En el Teatro Juan Ruiz de Alarcón

La maté por un pañuelo, el Otelo del México feminicida

Adaptación extraordinaria de la puesta en escena de William Shakespeare

Foto: Juan Antonio López.
Foto: Juan Antonio López.

Desdémona lo amaba. Y Otelo a ella. Los dos compartían un amor sincero. ¿Pero qué tan sincero es cuando los celos le dan a un hombre “licencia” para matar? ¿Por qué asumir que una mujer es sólo “tuya” por ese “profundo amor”? ¿Qué es amor entonces? ¿Qué es amor para los hombres? No, señores. Otelo no cometió un crimen pasional. Cometió un asesinato. Otelo es un feminicida.

La maté por un pañuelo, una extraordinaria adaptación del clásico de William Shakespeare, escrita por Andrea Salmerón Sanginés y Alfonso Cárcamo para Teatro UNAM, retrata las múltiples violencias hacia las mujeres que durante siglos se han normalizado en el sistema patriarcal.

Muestra el machismo y la misoginia que nos han llevado a la triste cifra de nueve feminicidios al día en México, apenas la punta del iceberg de una realidad mucho más avasalladora.

El chiste sexista, el acoso sexual en la oficina, el jefe abusivo, los políticos misóginos, la prostitución oficializada en el mismo Estado, la mujer minimizada en la vida pública, social y familiar, el padre celoso y sobreprotector, los esposos posesivos, los amantes engreídos e infieles y las mujeres corruptas –producto en muy buena medida de esa trágica violencia estructural– muestran un drama que no deja de ser clásico por su lamentable vigencia.

Otelo, escrita hace más de 400 años (1603), se refiere a “la tragedia del moro de Venecia”, “es un drama sobre los efectos de los celos”, “sobre el salvaje poder destructivo de los celos”… bla, bla, bla. Casi todas las reseñas de este clásico de Shakespeare hablan de un honorable caballero que fue engañado y que perdió a la mujer de su vida como consecuencia de la ambición, las intrigas y el odio de sus enemigos.

Pero La maté por un pañuelo le da un giro a la lectura de la obra con una merecida adaptación con perspectiva de género. Y la entremezcla con las cotidianas expresiones de connotación racista y clasista que también rigen actualmente en México.

Versión mexicana

En esta versión mexicana, el hombre “culto”, blanco y de “buena estirpe” se bate en una lucha sin cuartel contra el “indio prieto” e “ignorante”, por algo que ellos creen que es amor y poder, por algo que ellos creen que les da el derecho de someter y menoscabar a todas las mujeres que los rodean.

Se trata de un Otelo en el que la “princesita” y la “muñequita” de la casa se convierte en una vergüenza en cuestión de minutos por querer disfrutar de su vida y su libertad, en el que la bella “paloma” pasa a ser una “ramera” o una “puta” sólo por tener un amigo y en el que el resto de las féminas sólo son una especie de adorno para ellos, son “niñas”, “chiquitas”, “viejas argüenderas” o simples “filetotes” para degustar a su antojo y vomitar.

¿Por qué llegamos a la triste cifra de nueve feminicidios al día en México? Si aún quedan dudas, La maté por un pañuelo ofrece muchas de las respuestas. No te la pierdas, acude con amigos, pareja o familia. Las funciones en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, en el Centro Cultural Universitario, sólo estarán disponibles hasta el 30 de junio a las 19 horas.

Advertencia: las risas que seguramente escucharás durante la puesta en escena por comentarios claramente misóginos son producto de la normalización de la violencia y –en opinión de la directora Andrea Salmerón– de la catarsis del mexicano.

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