Conexión ciencia-literatura

Soñar despiertos, relevante para el proceso creativo

El neuropsiquiatra Jesús Ramírez explica lo que ocurre en el cerebro durante operaciones artísticas

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Jesús Ramírez Bermúdez estudió medicina en la Universidad Autónoma Metropolitana, posteriormente hizo una maestría en Psiquiatría y un posdoctorado en Neuropsiquiatría en la UNAM. Su camino fue distinto al de su padre, el escritor José Agustín, aunque no del todo porque encontraría en la medicina psiquiátrica un puente, “una manera de conectar la ciencia con la literatura”.

Así como para escribir una novela se requiere de mucha imaginación y sumergirse en un mundo ficticio inexistente, pero real para el novelista, de la misma manera el científico echa mano de la imaginación para proponer una hipótesis, que luego tendrá que confirmar o descartar al contrastarla con los hechos reales, pero donde ya la imaginación tiene poco o exiguo margen.

Conferencia magistral

Ramírez Bermúdez ofreció en el Centro de Ciencias de la Complejidad la conferencia magistral que tituló Neurociencia y la Experiencia Literaria, como parte del programa de actividades del diplomado en Neurociencias, Arte y Cultura. Caminos a la Transdisciplina. Ahí habló de cómo la literatura impulsa la creatividad, la imaginación y el aspecto lúdico, lo que favorece distintas habilidades emocionales en los sujetos.

Dio pistas para entender el concepto de conciencia emocional, y apuntó que la creación artística tiene un rol muy importante en la creación de esa conciencia emocional. Puso como ejemplo la letra de The stranger song (Canción del extranjero), de Leonard Cohen, que analizó a detalle en las metáforas que evoca. “Aquí el poeta está elaborando una metáfora muy compleja a partir de estados emocionales de pérdida”, dijo.

Consideró que el permitirnos soñar despiertos es relevante para el proceso creativo, sobre todo en las artes, ya que durante el mismo se vive una experiencia maravillosa de introspección, lo que obliga luego a verbalizarla, hacerla pública y a darle un orden o secuencia.

Para el autor de varios ensayos, artículos científicos y materiales literarios como Paramnesia. El último testigo de la creación, no basta con la vivencia imaginativa del creador, sino que éste tiene que transformar su entorno, ya sea escribiendo un relato, diseñando una coreografía o componiendo una pieza musical. Se trata de interactuar con el medio externo. De ahí que el arte sea para él un proceso de comunicación, de decodificación o traducción. “El meollo del proyecto artístico es la comunicación, contagiar al otro”, remarcó Jesús Ramírez.

El discurso artístico le agrega a nuestra recreación procesos de evocación y de búsqueda de sentido. En nuestro cerebro ocurre un acoplamiento armónico cuando entramos en modo de operación creativo y somos capaces de hacer un switcheo. Particularmente, y desde la perspectiva de Ramírez, quien ve al mundo como un conjunto de historias interconectadas, la poesía, la narrativa y el ensayo consisten en ir encontrando las palabras para expresar los sentimientos que no sabemos cómo externarlos.

Construcción plástica

Después de explicar cómo los procesos creativos inciden en la operación de nuestro cerebro, concluyó que “el estudio neurocientífico de la creatividad literaria nos muestra que el uso de códigos simbólicos –y en particular códigos verbales– es capaz de modificar la actividad fronto-límbica. La actividad artística aparece como una prótesis cultural para la construcción plástica de nuestras redes cerebrales emocionales.”

Este diplomado, coordinado por los investigadores Ximena González Grandón y el propio Jesús Ramírez Bermúdez, “busca encauzar un encuentro creativo con especialistas de diferentes disciplinas, cuyo eje de interés son los cruces entre las diferentes áreas del conocimiento y sus posibilidades de interacción, así como su desarrollo en proyectos artísticos-científicos de investigación, producción y difusión”.

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