La contaminación del aire, amenaza constante a la salud

Está asociada a riesgos cardiovasculares, pulmonares y neurológicos como trastornos del sueño y convulsiones

Sus 20 capítulos son conceptuales, metodológicos o históricos. En estos últimos, por ejemplo, se habla desde las molestias por los humos en las cuevas pleistocénicas hasta el presente en que hemos rebasado las 400 partes por millón del bióxido de carbono en la atmósfera. Foto: Erik Hubbard.
Sus 20 capítulos son conceptuales, metodológicos o históricos. En estos últimos, por ejemplo, se habla desde las molestias por los humos en las cuevas pleistocénicas hasta el presente en que hemos rebasado las 400 partes por millón del bióxido de carbono en la atmósfera. Foto: Erik Hubbard.

La contaminación atmosférica representa una amenaza constante a nuestra salud, bienestar y calidad de vida. Está asociada a riesgos cardiovasculares, pulmonares, así como neurológicos –trastornos del sueño, convulsiones– o embrionarios –disminución de la concentración de espermatozoides, alteraciones en la formación y la calidad del óvulo–, entre otras afectaciones.

Así se expone en el libro Efectos de la contaminación atmosférica en la salud elaborado por expertos de las facultades de Ciencias y Medicina, las direcciones generales de Atención a la Comunidad y del Deporte Universitario, y de otras 13 entidades como los institutos nacionales de Ciencias Médicas y Nutrición, Cardiología, Enfermedades Respiratorias y Perinatología. La introducción fue escrita por el rector Enrique Graue.

En los últimos 50 años, Ciudad de México (CdMx) ha pasado de ser una urbe transparente a una con atmósfera cargada de contaminantes y cuyos efectos “apenas vamos reconociendo, pero sabemos que son graves”, aseveró Samuel Ponce de León Rosales, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), al presentar el documento.

Con él coincidió Telma Castro Romero, directora del Centro de Ciencias de la Atmósfera, quien expuso que a pesar de que en las últimas dos décadas se han tomado diferentes acciones para resolver la situación, éstas todavía resultan insuficientes.

De acuerdo con programas para mejorar la calidad del aire, si se aplican medidas de mitigación podrían prevenirse aproximadamente dos mil muertes al año, apuntó.

Asimismo, dijo que la información con la que hasta ahora se cuenta está relacionada con la capital de la República, pero “éste es un problema fuerte en otras urbes del país, en las que se requiere impulsar investigación”.

De la intuición a la preocupación

César Augusto Domínguez, titular de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, sostuvo que el texto, conformado por 20 capítulos, muestra la cantidad de factores a los que están expuestos los habitantes de CdMx por el simple hecho de vivir aquí y, a partir de ello, promueve una concientización informada.

El libro, prosiguió, incluye capítulos conceptuales, metodológicos e históricos. En estos últimos, por ejemplo, se habla desde las molestias por los humos en las cuevas pleistocénicas hasta el presente en que hemos rebasado las 400 partes por millón del bióxido de carbono en la atmósfera, comprometiendo los sistemas de soporte de vida.

“La obra nos mueve de la intuición a la certeza y de allí a la preocupación. Espero que esta última fase sea la acción constructiva y concertada que permita paliar y, en el mejor de los casos, resolver este multifactorial problema”, aseguró.

Lectura indispensable

Jorge Salas Hernández, director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, indicó que el libro es una lectura indispensable para comprender este tema de salud pública mundial. “Nadie se escapa de los efectos de la contaminación atmosférica. Por ejemplo, la exposición prenatal aumenta el riesgo en el feto de padecer múltiples alteraciones, neurológicas y respiratorias así como en el desarrollo pulmonar, y algunas de ellas son graves”.

A esos efectos hay que agregar los daños en la piel y ojos, que son resultado de la exposición a contaminantes. Destacó los datos incluidos como el que reporta la Sociedad Americana de Químicos, respecto a que los seres humanos hemos producido 126 millones de sustancias químicas diferentes y en la actualidad se podría estar aislando una sustancia nueva cada 2.6 segundos. “¿Podemos concebir lo que esto significa y el impacto que tiene?”, preguntó.

Por último, William Lee, coordinador de la Investigación Científica, dijo que el volumen es un ejemplo del trabajo multidisciplinario de la investigación y confió en que sirva para establecer las políticas públicas necesarias para hacer, nuevamente, de la Zona Metropolitana una región transparente.

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