40% de los insectos podrían extinguirse en las próximas décadas

Las implicaciones biológicas y ecológicas de este hecho serían desastrosas

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Sydney, en Australia, y publicado recientemente en el sitio web ScienceDirect reveló que 40% de las especies de insectos del planeta podrían extinguirse en las próximas décadas. Obviamente, las implicaciones biológicas y ecológicas de este hecho serían desastrosas.

“Sería una catástrofe muy severa que podría incluirse dentro de la extinción masiva de la que tanto se habla. Los insectos están presentes en varios niveles de la cadena trófica: producen alimentos y, al mismo tiempo, son alimento de aves, peces y reptiles, y si éstos no pueden alimentarse, los animales que, a su vez, se nutren de ellos (mamíferos y carnívoros grandes) sufrirían las consecuencias. De hecho, ciertos mamíferos comen insectos y también se verían afectados”, dijo Gabriela Jiménez, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM.

Además, muchos insectos son los encargados de polinizar innumerables plantas, y si se extinguieran, la polinización no se llevaría a cabo y, por lo tanto, esas plantas no darían frutos.

Los insectos cumplen otra función invaluable: degradan la materia muerta de plantas y animales, y devuelven al suelo los nutrientes que contiene para que sean utilizados de nuevo por plantas, bacterias y hongos.

“De tal manera que si este eslabón de la cadena trófica se alterara y rompiera, los que dependen directa e indirectamente de los insectos (como alimento y como degradadores de materia muerta) se verían afectados; y en algún momento, por supuesto, también los humanos. Esta última consideración es muy antropocéntrica. Hay que pensar primero en los demás animales y plantas que saldrían perjudicados por la falta de insectos”, indicó la bióloga universitaria.

El estudio citado revisó cerca de 50 trabajos con un antecedente de muchos años; sin embargo, en él no se incluyeron zonas tropicales de Sudamérica, como las del Amazonas, ni las de Costa Rica y México, sólo algunas áreas de Sudáfrica, Alemania, Australia y Puerto Rico.

“Hace falta estudiar esas zonas tropicales porque la biodiversidad de los insectos varía según el ambiente en que vivan. No digo que los datos recopilados por ese estudio no sean confiables, pero sí creo que falta incluir las zonas tropicales de América para llegar a una conclusión más contundente. Por otro lado, al tomar en cuenta estos datos podemos aplicarnos para detener las extinción de especies de insectos”, puntualizó la investigadora.

Himenópteros, lepidópteros y escarabajos

Los himenópteros (abejas, abejorros y avispas) son unos de los polinizadores más eficientes que están en riesgo de extinción. Otro grupo que podría desaparecer es el de los lepidópteros (mariposas), también excelentes polinizadores. De acuerdo con el estudio de los científicos de la Universidad de Sydney, 50% de ellos ya se han extinguido.

Los escarabajos, asimismo, corren peligro y, en especial, los peloteros, que son los que degradan los excrementos de mamíferos y los utilizan para hacer sus nidos.

“Podría llegar el día en que ya no hubiera tantas plantas como ahora, y no debido a la destrucción de su hábitat, sino a la desaparición de los seres vivos que les permiten reproducirse. En términos generales sería una deforestación, pero no por la actividad humana, sino por la falta de insectos”, señaló Jiménez.

En algunos sectores de la comunidad científica se considera que las poblaciones de un número reducido de especies de insectos adaptables y generalistas aumentan y ocupan los nichos que dejan otras especies, pero lo que en realidad ocurre es que los están rebasando.

“Por ejemplo, los nichos de algunas especies extintas de himenópteros no pueden ser ocupados por otras especies, porque las actividades que desempeñaban las primeras son muy precisas. Antes debe haber una adaptación de las especies menores, que son más sencillas y forman plagas. Debemos manejar este asunto con mucho cuidado porque no sabemos qué está sucediendo con esas especies menores. Ignoramos si son transmisoras de enfermedades, como los mosquitos o las cucarachas, por lo cual tendríamos que ver qué tan grave es el aumento de sus poblaciones”, explicó la bióloga.

Replanteamiento de las prácticas agrícolas

El estudio de los científicos de la Universidad de Sydney concluye que es necesario un replanteamiento de las prácticas agrícolas, en particular una reducción en el uso de pesticidas y su sustitución por prácticas más sostenibles basadas en la ecología, para reducir y revertir las tendencias actuales. Al respecto, Jiménez comentó:

“Lo que más afecta las áreas verdes es tanto el avance de la mancha urbana como su conversión en zonas agrícolas. Esto no está mal, pero a veces se sale de control, cuando las zonas agrícolas se vuelven zonas de monocultivos y disminuye la diversidad de las especies de plantas que antes había ahí.

“Esto desencadena un cambio en la dinámica de las especies de insectos y en sus poblaciones, y una alteración de los distintos eslabones de la cadena trófica. Por eso creo que hay que regresar a los policultivos, pues permitirían que hubiera poblaciones más diversas y abundantes no sólo de insectos, sino también de plantas y animales. Además, en los monocultivos se usan muchos pesticidas y herbicidas que dañan a los insectos. Debemos usar con más cautela esos productos, porque de lo contrario llegará el día en que ya no podremos controlar sus efectos adversos sobre aquéllos.”

También podría gustarte