Thomas C. Südhof, Nobel de Medicina, en la UNAM

Es necesario formar mejor a los estudiantes, tener buenas universidades donde la gente pueda acudir, aprender y entrenar adecuadamente, dijo

El mundo enfrenta tiempos en los que muchas personas y políticos han perdido la confianza en la ciencia, situación equivocada porque la vida moderna se basa en el conocimiento, afirmó Thomas C. Südhof, Premio Nobel de Medicina 2013, quien hizo un llamado a que las naciones impulsen la investigación.

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“La población tiene que asimilar que nuestra vida se basa en la ciencia y el futuro depende de la comprensión de los fenómenos que vivimos, no de la magia; la magia no funciona”, enfatizó el experto previo a su participación en el simposio Transmisión Química, la Clave para Entender el Funcionamiento Cerebral (Chemical Transmission: the Key to Understand Brain Function).

La solución no sólo es dar más dinero, no es esencial. “Lo que también se necesita es ofrecer un mejor entrenamiento a los estudiantes, buenas universidades donde la gente pueda acudir, aprender adecuadamente, contar con centros dedicados a la ciencia. Lo más importante es mantener el objetivo de hacer ciencia que forme a una gran cantidad de personas”, advirtió el investigador de la Universidad de Stanford, Estados Unidos.

La ciencia no se refiere únicamente a una serie de datos que permiten progresar en la resolución de un problema, es una actividad altamente satisfactoria que permite al individuo comprender algo que le afecta, y por ello la investigación siempre debe ser impulsada por las naciones, destacó el alemán.

Posteriormente, ofreció la charla Deconstructing the Molecular Logic of Synapses (Deconstruyendo la Lógica Molecular de la Sinapsis) ante profesores y estudiantes de la Facultad de Química (FQ) y el Instituto de Fisiología Celular, a quienes explicó cómo realizó parte del trabajo que le valió el Premio Nobel, y cómo funciona la sinapsis en diferentes organismos, utilizando al ratón como un modelo de trabajo.

“Me siento honrado de estar aquí; la UNAM es –hasta donde entiendo– la universidad más grande de México y un lugar con una actividad escolar muy grande, así como buena ciencia, lo que me encanta que esté ocurriendo”, subrayó.

Ricardo Tapia, primer doctor

La reunión, realizada en el Auditorio B de la FQ, festeja 50 años de que Ricardo Tapia se convirtió en el primer doctor en Bioquímica de esa instancia universitaria.

“Luego de 50 años de haber obtenido el doctorado, es una gran sensación de agradecimiento con aquellos que decidieron celebrar este aniversario. Es una gran satisfacción que los ponentes, con excepción de los extranjeros, fueron alumnos míos, así que es un gran halago ver que todos ellos son investigadores independientes con sus propias líneas de estudio, miembros del Sistema Nacional de Investigadores”, resaltó Tapia.

El integrante del Instituto de Fisiología Celular ofreció la charla From GABA to Glutamate Neurotransmision: Excitotoxicity and Neurodegeneration (Del GABA a la Neurotransmisión del Glutamato: Excitotoxicidad y Neurodegeneración), en la que presentó un recorrido por la investigación y trabajos actuales que buscan comprender qué ocasiona la muerte de las neuronas, problema que genera enfermedades como Alzheimer, Parkinson o esclerosis lateral amiotrófica.

El autor de Las células de la mente añadió que las afecciones del sistema nervioso o neurodegenerativas representan un gran problema para la sociedad moderna pues “dejan a las personas incapacitadas, algunas menos que otras. Es muy grave, por el daño que causan a las vidas de los pacientes y porque no hay hasta el momento un tratamiento efectivo contra ellas”.

En el caso del párkinson, precisó, hay tratamientos que funcionan de forma paliativa, pero no en el caso del alzhéimer o la esclerosis lateral amiotrófica; de ahí la relevancia de estudiar los mecanismos que llevan a la muerte neuronal y si es posible evitar dicho proceso.

En el simposio también participaron investigadores destacados como el mexicano Arturo Álvarez-Buylla, de la Universidad de California, San Francisco, ganador del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2011.

Ricardo Tapia y Thomas C. Südhof. Foto: Francisco Parra.
Ricardo Tapia y Thomas C. Südhof. Foto: Francisco Parra.
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