Experto puma coordina experimento sobre el origen del universo

Dirigirá uno de los ocho grupos que componen el equipo de física de ALICE, uno de los proyectos del Gran Colisionador de Hadrones

A partir de este mes, Antonio Ortiz Velásquez, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), coordinará uno de los ocho grupos que componen el equipo de física del
experimento ALICE (A Large Ion Collider Experiment), uno de los cuatro grandes proyectos del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés).

Ortiz Velásquez participará en las reuniones del Consejo de Física de ALICE. Su primera acción será organizar un taller para definir el rumbo que seguirá su equipo en los próximos años.

Entre sus obligaciones deberá coordinar a cuatro grupos de análisis de datos, será responsable de la aprobación de resultados del experimento y participará en la definición de prioridades de la investigación, así como en la difusión de los avances.

El LHC es un acelerador y colisionador de partículas de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), cuyo objetivo es estudiar la materia en condiciones extremas de alta temperatura y densidad, por medio de las colisiones de iones pesados. Ahí se realiza uno de los grandes experimentos del mundo, que busca reproducir las circunstancias que dieron origen al universo.

 En el Gran Colisionador de Hadrones se realiza uno de los grandes experimentos del mundo, que busca reproducir las condiciones que dieron origen al universo.
En el Gran Colisionador de Hadrones se realiza uno de los grandes experimentos del mundo, que busca reproducir las condiciones que dieron origen al universo.

Sopa primigenia

El experimento ALICE es uno de los cuatro detectores que se encuentran en la circunferencia del Gran Colisionador de Hadrones, construido por el CERN en la frontera entre Francia y Suiza.

Su principal propósito es el estudio del plasma de quarks y gluones (PQG), un estado de la materia que, según la física teórica, existió en los primeros instantes después del Big Bang. En ese momento, el universo estaba tan caliente que no se podían formar los núcleos atómicos ni sus componentes básicos, los protones y los neutrones; lo que había era el PQG o “sopa primigenia” (mezcla de quarks y gluones libres).

A medida que el universo se enfriaba, los quarks y gluones comenzaron a interactuar entre sí, hasta que se juntaron para formar protones y neutrones, así como los núcleos de los átomos que constituyen la materia como la conocemos hoy.

En ALICE ya han logrado formar PQG a partir de choques entre iones pesados: partículas muy grandes con carga eléctrica, como los núcleos de los átomos de plomo. El LHC acelera estas partículas y las hace chocar casi a la velocidad de la luz dentro de ALICE para simular las condiciones posteriores al Big Bang: el cosmos como los físicos teorizan que era en sus inicios. Esas colisiones han permitido comprender mejor el funcionamiento del universo en etapas muy tempranas de evolución.

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