La crianza responsable, aún lejos del papá actual

Jóvenes con educación laica y superior rompen con los esquemas tradicionales de padre proveedor o ausente

Foto: Juan Antonio López
Foto: Juan Antonio López

Aunque en la jerga coloquial, según Rolando Díaz Loving, académico de la Facultad de Psicología (FP), la expresión “¡qué padre!” es un poquito menos que “a toda madre”, hoy en día hombres y mujeres han ingresado de manera lenta pero progresiva a ámbitos donde ni siquiera se asomaban.

Eso ha hecho que se modifique la idea de paternidad responsable, que en el pasado se refería básicamente a proveer y no necesariamente a acompañar o interactuar con los hijos.

“Lo que vemos es que cada vez más los papás cubren funciones de jugar, acompañar, interactuar, disciplinar, actividades que antes no hacían. Esto nos mueve hacia la posibilidad de tener seres humanos que tendrían las competencias tradicionales de la masculinidad y de la feminidad, gente que pudiera ser responsable, trabajadora, productiva y creativa, y al mismo tiempo tierna, cariñosa y cuidadosa. Con ello pudiéramos tener hacia el futuro modelos que permitieran que las siguientes generaciones también fueran de seres humanos con estas competencias”, expuso el especialista.

No obstante, agregó, algunas de las barreras a este proceso es la visión tradicional donde se asignan tareas y roles muy estereotipados y acartonados de hombres y mujeres.

Necesitaríamos, dijo, modificar la educación para que incorporen aspectos que tengan que ver con vínculos interpersonales armoniosos: cómo negociar cuando hay un conflicto, cómo interactuar; eso haría que los hombres nos acercáramos más a ese padre que convive, afectuoso y responsable.

Hay ahora una variante de la crianza, por ejemplo por medio del teléfono celular, hay un cambio tecnológico que afecta en la manera en la cual las personas interactúan y que tiene un impacto en la socialización de las siguientes generaciones.

“Normalmente, cuando los padres no estaban presentes había incluso un cuidador que convivía de manera humana con los hijos. Hoy en día una de las posibilidades es que se les ofrezca a los niños y niñas una tablet que los entretiene y los distrae, y con eso le quitan aparentemente menos tiempo a los papás, pero hay que cuestionar el impacto en el desarrollo de las competencias para la interacción humana.”

Educación laica

Una variable fundamental es que a más años de educación laica se rompen más estos esquemas de padre ausente y la madre que resuelve todo.

“Sigue habiendo en los padres mexicanos, conforme disminuye el nivel educativo, una mayor tendencia a apegarse a algunas posturas sexistas tradicionales: machismo y marianismo.”

Un cinco por ciento de nuestra población llega a estudios universitarios, y ese es el porcentaje de aquellos que mediante la educación pueden llegar con ese perfil a la paternidad responsable.

“Jóvenes con educación laica están rompiendo con los esquemas tradicionales. Tristemente la gente sigue viendo novelas, por televisión o Internet, y es una reiteración a todas aquellas ideas de cómo son las relaciones entre padres e hijos, y se sigue modelando un antiguo patrón”, explicó Díaz Loving.

Sucede que la educación laica rompe con los esquemas que la mujer aprendió en su casa; sin embargo, esa misma educación no acaba con todos los que el hombre asimiló en su casa, porque ahí y en la escuela le dijeron que podía hacer lo que quisiera en la vida. En el caso de la mujer, le dijeron: tú puedes hacer lo que quieras, pero tienes que encargarte de los afectos de los demás, lamentó.

Los cambios toman tiempo y hay que ser consistentes. Las calificaciones sobre la paternidad de los mexicanos no son absolutas, sino relativas al momento, si pones todas las reglas y normas que había, los padres de los años 60-70 del siglo pasado tendrían una calificación de 7 u 8 porque seguían las reglas; si ahora hicieras con esas mismas reglas un análisis les darías 5, refirió.

El Día del Padre, y con futbol, son sólo construcciones sociales. Ninguna de esas conmemoraciones los hace mejores o peores; no necesitan reconocimiento, lo que requieren es que día a día la gente se construya. No se resolverán todos los problemas del mundo este 17 de junio, concluyó.

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