A la UNAM, acervo de dibujos de O’Higgins

Los bocetos representan parte de la sociedad mexicana de los años 30 a los 50 del siglo pasado

Fotos: Erik Hubbard.

Pablo O’Higgins fue un notable impulsor del desarrollo artístico en México, que formó parte de la generación del movimiento muralista y que colaboró con Diego Rivera, así como con otros reconocidos pintores. Desde su llegada al país en 1924, tuvo una fuerte participación en la cultura y educación; su vasta obra mural está plasmada en varios recintos de distintos estados de la República Mexicana.

Por medio de la Fundación María y Pablo O´Higgins, la viuda y musa de Pablo O’Higgins, María de Jesús de la Fuente, donó a la Facultad de Arquitectura el acervo plástico Los trabajadores de la construcción, que abarca 216 dibujos realizados por su esposo, en los que representó a hombres, mujeres y niños mexicanos de los años 30 a los 50 del siglo pasado.

“El obsequio de esta obra implica conservarla y darle difusión para que las nuevas generaciones de arquitectos contemplen los dibujos. Este trabajo establece un vínculo fundamental entre lo que realizan las personas con la forma en la que fueron vistas por un ojo tan particular y una mano tan especial para ser plasmadas en papel”, afirmó Marcos Mazari Hiriart, director de la Facultad de Arquitectura.

Dijo además que la biblioteca Lino Picaseña es el recinto más importante y completo en cuanto a arquitectura en todo el país, y que es un honor albergar esta serie, ya que es una de las colecciones que hacen que esta casa de estudios sea la Universidad de la Nación.

Carlos Guevara, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, señaló que a Pablo, siendo un joven artista estadunidense, le atrajo el país por el movimiento artístico que hizo que Ciudad de México fuera uno de los centros de vanguardia internacional en aquel momento. “Él decidió quedarse, dar su vida y talento a los mexicanos. Esta colección estará bien resguardada para ser difundida y apreciada por generaciones actuales y futuras, sobre todo de los interesados en el arte”, mencionó.

“La relevancia de que este acervo venga a la Facultad de Arquitectura conjuga el valor artístico de la obra de Pablo y el significado que tiene en los futuros arquitectos para que conozcan el oficio de quienes logran que nuestras obras se hagan realidad”, puntualizó Isaura González Gottdiener, coordinadora de Bibliotecas y Archivos de esta entidad académica.

O’Higgins dibujó bocetos aparentemente sencillos de los obreros que estaban en el Mercado Abelardo Rodríguez, añadió, y con ello él cuenta la historia de una parte de la sociedad mexicana, es decir, la vida cotidiana de los trabajadores de la construcción, que son esenciales para la arquitectura desde siempre.

Este mercado fue inaugurado en 1934 y fue el primero en albergar murales en sus instalaciones. En sus entradas, vestíbulos, patios y pasillos se encuentra parte de la historia del muralismo mexicano, que aborda desde la producción de alimentos hasta la explotación de campesinos, obreros y mineros.

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