CUEC: 55 años de riqueza fílmica

Ariel de Oro por 50 años de experiencia; 20 cursos de extensión académica al año; más de cien libros editados; más de mil 100 cintas estudiantiles producidas

María del Carmen de Lara, Jorge Fons y Rafael Aviña. Foto: Francisco Parra.
María del Carmen de Lara, Jorge Fons y Rafael Aviña. Foto: Francisco Parra.

Ariel de Oro por 50 años de Experiencia; 20 cursos de extensión académica al año; más de cien libros publicados; 17 largometrajes producidos; más de mil 100 cintas estudiantiles producidas; Muestra Fílmica en más de 20 sedes; cuatro mil 400 metros cuadrados de construcción y una sala de Mezcla Átomos TM, única en Latinoamérica, son tan sólo algunos de los resultados de 55 años de labor del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC).

En el inicio de los festejos por el quincuagésimo quinto aniversario de esa entidad universitaria, que incluyó la proyección de la cinta Caridad, en presencia de su realizador Jorge Fons, el coordinador de Difusión Cultural, Jorge Volpi refirió que el Centro es un ejemplo de una institución que nace como una pequeña aventura y que va transformándose poco a poco, a lo largo de cinco décadas y media, en un referente mundial de excelencia en las escuelas de cine.

Calificó como un orgullo para la UNAM contar con una entidad ejemplar en todos los sentidos y por el trabajo que ha desarrollado a lo largo de todas las generaciones que se han sucedido, de alumnos, maestros y directivos.

El CUEC, sostuvo, es un modelo de perseverancia, talento, rigor artístico y de investigación. Por ello, “este es un día de fiesta para el Centro, la Coordinación de Difusión Cultural, la Universidad Nacional y para la cultura del país”.

En la Sala Manuel González Casanova de la propia instancia universitaria, su directora, María del Carmen de Lara Rangel, anunció la realización en septiembre próximo de una exposición y mesas con la participación de fotógrafos egresados, como Paulina Lavista, Elsa Medina y Javier Hinojosa, además de ocho programas que abarcarán una serie de películas que han marcado el CUEC, como El grito, que también estará presente en la conmemoración del Movimiento Estudiantil de 1968 (M68).

Asimismo, resaltó la realización de la Muestra de Cine del CUEC, con el trabajo que los alumnos generan cada año, a efectuarse hasta diciembre en distintos recintos de la UNAM y en otras sedes, incluidas algunas entidades de la República.

Finalmente, adelantó que junto con Imcine se lanzará un pequeño canal del CUEC en la plataforma Filminlatino, todo ello como parte de los festejos.

El público asistente, alumnos, egresados, directores y maestros decanos del Centro, disfrutaron la proyección del cortometraje de Jorge Fons, que junto con otros dos, conformó Fe, esperanza y caridad.

Luego, el crítico de cine Rafael Aviña recordó que en 1960, Gaceta UNAM publicó un evento que organizaba la Sección de Actividades Cinematográficas, donde se anunciaban las famosas 50 lecciones de cine. Tal es el antecedente directo de la creación del CUEC. Las lecciones se hicieron en la Facultad de Filosofía y Letras, a las 8 de la noche entre semana y a las 6 de la tarde los sábados. Entre los profesores estaban Juan de la Cabada, Gabriel García Márquez, Salvador Elizondo, José Revueltas y José de la Colina. Las clases coincidieron con la creación de la Filmoteca de la UNAM.

Jorge Fons, integrante de la primera generación decuando comenzó actividades el Centro, Radio UNAM tenía un espacio muy grande de estacionamiento y un pequeño auditorio, “que nos prestaron para iniciar las clases. Ahí hicimos el primer año, éramos 18 alumnos; el único profesor que pertenecía al cine profesional era José Revueltas y nos daba la clase de guión; otros pertenecían al cine independiente y el resto eran, como los alumnos, cinéfilos más que cineastas”.

Rememoró que no se contaba con equipo. “No teníamos nada, sólo compartíamos nuestro amor por el cine y discutíamos películas que veíamos. En aquel entonces había muchos cineclubes y nuestras clases consistían en platicar, porque no había profesionales que nos enseñaran técnicas cinematográficas”.

Al siguiente año, “cuando entramos a segundo y ya éramos dos generaciones, la Facultad de Ciencias nos prestó dos aulas, así que nos cambiamos de sede; después nos fuimos a una casa en Avenida Insurgentes, cerca de Radio Mil, y ahí nos tocó el 68”, precisó.

Respecto a ese año, Fons mencionó que a su filme Rojo amanecer nadie lo quería; cuando los productores leían que trataba del 2 de octubre decían que no. Trabajé en una telenovela con Héctor Bonilla, y a la mitad dijimos que al terminar haríamos una película, y así fue, al final nos reunimos.

Al dirigirse a los estudiantes del CUEC dijo que lo difícil del cine es qué decir; “depende hasta dónde quieren que llegue su flecha, si la quieren tirar cerca a lo que se encuentra más pronto; pero si quieren llegar lejos, será más difícil”, concluyó.

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