Filme silente

Restauran Tepeyac, película de 1917

Intervención de Filmoteca UNAM y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas

En 1917, el escritor José Manuel Ramos y el pintor Carlos E. González emprendieron una aventura. Con escasos conocimientos de cinematografía y con un equipo modesto filmaron Tepeyac, una de las primeras películas de ficción que habla sobre una leyenda religiosa tradicional: la virgen de Guadalupe.

La cinta que da cuenta de este mito surge en un momento álgido para el país, pues en ese mismo año se discutía y promulgaba una nueva Constitución, tras la lucha civil más importante de México. A cien años de su filmación, el material, restaurado digitalmente por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y Filmoteca UNAM, se proyectará el próximo jueves a las 17 horas en el Auditorio Bernardo Quintana, como parte de la 39 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Tepeyac es uno de los pocos largometrajes silentes de la nación que aún se conservan completos. Está basado en el texto La fiesta de Guadalupe, del escritor Ignacio Manuel Altamirano, y en la historia sobre las apariciones marianas con base en la versión del presbítero Luis Becerra Tanco, aseguró Albino Álvarez, subdirector de Rescate y Restauración de Filmoteca UNAM, quien coordinó el proyecto de restauración digital.

Paralelamente, el filme cuenta la historia de Guadalupe Flores y su prometido Carlos Fernández, un diplomático que debe viajar a Europa. Luego de despedirse, Guadalupe se entera de que el barco en que viajaba su prometido tuvo un accidente y recurre a la Virgen de Guadalupe para que éste sobreviva.

El largometraje resguardado por Filmoteca UNAM contiene gran valor histórico, pues en una de las escenas se representa una procesión que va rumbo al Cerro del Tepeyac y se observa el estandarte original que usó el cura Miguel Hidalgo en 1810; por otro lado, es una obra que estéticamente da cuenta de un periodo cinematográfico en que apenas se estaban generando las primeras productoras, explicó Álvarez.

Además de la relevancia del tema de las apariciones guadalupanas, asunto de debate en aquellos días debido a la notoriedad del culto, que ya era de gran significado social, y a las restricciones que la Constitución planteaba en la relación entre religión y educación.

El soporte original de la película, bajo el resguardo de Filmoteca UNAM, era de nitrato de celulosa de un duplicado positivo, que se encontraba en mal estado, presentaba rayas, manchas por la base y la emulsión, así como variaciones de luz intensa.

En el proceso participaron más de 20 personas y se restauraron 49 mil 110 fotogramas, que fueron limpiados de forma manual, de los que 107 eran intertítulos, en los que se usó la misma tipografía. Las diferentes etapas para realizar la tarea fueron: estabilización, flicker, limpieza de automáticos de manchas blancas y negras, remoción de scratch y corrección de color.

Para esta versión, Filmoteca UNAM propuso a José María Serralde, director del Ensamble Cine Mudo, hacer la composición musical con el objetivo de enriquecer la experiencia cinematográfica.


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