Nuestro tiempo, de Carlos Reygadas

Filme sobre libertad, lealtad, sexualidad, amor y dualidad

El director de cine presentó en la UNAM su quinto largometraje; celulares y redes sociales, parte del entramado

En la Sala Miguel Covarrubias. Foto: Verónica Rosales.
En la Sala Miguel Covarrubias. Foto: Verónica Rosales.
El afamado director de cine mexicano Carlos Reygadas estrenó en la UNAM Nuestro tiempo, una película que habla sobre libertad, amor, lealtad, infidelidad, sexualidad, las dualidades y la manera en cómo nos comunicamos hoy en día con los celulares y a través de las redes sociales.

Original y disruptivo

Como siempre, Reygadas busca ser original y disruptivo. Su quinto largometraje no presenta escenas estridentes, como en sus trabajos anteriores, pero destaca mucho el hecho de que él, su esposa y sus hijos sean la familia que protagoniza esta historia.

“La gente me ha preguntado cómo es que expongo de esa manera a mi familia y a mí mismo, con mi mujer desnuda. Pero yo no los expongo en ningún aspecto. Para mí, la intimidad, la modestia y la dignidad de la desnudez no revelan nada de la intimidad del ser humano. Para mí, la intimidad reside en la mente y en el espíritu”, contó Reygadas en una charla sostenida en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, tras la presentación de su cinta.

Nuestro tiempo está ambientada en un rancho en Huamantla, Tlaxcala, donde se crían toros de lidia. Sus administradores son Juan (Carlos Reygadas) y Ester (Natalia López), un matrimonio con tres hijos, moderno y con muchas libertades. Juan es un reconocido poeta y siempre le ha dejado en claro a su esposa que ambos tienen la libertad de tener otras parejas sexuales. Ella está de acuerdo y tienen una comunicación clara y directa sobre el tema. Para ellos, el amor prevalece.

Pero cuando Natalia empieza a salir con Phill, el gringo, que ayuda con los caballos y los toros en el rancho, todo empieza a transformarse. Natalia vive un enamoramiento que la lleva a ocultarle detalles de su relación a Juan. Él se da cuenta y la empieza a confrontar, pero ella no sabe cómo lidiar con sus sentimientos. Juan empieza, entonces, un intercambio epistolar con Phill, lo que desata un drama psicológico aún más agudo en el triángulo amoroso.

La libertad que siempre defendió Juan se empieza a convertir en control y manipulación, el amor en celos y rencor y las verdades en mentiras. “Hijos de puta”, es una de las últimas frases de Ester en la película. Pese a todo, el amor prevalece.

Para Reygadas, ambientar el filme en un rancho donde se realizan actividades del “mundo viejo y del mundo moderno a la vez” era importante para hablar de un sentimiento tan clásico y atemporal como es el amor.

El filme también combina escenas del mundo humano con el mundo animal, dejando entrever las similitudes que tenemos muchas veces los seres humanos con el resto de los seres vivos de este planeta. Nada más literal como ver pelear a dos toros de lidia con sus cuernos, para demostrar su fuerza y liderazgo frente a su grupo.

Nuestro tiempo, con música de Genesis, King Crimson y el Muertho de Tijuana, está repleto de alegorías y ficciones, de realidades, misterios, sarcasmos e ironías. De reflexiones sobre el peso de la costumbre, de la comodidad y lo cotidiano; son varias las lecturas.

Al respecto, Reygadas asegura que no hay una tesis central y que, como en el resto de sus trabajos fílmicos, cada espectador encontrará lo que quiere.

El director mexicano, firme defensor del cine de autor no comercial, también aprovechó la charla para criticar la presión del mundo estandarizante y de las películas superficiales hechas en serie por un medio capitalista y consumidor avasallante.

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