Tertulia en la Torre II de Humanidades

La poesía, respuesta ética al mundo actual

Barrera frente a una nueva forma de totalitarismo en tiempos de la posverdad que se erige en nombre de la democracia

Andrés Ordóñez y Waldo Leyva. Foto: Verónica Rosales.
Andrés Ordóñez y Waldo Leyva. Foto: Verónica Rosales.

Dos amigos bardos se dieron cita la noche del lunes 5 de noviembre en la UNAM para entablar un diálogo por medio de sus escritos. Luis García Montero, español, y Waldo Leyva, cubano, ofrecieron una tertulia poética en la que también reflexionaron sobre lo que para ellos es este género literario y su importancia en nuestros días.

Antes de leer su texto El dogmatismo es la prisa de las ideas, García Montero reivindicó a la poesía como respuesta ética en el mundo en que vivimos y como barrera frente a una nueva forma de totalitarismo en tiempos de la posverdad que, paradójicamente, se erige en nombre de la democracia, “porque nos creemos muy libres, cuando nos tratan como rebaños”.

Explicó: “Vivimos un mundo con poderosísimos medios de control de las conciencias. Hay una dinámica de vida basada en la velocidad que nos hace a todos caer en la trampa que Antonio Machado observó ya en los años treinta, cuando le dijo a sus alumnos: ‘Tened cuidado, que la libertad no está en poder decir lo que pensamos, sino está en poder pensar lo que decimos’. Vivimos en una sociedad que ha encontrado el mecanismo para poder decir lo que pensamos, y 80 por ciento de las veces son tonterías. La gente opi- na de todo, no sabe de nada y no piensa lo que dice”.

La poesía, en cambio, se preocupa por pensar la palabra precisa, añadió el actual director del Instituto Cervantes de España. “La poesía es una parte de la literatura que intenta mantener la conciencia, que intenta pensar mil veces lo que siente antes de decirlo”.

Posteriormente García Montero leería Colliure, poema al que concibe como defensa de la experiencia humana y su relación con el tiempo, para reiterar que la sociedad actual vive en el tiempo de la mercantilización, “que es el de los instantes, y los instantes se viven sin memoria. Lo que se vive hoy, ya mañana no tiene ninguna huella”. La opción, indicó, es el tiempo del relato y de la literatura, pues ése es el tiempo de la experiencia humana.

Tabla de salvación

Al tomar la palabra, Waldo Leyva secundó lo dicho por su colega granadino y añadió que la poesía es hoy la tabla de salvación de la humanidad, “aunque la gente no lo sepa. Es decir, cada día nos conminan y nos indican el camino a desaparecer como seres humanos, y si no nos asimos de algo, y ese algo debe ser la poesía, la literatura y la experiencia humana, pues estamos condenados”.

El ganador del Premio Casa de América de Poesía Americana 2010 y agregado cultural de la embajada de Cuba en México leyó Contra la desmemoria y A modo de elegía, obras que destacan la importancia de recordar y es que, dijo, “tenemos la obligación no sólo de guardar nuestra memoria, sino también la de todos los que nos han rodeado”.

La velada, realizada en el Auditorio Mario de la Cueva de la Torre II de Humanidades, fue denominada por Andrés Ordóñez, director de la Sede UNAM-España (Centro de Estudios Mexicanos), como una noche panhispánica, un diálogo latinoamericano de poesía. Así, García Montero leyó también textos sobre el amor –“para cambiar el tono”, dijo– La inmortalidad y Mujeres, a lo que Leyva respondió con Monólogo final y Hoy hicimos el amor como fantasmas.

Ordóñez preguntó entonces a Luis García si la civilización hispánica es amorosa, a lo que él respondió que sí, ya que, para bien y para mal, proviene de la tradición católica, en donde se cultivan valores como la comprensión, solidaridad, dignidad y vivir la comunidad, a diferencia de lo que ocurre en las sociedades de tradición protestante.

“La poesía con la que yo me siento cómplice no está escrita desde la seguridad, del que levanta el dedo y dice yo tengo la verdad porque soy portador de mi conciencia y le digo a alguien más cómo tiene que vivir. A mí me parece que un poeta no puede ser un sermoneador, sino un ser vivo que comprenda el sufrimiento y que sienta hermandad por la vida y por la experiencia de los demás, y eso sí pertenece a nuestra sociedad. Percibo una tendencia a vivir en comunidad, a sentir la vecindad, a sentir la solidaridad, a perdonar al que peca”, expresó.

En la tertulia poética estuvieron también el coordinador de Humanidades, Alberto Vital, y el coordinador de Difusión Cultural, Jorge Volpi.

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