También, lector de jeroglíficos egipcios

Germinal Cocho Gil, precursor de la complejidad

Homenaje al “explorador de fronteras” en el Instituto de Física

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Ungido para ser una insignia de las ciencias y el humanismo, Germinal Cocho Gil transitó a otro plano físico el pasado 9 de mayo. Médico cirujano y doctor en Física por la Universidad de Princeton, pionero de la complejidad, y como pasatiempo lector de jeroglíficos egipcios, tuvo su mayor vocación en la interdisciplina, como aquellos científicos de estirpe antigua.

Al encabezar el Homenaje a Germinal Cocho, Cecilia Noguez, directora del Instituto de Física (IF), lo definió como “explorador de fronteras”, con influencia en la ciencia, la tecnología y la sociedad.

“Con él aprendimos a cooperar y no a competir, y este homenaje es para que los alumnos conozcan a alguien eternamente joven, crítico y productivo. Lo fue tanto que sólo en 2018 realizó ocho artículos científicos”, detalló Noguez.

En el Auditorio Alejandra Jaidar del IF, Guadalupe Valencia, directora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), subrayó que el académico nacido en Madrid dejó huella en muy diversas áreas del conocimiento.

“Fue un gran intelectual, médico, físico y sociólogo que se puede conjugar en una frase: un científico humanista, quien tuvo en todo momento anhelos de igualdad social, formó grupos de enseñanza que asistían de manera espontánea a colonias populares”, relató.

En su oportunidad, Catalina Stern, directora de la Facultad de Ciencias (FC), recordó que Cocho Gil fue su profesor de Física Moderna II, y que emprendió en ese entonces un nuevo formato de cátedra basado en la discusión. “Reitero que nunca dejó de lado su compromiso social y sabía cómo hacer pensar a sus estudiantes”.

Un gigantesco árbol

María Elena Álvarez-Buylla Roces, investigadora del Instituto de Ecología, expresó que Cocho Gil es un hombre universal que estará presente por mucho tiempo, porque llevaba en su nombre algunas de sus cualidades más claras que saltaban a la vista.

“Generó millones de ideas, propósitos y sueños que han ido germinando y germinarán por siempre, y que en estos momentos nos aportan una guía fundamental a principios que nos deben de guiar también en nuestros quehaceres académicos y que él siempre con sutileza y sin prescripciones nos transmitía, los que tienen que ver con nuestro compromiso con la sociedad y con construir un mundo mejor para todos.”

La también directora general del Conacyt recordó que conoció al homenajeado cuando ella cursaba la carrera de Biología, y que en ese contexto lo figura como un gigantesco árbol.

Finalmente, Gustavo Martínez-Mekler, del Instituto de Ciencias Físicas, rememoró a su amigo como un luchador incondicional por una sociedad justa y siempre a contracorriente, “con su pluma favorita de tres colores y letra de médico”.

Nació en Madrid, España en 1933. Once años después llegó a México como refugiado debido a la persecución impuesta por el franquismo a los simpatizantes de la Segunda República. Se graduó como médico cirujano y físico en la UNAM; asimismo, como doctor en Física de partículas por la Universidad de Princeton.

Fue profesor de la Facultad de Ciencias, Investigador Emérito del IF y del Sistema Nacional de Investigadores. Su línea de trabajo incluyó la física de partículas, la física no-lineal, la biofísica, la biomedicina y los sistemas complejos. Fue pionero en los estudios teóricos del Sida.

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