Método pedagógico basado en la investigación

Impulso a la enseñanza con laboratorio portátil de biología

Está dirigido a alumnos de Preparatoria y Colegio de Ciencias y Humanidades

Cuenta con pipetas y puntas desechables, transluminador, incubadora, cámaras de electroforesis, minicentrifugadoras, balanza, electrociclador y baño seco, entre otros materiales. Foto: cortesía de Claudia Segal.
Cuenta con pipetas y puntas desechables, transluminador, incubadora, cámaras de electroforesis, minicentrifugadoras, balanza, electrociclador y baño seco, entre otros materiales. Foto: cortesía de Claudia Segal.

El Laboratorio Portátil de Biología Molecular para el Bachillerato ha sido impulsado desde la UNAM de la mano de Claudia Segal Kischinevzky, profesora de la Facultad de Ciencias desde 2011.

Se trata de un método pedagógico que se basa en la investigación, desarrollado originalmente en los años 60 del siglo pasado y en el continente por la Red Interamericana de Academias de Ciencias, donde los estudiantes responden preguntas sobre el mundo que los rodea y, a partir de ahí, plantean la forma de resolverlas.

Con ese propósito, tienen que ofrecerse bases sólidas a los profesores y así puedan mejorar su enseñanza por medio de cursos y prácticas en laboratorios especializados para realizar los experimentos; pero la mayoría de los docentes expresaban que era difícil llevar la parte más divertida de esa experiencia al carecer de los instrumentos científicos en las instituciones de bachillerato.

Se propuso la compra de equipo indispensable para tener tres laboratorios científicos portátiles, uno en Chile, otro en Costa Rica y el tercero en México, con la idea de que cada nación pudiera transportarlos a las diferentes escuelas y que los estudiantes hagan los experimentos atractivos y lúdicos efectuados por los profesores.

Literalmente, el laboratorio puede ser llevado en dos maletas y cuenta con pipetas y puntas desechables, minicentrifugadoras, transluminador, incubadora, cámaras de electroforesis, electrociclador, baño seco y balanza, entre otros materiales. “Esto contribuye a la ampliación de la cultura científica al permitir que los ciudadanos resuelvan problemas de forma crítica y objetiva. Esto puede generar jóvenes más educados, más críticos y más objetivos en la visión del mundo”, destacó Segal.

De 2012 a 2018 se han impartido ocho cursos a 136 docentes quienes han ofrecido cuatro talleres relacionados con genética, ADN, organismos genéticamente modificados, así como modificación de bacterias a 868 alumnos de distintos planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (5, 6 y 9), los Colegios de Ciencias y Humanidades Vallejo, Azcapotzalco y Sur, del CECyTEM Chimalhuacán (Estado de México), del Colegio Madrid, el Centro Universitario Anglo Mexicano Morelos, el Instituto Politécnico Marista, 11 colegios de Bachilleres y la Universidad de San Carlos en Guatemala.

Actualmente, la UNAM, mediante el Programa de Apoyo a Proyectos para la Innovación y Mejoramiento de la Enseñanza, ha obtenido recursos que permitirán continuar abasteciendo los reactivos y demás insumos necesarios para el laboratorio hasta el año 2021.

James Karkashian, profesor de la Universidad de Costa Rica e impulsor del programa en esa nación y en Guatemala, también compartió su experiencia con el laboratorio. Dijo que en este mismo lapso han capacitado a 21 docentes que han capacitado a 400 alumnos de colegios no solo públicos, sino privados.

Adicionalmente, Allende Rivera, quien lidera el proyecto en Chile, añadió que de 2012 a 2018 se han realizado 80 cursos para 108 profesores que han influenciado a 2057 estudiantes.

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