

31 vates leyeron dos poemas de su obra

En la colonia Roma. Foto: Itzel Romero.
En la colonia Roma. Foto: Itzel Romero.

Previo a su cita en Morelia y San Luis Potosí para el XX Encuentro de Poetas del Mundo Latino, 31 de los 46 participantes leyeron cada uno, un par de poemas de su obra en la Casa Universitaria del Libro (Casul) de la UNAM.

Llegaron de distintos países de Europa y América del Sur, de Canadá y de 16 estados de la República Mexicana a un encuentro, el más persistente, que a principios de los años 80 del siglo pasado organizaran Marco Antonio Campos, cuando fungía como director de Literatura de la UNAM, y Víctor Sandoval, que se desempeñaba como subdirector del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Reunión de poetas que en un principio contara con el respaldo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, del INBA y de esta casa de estudios, la única institución que desde el inicio de esta aventura la sigue promoviendo y apoyando hasta la fecha.

A partir de 1999 se incorpora al proyecto el Seminario de Cultura Mexicana para efectuar la reunión durante tres años en Oaxaca, luego hacerlo 10 años continuos en Michoacán, trasladándose posteriormente a Aguascalientes y regresar, al fin a Morelia, y ya en este 2018 extendiéndose a la ciudad de San Luis Potosí.

Asistentes

Algunos de los poetas asistentes son Eudoro Fonseca, Armando Romero, Rafael Soler, Jean Portante, Philippe Mathy, Emilio Coco, Ioana Gruia, Jean Pierre Lemaire y Stefaan van den Bremt, traductor de la obra de Jaime Sabines y Octavio Paz, y también del Premio Zacatecas 2017 por la publicación de la obra completa de Ramón López Velarde.

Voces y miradas de poetas en la colonia Roma se turnaron para hablar de sus memorias del futuro, de las cautelosas sombras del silencio, de sus padres, hijos y de sí mismos, o sólo para hacer notar el andar maduro de los abuelos y la carrera inocente de un gato, y de paso nombrar los gestos repetidos, expresar la intensidad del tiempo, atravesar el aire sin respirar, el tufo de la muerte. Fueron voces y miradas para recordar inocentemente paraísos distantes y abrir sus brazos a los pájaros en el fondo secreto del cielo.

También podría gustarte