Tierra firme, exposición de Jan Hendrix en el MUAC

Parte de la obra exhibida del creador fue donada a la Universidad Nacional

Foto: Barry Domínguez.
Foto: Barry Domínguez.

ierra firme es la primera retrospectiva de Jan Hendrix, artista holandés radicado en México desde 1975 y figura clave en el país como creador conceptual y de la gráfica. Esta exposición abarca una sustanciosa parte de su extensa obra y podrá apreciarse en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) hasta el 22 de septiembre.

Hendrix trabaja con el paisaje. Es un observador nato y un investigador naturalista creativo, produce sus piezas a partir de dibujos y maquetas que luego concreta en fotografías, serigrafías, grabados, esculturas, fachadas, tapices y libros. Es un artista viajero dedicado a explorar territorios que le sirven como referentes para ir construyendo sus narrativas visuales. De continuo dialoga con la estética de varias culturas por medio de su producción, la cual muestra cómo extrae un universo de las nervaduras de una hoja o de una enramada. Su trazo es una poderosa forma de conocimiento sensible mediante la relectura de la historia natural.

Desde su llegada a México se ha planteado, como lo afirma uno de los curadores de la muestra, Cuauhtémoc Medina, “hacer de la gráfica un medio contemporáneo, tanto en sus colaboraciones con escritores como en sus series más analíticas”.

En Tierra firme, que inició en torno a maquetas, lo que se ha logrado reunir es una gran cantidad de material de estudio y de apuntes. Para ello se creó un gabinete, la sección final de la exposición nombrada Materia prima, y que es la suma de la misma. Más de cinco mil objetos dan cuenta de su intensa investigación que involucra diversos procesos manuales y digitales. El visitante podrá aquí hacer su propia exploración y descubrir los diferentes comienzos que Hendrix ha probado para transportar las imágenes de la experiencia y de la naturaleza a un sinfín de aspectos impresos.

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Cinco secciones

La muestra está dividida en cinco secciones: La rama dorada, donde se exhibe su colaboración gráfica en libros del poeta irlandés Seamus Heaney, con quien mantuvo una estrecha amistad; su intervención en una edición especial del libro Vivir para contarla, del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez; y en algunos textos del poeta holandés Hans van de Waarsenburg.

Otra sección es Postales entre continentes, en donde incluye secuencias fotográficas, collages de polaroid, imágenes de tarjetas postales y secuencias producidas en serigrafía, que en conjunto evocan la expectativa y el anhelo del explorador y artista.

En la sección Dibujando la distancia se puede apreciar cómo Hendrix es dueño de una maestría técnica en el uso ambiental del grabado, lo que plasma con nitidez al usar diferentes tipos de papel y técnicas de impresión muy lejos de lo ortodoxo. En esta misma sección el artista se expresa con imágenes a gran escala de árboles, cactus y vegetación, y con ellas crea una serie de ventanas virtuales sobre la pared.

Eneida. Libro VI es una sección que particularmente asombra. Cinco tapices de grandes dimensiones, diseñados con referencias al paisaje de la zona arqueológica de Yagul, en Oaxaca, hechos de una sola pieza mediante un telar conocido como jacquards, gobernado por un sistema de tarjetas perforadas. Para su realización se montó una máquina y se conectó el telar a una computadora. De esta manera se obtuvo una calidad en la reproducción del diseño que verdaderamente sorprende.

En ese mismo espacio y en vitrinas se observan ejemplares de la Eneida. Libro VI, acompañado con serigrafías donde el artista holandés “contrasta superficies negras tanto del paisaje como de una silueta fragmentaria de cactáceas y trazos blancos muy finos que delinean promontorios y barrancas, lo mismo que espinas y nervaduras”. Así es como trasluce un diálogo entre la memoria mítica del paisaje de la antigüedad y un viejo relato oaxaqueño.

Hendrix no cree en la labor del artista solitario. Para él toda creación conlleva la participación de otros. En su caso: impresores, encuadernadores, fotógrafos y más gente que le ayuda a materializar sus ideas que empiezan con bocetos y trazos, y que luego se transforman en lo que el espectador puede mirar y admirar en la vasta obra del innovador serigrafista, grabador, dibujante…, quien apuesta por la conciencia de la colectividad y visualiza a todo artista como “un director de orquesta, con cierta democracia en su filas”.

Una parte de la muestra ha sido donada a la UNAM por el artista y uno de sus coleccionistas holandeses.

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