Encuentro de becarios indígenas

La UNAM avanza como la primera universidad intercultural

Muestran alumnos resultados de sus trabajos recepcionales y de sus investigaciones académicas

Fotos: Francisco Parra.
Fotos: Francisco Parra.

Los aires de la tierra y el plexo solar desaliñaron la convencionalidad del mediodía en Ciudad Universitaria. Los colores y el aroma del Golfo se volvieron sonoros. Ese aliento viene desde el Istmo y se proyecta a través del saxofón, el clarinete, el trombón, el corno francés, la flauta transversa y las notas robustas de la tuba y las percusiones: es la Banda de Música de los Pueblos Indígenas de la UNAM.

La agrupación, integrada por 40 universitarios, principalmente zapotecos, nahuas y mixes, protagonizó el Tercer Encuentro de las Diversidades Culturales: Los Becarios Indígenas en la UNAM, en la Facultad de Ciencias (FC).

La banda acompañó la voz de nube de Biani Paola Sánchez, alumna zapoteca del sexto semestre de Filosofía, que atresilló con acento cada frase, ataviada de tehuana. “En una noche de luna/ Naila lloraba ante mí./ Ella me hablaba con ternura/ puso en mis labios su dulzura…” Biani es parte de los 910 estudiantes que integran el Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas (SBEI), del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural e Interculturalidad (PUIC).

En la puesta en marcha de la reunión, en el Auditorio Alberto Barajas Celis de la FC, José del Val, director del PUIC, aseguró que la UNAM avanza como la primera entidad académica intercultural del continente. “Tenemos muchas tareas por hacer, ustedes son la vanguardia de este proceso de transformación de la universidad pública a universidad intercultural y así celebraremos el centenario de la autonomía para que la diversidad florezca”, dijo.

Entre los retos que señaló, uno que debe consolidarse es que en la estructura jurídica de la Universidad las lenguas originarias tengan el mismo nivel representativo que el español o el inglés, y puedan ser de titulación.

“Sin embargo, la interculturalidad no es un asunto sólo de los pueblos originarios o de la UNAM, sino de toda la sociedad para que seamos una nación realmente equitativa interculturalmente”, agregó.

En la ceremonia Mireya Ímaz, directora general de Atención a la Comunidad, subrayó que mientras más diversidad sumemos, más fuertes, robustos y capaces seremos para enfrentar la adversidades. “Cualquiera que haya estudiado biología sabrá que una comunidad homogénea es una comunidad débil”.

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Fiesta y reflexión

En el encuentro, moderado por Evangelina Mendizábal, coordinadora docente del PUIC, también se escucharon chilenas, sones y baladas con ensambles y tríos, entre los que se encontraban los alumnos Iris García, Juan Carlos León, Daniela Pérez y Usbaldo Cruz, entre otros.

Además de la música se mostraron los resultados de trabajos recepcionales o de investigaciones académicas, como la de Leónides Morales García, becario mixe, licenciado en Filosofía, quien habló sobre “Socialismo democrático y democracia comunitaria”. Asimismo Pamela Pérez Ponce, becaria purépecha de Michoacán, licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública, realizó un abordaje sobre el gobierno autónomo indígena de Cherán K’eri.

“Me enorgullece estudiar en la UNAM, creo que es una gran oportunidad y un privilegio, pues en el estado de Oaxaca no contamos siempre con las condiciones idóneas para educarnos”, dijo Biani Paola Sánchez (en la foto de la derecha con traje regional), becaria zapoteca del PUIC, quien además tiene el mejor promedio de su generación.

Originaria de Juchitán, estudia en la Facultad de Filosofía y Letras; su familia es zapoteca y habla esa lengua. Sus padres son normalistas; ella es la primera en viajar a la Ciudad de México para cursar una carrera en la Universidad Nacional. Desde pequeña tiene la vocación por cantar, y por ello en el encuentro interpretó una pieza musical oaxaqueña llamada Naila, además de La llorona y Mi laurelito.

No tuvo problema en despegarse de sus padres, pues desde la preparatoria se mudó por primera vez a otro pueblo. Sí encontró una diferencia, y es que en la UNAM hay más exigencia y presión. Y enfrentó algunos retos, como la adquisición de los hábitos adecuados para procurar ser una persona integral, es decir, ser una buena alumna y, al mismo tiempo, tener buenas costumbres alimenticias y de sueño.

“Cuando estaba en la prepa me gustaban la música, las matemáticas y la biología, y elegí justo filosofía porque es un punto de partida desde donde se pueden explorar todos esos caminos.”

Mencionó que se siente bien acogida en la Universidad. “Creo que aquí la gente es más respetuosa y tolerante, sobre todo es muy atenta para apoyarnos en lo que necesitamos”.

Se especializa, en gran parte, en la filosofía de la ciencia y las ciencias cognitivas.
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