José Emilio Pacheco, siempre vigente

Tuvo más de medio siglo de relación con la UNAM: doctor Honoris Causa, colaborador en Revista de la Universidad de México, Casa del Lago, Centro Universitario de Teatro y Radio UNAM

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No hay autor que se compare a José Emilio Pacheco en la segunda mitad del siglo XX mexicano; su novela Las batallas en el desierto demuestra su maestría literaria, realmente singular”, dijo Juan Domingo Argüelles, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).

Sigue siendo leído y no está en el limbo en que han caído muchos de los escritores cuando mueren, afirmó Marco Antonio Campos, del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFl), en el marco del 80 aniversario del nacimiento de Pacheco.

Para él, la UNAM era simplemente la Universidad, porque no había otra. Su relación con esta casa de estudios arrancó hace seis décadas, como secretario de redacción de la Revista Universidad de México, a invitación de Jaime García Terrés. Hizo estudios de jurisprudencia, pero se decantó por las leyes literarias. El 22 de septiembre de 2010 recibió el doctorado Honoris Causa por esta casa de estudios.

“Todo pasó como pasan los discos en la sinfonola. Nunca sabré si aún vive José Emilio. Si hoy viviera tendría ya 80 años”. Así podría parafrasearse en el presente el final de Las batallas en el desierto.

“Vamos a ver: ¿Por qué andas tan exaltado? ¿Ha ocurrido algo malo en tu casa? ¿Tuviste algún problema en la escuela? ¿Quieres un chocomilk, una cocacola, un poco de agua mineral? Ten confianza en mí. Dime en qué forma puedo ayudarte. No, no puede ayudarme, señora. ¿Por qué no, Carlitos? Porque lo que vengo a decirle –ya de una vez, señora, y perdóneme– es que estoy enamorado de usted.”

Pacheco está vigente en esta universidad, no sólo en la Cátedra Extraordinaria de Lectura que lleva su nombre, sino en cada frase, en cada historia de Carlos, Mariana, de un simple jabón, que explosiona la complejidad en cada frase escrita y dicha.

Impartió talleres de literatura en Casa del Lago, donde formó parte del grupo Poesía en Voz Alta, hacia 1957, junto con Alfonso Reyes, José de la Colina, Elena Garro, León Felipe y Juan García Ponce, entre otros. Fue integrante del consejo de redacción de la Revista Mexicana de Literatura publicada por el IIFl, y miembro del consejo editorial del Periódico de Poesía. Estuvo frente al micrófono en Radio UNAM, colaboró en el Centro Universitario de Teatro.

El 22 de febrero de 2009 se presentó por primera vez en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería; ahí, a pregunta expresa de una joven dijo que “hoy en día el gran problema del país era que nadie sabía tolerar una crítica”.

Fue educando de Juan José Arreola y, en 2009, ganador del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

Está claro que Pacheco sigue siendo leído y no está en el limbo que han caído muchos de los escritores cuando mueren (José Emilio Pacheco falleció en 2014), subrayó Marco Antonio Campos, quien aseguró haber hecho la primera reseña de Las batallas en el desierto, en 1980, y entonces auguró que sería extraordinariamente leída.

Como hombre de letras, junto con Octavio Paz, no hay autores que se les comparen en la segunda mitad del siglo XX mexicano, dijo categórico Argüelles, autor de la Antología general de la poesía mexicana. De la época prehispánica hasta nuestros días.

Es uno de los grandes escritores mexicanos; incursionó con éxito en varios géneros literarios como poeta. Su obra reunida en el volumen Tarde o temprano es indispensable, “es el poeta de la evocación de nuestro pasado y de la lamentación por nuestro presente lleno de desdichas, tragedias e injusticias”.

“Lo mismo en el poema en prosa que en el verso libre, o en las formas clásicas de la poesía, construyó una obra poética de primer orden. Está entre los 20 grandes poetas que ha dado este país, junto a Manuel José Othón, Salvador Díaz Mirón, José Gorostiza, Octavio Paz, Jaime Sabines, Rosario Castellanos, Eduardo Lizalde, por mencionar algunos”, agregó.

Es el gran cronista del siglo XX mexicano, continuó Juan Domingo Argüelles. Sus Inventarios, de los que se publicaron tres volúmenes, que son sólo una selección o una antología, tienen la brillantez y erudición amena de un maestro de la divulgación cultural. A todo esto hay que añadir su labor como traductor, especialmente de la obra poética de T.S. Eliot. Para escuchar al autor de Morirás lejos, la UNAM resguarda su voz: https://www.descargacultura.unam.mx/jose-emiliopacheco-5042953.

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