Música y creatividad verbal

Una académica de la Facultad de Psicología de la UNAM analiza los resultados de un estudio realizado en la Universidad de Lancaster, Inglaterra

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Luego de realizar un estudio con 30 adultos (15 mujeres y 15 hombres), un grupo de investigadores de la Universidad de Lancaster, Inglaterra, concluyó que escuchar música (con letra desconocida o conocida, o bien instrumental) mientras se intenta resolver problemas de comprensión del lenguaje es un obstáculo para la creatividad verbal.

A primera vista, dicha conclusión resulta extraña, sobre todo si se considera que otro grupo de investigadores de la Universidad de California, Estados Unidos, demostró hace años que la audición previa de la sonata en re mayor para dos pianos, K. 448, de Mozart hacía que los estudiantes contestaran mejor un examen.

Pero los investigadores de la Universidad de Lancaster han tenido cuidado de dejar en claro que llegaron al resultado a partir de varias restricciones.

“El estudio no está mal fundamentado; al contrario, es excelente. Lo que está mal es hacer una lectura absoluta de una experiencia sensorial tan relativa como escuchar música”, dice Concepción Morán, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Una vez que la música entra por nuestros oídos, debemos concentrarnos en ella, aprehenderla y recrearla activamente para que tenga sentido. Sin embargo, a veces la usamos sólo como un medio que nos permite aislarnos del mundo que nos circunda.

Al respecto, la académica universitaria señala:

“Desde el punto de vista sonoro, nuestra sociedad es muy invasiva. Por eso, mucha gente va con audífonos por la calle, porque les funciona tapar los ruidos del exterior con otro tipo de ruidos. Ahora bien, yo jamás recomendaría escuchar música a la hora de estudiar. Y la idea de ponerles música a los niños para que se concentren mejor durante un examen tampoco es buena.”

En el caso de los jóvenes que escuchan música con audífonos cuando estudian, Morán explica que, en ocasiones, esta práctica es como un ritual que los ayuda a aislarse primero y concentrarse después en lo que están leyendo.

“Cuando alcanzan un estado de concentración plena, son capaces de bloquear la música y ya no escucharla.”

En suma, si se trata de una actividad intelectual como leer o estudiar, parecería que lo mejor es llevarla a cabo en silencio, sin ningún distractor sonoro.