Múltiples aristas de Roma

El cine, medio de denuncia y catalizador de la memoria colectiva

Roma, la película, puede ser vista desde ángulos diferentes. Por ejemplo para el académico Francisco Peredo, doctor en Historia por la UNAM, ésta remite a un México que hace falta recuperar para el conocimiento de las nuevas generaciones. El México de la represión, de los grupos paramilitares. “Es la oportunidad para darnos cuenta cuánto hemos sido omisos en el país para reconocer la exclusión de la comunidad indígena”, dijo.

México es una nación de mestizos que ha sido excluyente, racista y clasista con los indígenas. “He escuchado decir barbaridades alrededor de Yalitza Aparicio, quien lo hizo muy bien a pesar de no ser actriz, y de que Hollywood se aprovecha de esto para parecer incluyente; pero esto no es algo nuevo, está atendiendo una demanda que le pide ser incluyente, de muchas personas que quieren mostrar sus historias con actores de raza negra y amarilla. Lo importante sería el qué vamos a hacer los mexicanos a partir del fenómeno de Roma y Yalitza Aparicio para cambiar esta situación”.

La mujer, eje fundamental

La obra más personal de Cuarón visibiliza no sólo el trabajo que realizan las trabajadoras domésticas, sino las mujeres en general, pues son el eje de la película, mientras que la figura del hombre es pasajera, refirió Julia del Carmen Chávez Carapia, coordinadora del Centro de Estudios de Género de la Escuela Nacional de Trabajo Social.

Chávez Carapia consideró que en Roma están presentes algunos de los roles que pueden tener las mujeres en su vida, no necesariamente por ser trabajadoras domésticas sino por identificarse con hacer las labores de la casa.

La especialista señaló que Roma expone que la vida familiar se genera por las mujeres, que la situación de la trabajadora doméstica es casi de esclavitud pues no tiene tiempo para ella. Muchas trabajadoras domésticas, hoy en día, reproducen los patrones y asisten a los mismos lugares. Asimismo, “se plantea que entre mujeres podemos ser solidarias, somos amigas y entre nosotras debemos entender los papeles que tenemos”.
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El halconazo

Por otra parte, Alfonso Cuarón también demuestra con Roma la utilidad del cine como medio de denuncia, catalizador de la memoria colectiva y medio de difusión de la historia.

Sin duda, es la película mexicana más polémica de los últimos tiempos. Las opiniones en torno a ella van desde el amor hasta el odio y casi nadie se queda al margen. Lo que es normal si tenemos en cuenta que la apreciación del arte es una cuestión subjetiva.

Hay una secuencia que es quizá la más dramática: la abuela lleva a Cleo a comprar una cuna para su bebé. En la calle se realiza una manifestación estudiantil que es repentinamente reprimida por un grupo de jóvenes vestidos de civil, pero claramente enviados por el gobierno. La persecución de un par de estudiantes termina en la tienda en la que Cleo se encuentra, y resulta que uno de los violentos represores es nada menos que el padre del bebé que lleva en su vientre. Por un instante, le apunta con un arma de fuego y eso causa que se le rompa la fuente. Además de ello, se retrata la golpiza a manifestantes, reporteros y transeúntes en general. Un hecho social que ocurrió realmente. Se trata del famoso halconazo. En 1971, el gobernador de Monterrey impuso una nueva Ley Orgánica a la Universidad Autónoma de Nuevo León en la que los alumnos y maestros tenían escasa representatividad, lo que desencadenó una oleada de protestas y movilizaciones que poco a poco se extendieron a otros rincones del país. En Ciudad de México los estudiantes anunciaron una marcha en apoyo a los universitarios de Monterrey para el 10 de junio.

El padre ausente

Ricardo Trujillo Correa, académico de la Facultad de Psicología, apuntó que en el caso de la película Roma, cuando se habla de un padre ausente se representa un vacío. En el caso de la mujer es la pérdida no sólo de la pareja sentimental, sino que aquélla pierde además el calificativo de respetable dentro de la sociedad.

Mencionó que en México 40 por ciento de las familias mexicanas está conformada por una madre que se encarga de criar a los hijos en ausencia de la figura paterna.

Esta condición, añadió, “constituye una forma diferente de familia, donde nos damos cuenta que la denominada nuclear clásica que nos venden en Estados Unidos, no es la más funcional ni la mejor”.
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