Niñas de 12 años, expuestas al virus del papiloma humano

En 2018 hubo en el país 89 muertes de mujeres al día, por cáncer cervicouterino

En la última década ha disminuido la edad en la que las mujeres se exponen al virus del papiloma humano (VPH), que causa el cáncer cervicouterino; antes era a los 19 años y ahora hay niñas de 12 años con esas infecciones, alertó Leticia Rocha Zavaleta, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB).

El VPH ocasiona el segundo cáncer más frecuente entre las mexicanas (sólo superado por el de mama). El año pasado hubo 32 mil 439 muertes por este mal, lo que equivale a 89 decesos de mujeres al día, agregó la especialista del Departamento de Biología Molecular y Biotecnología.

“A pesar de que reciben una gran cantidad de información, las niñas, los niños y jóvenes no saben cómo manejarla”, dijo, y expuso que erróneamente se piensa que el cáncer es una enfermedad de la tercera edad. La realidad es que muchas mujeres empiezan a tenerlo en la cuarta o quinta década de vida, cuando son económicamente activas, madres y/o jefas de familia.

Además, explicó, pueden pasar hasta 20 años desde el momento en que una mujer se infecta del VPH y desarrolla una lesión maligna de este padecimiento de transmisión sexual, de los más comunes en el mundo.

La especialista en inmunoterapia señaló, con motivo de la conmemoración el 4 de febrero del Día Mundial contra el Cáncer, que éste es uno de los pocos tipos de cáncer prevenibles por dos vías: a partir de la vacunación y al hacerse estudios moleculares para la detección del virus, y papanicolaou o colonoscopías para detectar lesiones premalignas.

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Protección eficaz

Hoy en día se cuenta con tres tipos de vacunas que protegen contra dos, cuatro o nueve tipos virales del VPH. El requisito para poder ser vacunado es que en el momento de recibir la dosis no se esté infectado por el virus. “Hay estudios que demuestran que la protección puede desarrollarse eficazmente en niñas que nunca han tenido una relación sexual, pero también en mujeres con una vida sexual activa, incluso mayores de 40 años y que al momento de ser vacunadas no tienen una infección”, subrayó la investigadora.

En México, prosiguió, aún es baja la cobertura de vacunación y no hay un programa que incluya a los niños a fin de cerrar el círculo de infección.

“Sería muy saludable contar con más información: que supiéramos que se puede proteger a niños y niñas; mujeres y varones adultos mientras no hay una infección, y que las generaciones que no tuvimos acceso en nuestra adolescencia a esa vacuna podemos ser sujetos a ser inmunizados”, destacó.

Recalcó que las vacunas no son cien por ciento eficaces, por lo que se debe tener una revisión periódica del ginecólogo y, en la medida de lo posible, relaciones sexuales protegidas.

Respecto a los estudios clínicos, Rocha Zavaleta apuntó que se ha detectado que 85 por ciento de los tumores se generan en la parte externa del cérvix y 15 por ciento en la parte interna, conocida como endocérvix. Sin embargo, los tumores internos van en aumento entre mujeres mucho más jóvenes y son más agresivos.

La universitaria y su equipo buscan determinar la presencia del VPH a partir del moco que lubrica el cérvix y la vagina, y que protege de infecciones bacterianas o virales. En éste, agregó, también se secretan componentes de respuesta de defensa que pueden indicar que hay un proceso inflamatorio en el cérvix.

“Estamos tratando de determinar el perfil de los componentes de la respuesta inflamatoria que pueden indicar que está empezando un proceso carcinogénico a partir de muestras del moco que nos permitan detectar que en esa región está ocurriendo un proceso mediado por el VPH, para poder tratarlo a tiempo.”
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Estudios con células troncales

El cáncer asociado al VPH representa uno de cada 20 tumores, los cuales son crecimientos anormales de células que ya no responden a los controles: crecen fuera del lugar donde deben y cuando tienen que morirse, no lo hacen, expuso Alejandro García Carrancá, doctor en Biología Molecular e investigador del IIB.

Actualmente, abundó, se conocen más de 200 tipos de papilomas virus humanos. Setenta por ciento infectan la piel y el resto las mucosas (vaginales, orales, anales). De estos últimos, hay unos catalogados de alto riesgo, los conocidos como tipos 16 y 18 están en 70 u 80 por ciento de todos los tumores del cuello uterino.

“Se estima que en ocho de cada 10 mujeres podría detectarse un tipo 16 al menos una vez en su vida. Sin embargo, no todas desarrollan el cáncer.”

Él y su equipo de trabajo en la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer de la UNAM y el Instituto Nacional de Cancerología estudian la relación de los virus del VPH con las células troncales normales. Piensan que éstos pueden estar allí hasta 20 años, y atacan cuando esas células se rompen y se dividen, para entrar a su núcleo.

También analizan elementos como la proteína P53, que es vital para mantener el control e impedir el desarrollo del cáncer. Por ejemplo, que las células crezcan sólo cuando recibe señales de crecimiento y mueran cuando empieza a tener problemas. P53, mencionó el especialista, participa en la respuesta a los daños.

“El punto es que a las células troncales cancerosas no funciona darles de palos, sino que requerirían componerles esta pieza”, concluyó García Carrancá.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los papilomavirus humanos (PVH) son muy comunes en todo el mundo. Hay más de cien tipos de los que al menos 14 son oncógenos (también conocidos como de alto riesgo).

Los PVH se transmiten principalmente por contacto sexual y la mayoría de las personas se infecta poco después de iniciar su vida sexual.

El cáncer cervicouterino (CCU) se origina por la infección de determinados tipos de PVH transmitidos por vía sexual y dos tipos de PVH (16 y 18) son los causantes de 70 por ciento de los CCU y de las lesiones precancerosas del cuello del útero.

Además, hay datos que relacionan los PVH con cánceres del ano, vulva, vagina y pene.

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