Esta Megaofrenda no se olvida

48 ofrendas y actividades culturales: música, teatro, video, flash mob , arte plástico y sonoro colmados de creatividad

A muy pocos kilómetros de aquí y a 18 mil 280 tardes de la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, estudiantes fueron realistas y exigieron lo imposible, delegaron sus ánimas con un modelo de lucha atemporal. Ahora, en la Plaza de Santo Domingo se evocaron pública y artísticamente a todos aquellos que recordamos para no olvidar.

Por medio del 21 Festival Universitario de Día de Muertos Megaofrenda UNAM 2018, se conmemoró el Movimiento Estudiantil de 1968.

La Megaofrenda, organizada por la Facultad de Artes y Diseño (FAD), y la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO), estuvo compuesta por 48 ofrendas edificadas artesanalmente por alumnos, docentes y trabajadores de igual número de entidades universitarias y escuelas incorporadas.

Decenas de actividades culturales: música, teatro, video, flash mob, arte plástico y sonoro colmados de creatividad y el aroma naranja de nuestras flores.

Ofrenda de barrio

Es la Plaza de Santo Domingo, entre los pregones cotidianos de imprenta, comida y rumor, en donde nos recibió un tanque bélico, émulo de aquellos intimidadores rodados en el Zócalo hace medio siglo, aunque éste sólo dispara recuerdos; fue diseñado por el Taller de Dibujo y Pintura del CCH Vallejo, rotulado con la frase: “Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos”.

En espacios de cuatro por siete cuadritos, las ofrendas en conjunto fueron figuradamente iluminadas con una vela de cera interminable o de pebetero olímpico. Contrastó el blanco y negro de la mnemotecnia (fotos, carteles, gráficas), con el colorido de la memoria.

Una instalación de la FAD mostró un gigantesco puño cerrado y a su alrededor decenas de zapatos blancos impares, con la leyenda: “si no comprende esto, pregunte”. Más adelante navegó en un río de gente una trajinera multicromática con los aros olímpicos a bordo.

Quizá la creación más didáctica fue la emprendida por cada uno de los nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), que ofreció una breve cronología plástica del M68.

La rotonda que circunda la escultura férrea de Josefa Ortiz de Domínguez también fue intervenida con cirios de papel y dibujos de aves azules. Al cruzar la calle de Venezuela ya en la Plaza 23 de mayo, la Facultad de Arquitectura (FA) expuso una maqueta artística de la Plaza de las Tres Culturas a las 6 de la tarde del 2 de octubre: al calce flores naranjas y sobre éstas, mariposas sin vuelo.

Destacó la ofrenda de múltiples esqueletos hechos de papel y la representación del Edificio Chihuahua de Tlatelolco con vitrales intervenidos, todo realizado con manos pequeñas en el Taller Infantil de Artes Plásticas de la FAD. Hubo, además, obsequio de impresiones y grabados de la gráfica del movimiento por alumnos del plantel Taxco de la misma Facultad.

Festival Universitario de Día de Muertos Megaofrenda UNAM 2018. Foto: Víctor Hugo Sánchez.
Festival Universitario de Día de Muertos Megaofrenda UNAM 2018. Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Entre gritos, consignas dramatizadas y diálogos en primera persona, se hizo el Flash Mob Ecos del 68, donde participaron 30 alumnos de diversas escuelas, entre ellas el Centro Universitario de Teatro (CUT) y la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).

Aros olímpicos, referencias castrenses y cráneos divertidos, ataviados con anteojos de pasta negra y dientes saltones en referencia al antagonista del movimiento, fueron algunas de las piezas que se reiteraron en el discurso gráfico.

Ante Mireya Ímaz, directora general de Atención a la Comunidad; Gerardo García Luna, director de la FAD, y Eduardo Vázquez Martínez, secretario de Cultura del Gobierno de la CdMx, Raúl Arcenio Aguilar Tamayo, responsable de la Secretaría de Atención a la Comunidad Universitaria de la UNAM, inauguró oficialmente la festividad y agradeció la labor de los estudiantes y profesores en la elaboración de la ofrenda.

Vázquez Martínez recordó que “hacer aquí este homenaje al Movimiento del 68, a aquellos jóvenes que abrieron tantos caminos, es un acto mínimo de justicia y no podía hacerlo nadie mejor que los universitarios mismos, que la UNAM”.

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