ACTIVISMO INFANTIL, FUENTE DE ALEGRÍA, CONVIVENCIA Y CONOCIMIENTO

Miriam de Jesús Flores no sólo cursa su último año en la Prepa 1 de la UNAM, sino que trabaja por mejorar la vida de niños y niñas con alguna enfermedad o en situación de calle por medio de una fundación que ella misma creó y preside

Entre las salas de espera, consultorios y pasillos del Instituto Nacional de Pediatría hay un espacio en el que los pacientes juegan, toman talleres o asisten a actividades diseñadas para ellos. Es en ese lugar donde, de pronto, se escucha a alguien decir: “¿Quieres oír un cuento?, ¡Vamos!”. Se trata de Miriam de Jesús Flores Rangel, una alumna de la Prepa 1 de la UNAM quien, vestida de princesa, busca que las niñas y los niños ahí reunidos pasen un buen rato antes de entrar a consulta.

Acto seguido, la joven recita El oso envidioso, uno de los cuentos seleccionados por la Fundación Leer Contigo y, una vez terminado el relato –junto con sus compañeros Valentina Oropeza Almonte y Mauricio Cristo de Samaniego, quienes la apoyan en estas tareas–, reparte plumones y acuarelas entre sus oyentes y los invita a colorear hojas con un payaso sonriente o a decorar conejitos de origami.

“Hace no mucho, por problemas gástricos, iba con frecuencia al hospital y, al pasar por el área pediátrica, veía a pacientes más graves que yo. Esto me motivó a querer ayudar a esos niños y niñas, pues, al igual que ellos, también me sentía mal. Eso me hizo plantearme ¿cómo podría yo hacerlos sonreír?”

A sus 17 años, Miriam de Jesús es activista por la infancia y la educación, y busca mejorar la vida de menores de edad con alguna enfermedad o en situación de calle. Ella misma describe a esta misión como fuente de alegría, convivencia y conocimiento.

La primera vez que hizo algo similar fue cuando se unió a una organización juvenil centrada en la política en la que organizó una colecta navideña de juguetes para pacientes oncológicos; como al inicio no tuvo éxito fue al Zócalo capitalino y juntó bastante. Sin embargo, sintió que no la apoyaban y buscó agrupaciones más grandes, hasta que se animó a echar adelante un proyecto diseñado por ella misma.

“Soy presidenta de la Fundación Ángel y buscamos personas que quieran integrarse. Aquí, primero nos contactamos con quien muestre interés y, si vive en algún estado de la República, le impartimos un curso sobre cómo hablar en público y le explicamos las maneras de hacer voluntariado virtual. Si es de Ciudad de México le explicamos las actividades que se llevarán a cabo (como acompañamiento a hospitales o casas hogar, colectas o donaciones) para que elija en cuál participar y de qué manera”, explica.

Además, forma parte de organizaciones como Jóvenes X México, Movimiento Juvenil Mexiquense, donde ha participado en colectas donatarias de libros, dulces y juguetes para niños de escasos recursos. Esto le ha permitido formar parte de programas extracurriculares como Talento Bécalos RISE México, en los que desarrolló el proyecto Meraki Señas, el cual promueve la inclusión de personas con discapacidad auditiva mediante el aprendizaje de la lengua de señas mexicanas.

Hace poco fue seleccionada para participar en Talentum Mujeres Civitas 2023, programa diseñado por Equipo Talentum MX que, junto con el Instituto Nacional Electoral y El Colegio de México, fortalecerá su incidencia en temas de participación ciudadana, liderazgo y trabajo en equipo.

Una reciente visita a la casa hogar Ayuda y Solidaridad con las Niñas de la Calle se suma a las múltiples anécdotas de activismo de Miriam, donde con sus compañeros Valeria Lizeth Villar Parra y Diego Herrejón Aguilera (también de la Fundación Ángel) hizo que las albergadas decoraran galletas de osos, coronas y mariposas tal y como dictaba su imaginación.

Hoy, Miriam cursa su último año en el plantel Gabino Barreda de la Escuela Nacional Preparatoria y planea estudiar Medicina (con especialidad en oncología pediátrica) en la Universidad Nacional, pues desea que los pacientes con cáncer tengan una vida más llevadera. Otro de sus objetivos es fortalecer su fundación y darle mayores alcances, expresa.

“Estudiar y hacer altruismo es complicado, porque a veces se me juntan las tareas o los exámenes, pero estoy muy contenta de formar parte de la UNAM. Aquí he encontrado mucho apoyo en mis compañeros y profesores. Hay muchos jóvenes que desean ayudar y no saben cómo, pero es preciso hacerlo porque los universitarios debemos ser ejemplo e involucrarnos en causas benéficas para quienes más lo necesitan.”

En 2023, Miriam fue reconocida con el Premio al Talento del Bachiller Universitario en Investigación Humanística y el Premio Estatal de la Juventud de la Ciudad de México al Mérito Cívico, Político o Ambiental y, recientemente, la Fundación de Apoyo a la Juventud y la UNAM le otorgaron la Presea Ingeniero Bernardo Quintana Arrioja 2023 en el área de Servicio, por su perfil y trayectoria tanto personal como profesional.

Foto: Francisco Medina.
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