Miles de asistentes en la fiesta cultural del Libro y la Rosa

Espacio para recordar a grandes figuras de la literatura

La celebración más grande dedicada al libro que realiza la UNAM reunió una vez más a miles de jóvenes escritores, autores, editoriales y artistas durante sus tres jornadas, en las que se reflexionó sobre temas como el papel de la literatura en la época de la posverdad, la coyuntura política del país, el Movimiento Estudiantil de 1968 y los muros.

La Fiesta del Libro y la Rosa 2018 se convirtió en un espacio donde se recordó a figuras relevantes del ámbito literario e intelectual como Juan José Arreola, Guadalupe Amor, José Luis Martínez, Jorge Ibargüengoitia, Eduardo del Río (Rius) y Sergio Pitol.

El encuentro inició con una conferencia a cargo de la reconocida escritora argentina Luisa Valenzuela en la que utilizó la figura de Juan José Arreola para evocar el poder de la ficción en la época de la posverdad.

Valenzuela hizo una crítica contundente a la desinformación de hoy en día, al “lavado de cerebro” en las redes sociales a través de los algoritmos y a las fake news, que denominó una ficción de la peor calidad, de la cual hacen uso los gobiernos autoritarios “para mantenernos a raya y doblegar nuestra intención de voto”, por lo que aseguró es urgente fomentar la lectura, así como estrategias que permitan desarrollar criterio y sopesar contenidos. Otra de las figuras destacadas durante la décima edición de este festejo fue la puertorriqueña Mayra Santos-Febres, quien habló sobre el peligro que representa Donald Trump para su país, por el desdén que ha mostrado hacia la isla y hacia otras naciones de habla hispana.

Abundó sobre la experiencia de formar parte de un país que pertenece a Estados Unidos pero a la vez es ninguneado por su actual presidente. No obstante, aseguró que en estos tiempos difíciles es importante que la sociedad se mantenga unida para derribar cualquier adversidad.

Luis de Llano Macedo y Federico Rublí, el prologuista y el autor del libro Yo estuve en Avándaro, respectivamente, presentaron el volumen que también incluye fotografías de Graciela Iturbide. Ambos narraron anécdotas en torno al mítico Festival Rock y Ruedas de Avándaro que marcó un parteaguas para la juventud de los años 70. La presentación cerró con un concierto de la banda Peace & Love.

Como parte de la programación de Arreolerías. La Literatura después de Arreola, Antonio Malpica y Julián Herbert presentaron sus obras Una tribu y Tráiganme la cabeza de Quentin Tarantino donde los jóvenes autores compartieron sus procesos de escritura e influencias.

Los asistentes también pudieron participar en actividades como la Copa Internacional de Ajedrez Juan José Arreola, escuchar las voces de escritores significativos de México y América Latina en la colección Voz Viva, intervenir en la lectura en voz alta de La divina comedia; ver obras de teatro como Quijote, vencedor de sí mismo o King Kong cabaret, y exposiciones como Los normalistas de Ayotzinapa que incluye retratos de los 43 estudiantes desaparecidos durante los acontecimientos de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, realizados por ilustradores y artistas gráficos con la curaduría de Valeria Gallo y Mauricio Gómez Morín.

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Homenajes

La escritora Sara Poot-Herrera, el escritor Orso Arreola y el músico Alonso Arreola, hijo y nieto, respectivamente, participaron en el homenaje al autor de La Feria, Varia invención y Bestiario.

Orso Arreola mencionó que su padre fue un enamorado de los libros y de la lectura. Destacó que el cuentista y declamador vivió a plenitud su relación con su alma mater, la UNAM, a la que llegó en 1956 para fundar junto con otros amigos como Jaime García Terrés y Enrique González Casanova, Poesía en voz alta. Además, creó la compañía de teatro universitario.

“Decir Arreola en este año es decir José Luis Martínez, Alí Chumacero, Pita Amor. Es decir Sergio Pitol. Y quienes se han ido en abril: Octavio Paz, Emmanuel Carballo, Gabriel García Márquez. También Sor Juana Inés de la Cruz, de quien dijo es la estirpe y cariátide del barroco”, aseguró Poot-Herrera, especialista en la obra del que también fue editor de Final de juego de Julio Cortázar.

Finalmente, Alonso Arreola, recordó varias y curiosas anécdotas de su convivencia con su abuelo, como su gusto por los gadgets, su personalidad distraída, su forma particular de leer al mismo tiempo que degustaba chocolates, su afición por coleccionar piezas de ajedrez, así como su coquetería.

Como parte del homenaje a Arreola, el músico Alonso Arreola; la cantante de jazz contemporáneo Iraida Noriega; el músico y actor Juan Manuel Torreblanca; el artista gráfico de tinta, agua, arena y marionetas, Arturo López Pío, y el músico, escritor y productor José María Arreola unieron sus talentos para trasmitir el valor de los textos que en su Bestiario confeccionó prodigiosamente Arreola, el confabulador de mundos fantásticos.

Fotos: Verónica Rosales, Barry Domínguez, Luis Nolasco y Carlos Vega.
Fotos: Verónica Rosales, Barry Domínguez, Luis Nolasco y Carlos Vega.

Presenta De la Fuente nuevo libro

El exrector de esta casa de estudios Juan Ramón de la Fuente presentó su libro La sociedad dolida. El malestar ciudadano, editado por Grijalbo y con prólogo de Elena Poniatowska.

“México puede verse como un organismo que tiene signos y síntomas que lo aquejan y aunque no lo veo al borde del colapso ni creo que el enfermo se está muriendo, si no hacemos algo para aliviarlo se va a seguir deteriorando”, afirmó.

“No podemos quedarnos como vamos, en una dinámica en la que somos nada más víctimas y nos la pasamos quejándonos. Esa condición no nos ayuda, más bien debemos pensar ¿qué podemos hacer para salir de ahí? Si no cambiamos algunas cosas el deterioro va a continuar porque no habría ninguna razón para frenarlo”, advirtió.

En la presentación de su más reciente obra durante la Fiesta del Libro y la Rosa, el profesor emérito de la Facultad de Medicina comentó: “Me parece que tenemos que aprovechar todas las coyunturas que hay por delante. Por ejemplo, tenemos una elección en puerta y lo que debemos hacer es salir a votar con absoluta libertad y exigir que nuestro voto se respete. Eso sí lo podemos hacer.

“Si lo logramos, el voto puede ser terapéutico, nos va ayudar a sentir que estamos haciendo algo; si no lo hacemos, si nos quedamos postrados sintiéndonos las víctimas, me temo que no vamos a avanzar mucho. No estoy diciendo que esta es la solución a los problemas, pero sentir que somos parte de ella ayuda mucho”, resaltó en el evento moderado por la poeta Julia Santibáñez.

Dijo que espera que después de este proceso se entienda por qué ocurre el malestar ciudadano. “No es porque vemos las cosas al revés, como lo dicen algunas campañas, no es así; es porque ahí están las razones por las cuales hay un malestar, un desencanto y un agravio que tiene sus consecuencias y son un incremento en las tasas de depresión en la población, en las de ansiedad, en los suicidios entre los jóvenes y un aumento importante en los índices de drogadicción y alcoholismo”.

El coordinador del Seminario sobre Estudios de la Globalidad de la UNAM también se refirió a la crisis de las humanidades y aseveró que ésta ha tenido grandes consecuencias. “No podemos entender la corrupción y la deshonestidad si no nos vamos a los orígenes. ¿Dónde quedó la ética?, ¿dónde están los principios y los valores? Esto lo hemos relegado sin pensar que es crucial”.

Por ello, el último capítulo está dedicado al libro y las bibliotecas y lo hizo deliberadamente. “No puedo acabar una reflexión sobre mi país, el malestar ciudadano y la sociedad dolida sin volver a lo que encuentro como la gran alternativa de mediano plazo para la solución de los problemas”, señaló.

“El mayor de los males, la más grave de las enfermedades que todavía padecemos en muchos sectores es la ignorancia; mientras no resolvamos esto me temo que va a costar mucho trabajo avanzar como queremos. Por eso vuelvo a los libros, porque sin ellos no hay cultura ni reflexión, no hay capacidad para pensar y repensar lo que nos pasa y lo que somos, porque la era digital, maravillosa como es, no lo reemplaza, la información no nos hace ni más sabios ni más cultos y no debemos confundirla con conocimiento”, concluyó.

Humor, ironía…

Jorge Ibargüengoitia es humor, es ironía. En sus obras, el dramaturgo y novelista siempre utilizó esa fórmula mágica para realizar críticas agudas sobre las pretensiones, la grandilocuencia y la doble moral de los políticos de su época y el México que le tocó vivir entre 1928 y 1983.

Así lo describieron Enrique Serna y Ana García Bergua, dos escritores ibargüengoitianos que citaron algunas de las obras y vivencias del también cronista de Guanajuato en el homenaje por sus 90 años de nacimiento.

Orso Arreola, el editor Joaquín Díez-Canedo Flores y Rodrigo Martínez, hijo del editor, bibliógrafo, ensayista e historiador José Luis Martínez, recordaron al curador de las letras mexicanas, a cien años de su nacimiento.

Los hijos de estos tres amigos, Juan José Arreola, Joaquín Díez-Canedo Manteca y José Luis Martínez, entretejieron las personalidades de sus padres mediante anécdotas y experiencias que dejaron entrever las distintas facetas del editor mexicano.

El historietista gráfico y novelista Bernardo Fernández (BEF) y el cineasta Armando Casas hablaron extensamente de las obras, virtudes y legado de Rius.

“A Rius se le puede considerar el padre de una inteligente generación de caricaturistas como Hernández, Helguera, El Fisgón y Rocha, entre otros”, aseveró el director del único documental que trata de la vida del revolucionario del cómic, autor de Los supermachos y Los agachados, con personajes tan entrañables como Calzontzin, el presidente municipal Don Perpetuo del Rosal, Doña Eme, miembro de la congregación religiosa de la vela perpetua, y los policías El lechuzo y Arsenio.

BEF reconoció que él mismo no hubiera seguido el camino de la historieta, a no ser por el trabajo de Rius que lo impresionó favorablemente y le dio aliento para buscar su propio estilo. Rius, dijo, fue un educador no formal del pueblo mexicano, sus revistas fueron semilleros de otros caricaturistas.

Alonso Arreola, Sara Poot y Orso Arreola.
Alonso Arreola, Sara Poot y Orso Arreola.

Avasalladora, atrevida y polémica

La poeta Guadalupe Pita Amor fue recordada en una mesa en la que su biográfo Michael K. Schuessler resaltó su personalidad avasalladora, atrevida y polémica, así como el legado de la llamada Undécima musa, y además se proyectó el documental Pita Amor, señora de la tinta americana, del realizador Eduardo Sepúlveda Amor.

En un emotivo homenaje a Sergio Pitol, los escritores Jorge Volpi y Margo Glantz y el editor Héctor Orestes lo recordaron como uno de los creadores más importantes de la edad de oro de la literatura mexicana, poseedor de una lucidez relampagueante que está reflejada en sus obras, como El arte de la fuga.

En su participación, la periodista Carmen Aristegui urgió a la sociedad mexicana a salir a votar este 1 de julio pero, enfatizó, lo que más necesita México es que la ciudadanía se organice para ejercer la democracia en todos los aspectos de su vida.

También alertó sobre el posible mal uso de la Ley de Seguridad Interna durante este año electoral, en caso de manifestaciones ante un resultado dudoso para un sector de la población, y llamó a los candidatos presidenciales a detallar la hoja de ruta que plantea cada uno para poner fin a la violencia en México.

La celebración concluyó en el Centro Cultural Universitario con el coloquio Conversaciones de Café sobre el Oficio del Libro con la participación de Jorge Volpi, Vicente Quirarte, Diego Rabasa, Paola Tinoco, Joaquín Díez-Canedo, Paola Moran, Imelda Martorell, César Aguilar y Alejandro Ramírez, entre otros. Y el concierto de jazz, rock y reggae de la agrupación Goliat Orquesta.

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