Agua, entre más escasa, más cara

El agua cotiza en el mercado de futuros desde finales de 2020, una señal de que la ciudadanía tendrá que pagar más para acceder a ella, y se fijará un precio más alto por su extracción.

Agua, entre más escasa, más cara

El agua cotiza en el mercado de futuros desde finales de 2020, una señal de que la ciudadanía tendrá que pagar más para acceder a ella, y se fijará un precio más alto por su extracción.

Por Guadalupe Lugo

El agua es el bien más preciado, el recurso más importante que hay debido a que cubre muchas de nuestras necesidades básicas; sin embargo, su escasez ha hecho que desde diciembre de 2020 cotice ya en el mercado de futuros, aseveró el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, Darío Ibarra Zavala.

Explicó que ello significa que el recurso hídrico es ya un commodity más. Es decir, así como hay mercado de futuros para naranja, carbón, petróleo, gas natural, oro y plata, “dentro de esta canasta sólo agreguemos el agua, porque se trata de un bien cada vez más escaso”.

El economista universitario resaltó que conforme sea más evidente la falta de este líquido, la ciudadanía pagará cada vez más por este servicio; lo que implica que estaríamos cubriendo el precio real de su extracción.

Dijo que debido a la mengua cada vez mayor del agua y una creciente demanda de ésta, “en adición al cambio climático que también afecta su disponibilidad, muchos buscan desde ahora fijar su precio”.

Darío Ibarra destacó que los seres humanos hemos contaminado de diferentes maneras al planeta entero y una consecuencia es el calentamiento global. Como resultado de ello en algunas zonas donde antes había agua en abundancia ahora hay poca y viceversa, en áreas donde no se tenía ahora hay, es decir, ese ciclo está alterado.

Apuntó que los acuíferos son contaminados por la industria, en particular por las mineras. También, cuando no se tiene el cuidado adecuado en el tratamiento de los desechos industriales y de las ciudades, “esto, a la postre, igual termina por llegar a los mantos freáticos y contamina”.

Añadió que conforme ese líquido se va alterando y tenemos una menor oferta disponible, el precio comienza a reflejarse de alguna manera.

Ante ello, continuó, el que en este momento el agua esté cotizando en el mercado de futuros de Estados Unidos sólo es un paso más en la evolución de ese mercado. Es decir, todos pagamos por ésta, de una u otra manera, lo que nacionalmente se establece como la tarifa o precio, un costo que dictan los organismos reguladores regionales por cierto número de metros cúbicos, de acuerdo con la zona residencial.

Si bien es cierto que este recurso es un bien común y un derecho humano, “lo cierto es que también hay un costo de extracción, el cual es cubierto por los usuarios de alguna manera: puede ser en efectivo o a través del tandeo y de agua inadecuadamente tratada que llega a nuestras casas. “Por lo tanto, sí tiene un precio”.

Reiteró que al faltar cada vez más, “el siguiente paso en la evolución del mercado consiste en tratar de fijar el precio futuro del agua, sobre todo la industrial, pero también del sector doméstico”.

Subrayó que ésta sí tiene un precio que como usuarios no pagamos explícitamente, pero “que no esté monetizado no implica que no tiene un costo; lo mejor que podemos hacer es monetizarlo y asumirlo como consumidores o con el apoyo de cualquiera de los tres órdenes de gobierno”.

No debería causarnos ninguna sorpresa que en un futuro cercano el agua entre a las bolsas de valores, no sólo de México sino del mundo entero, es parte natural de la evolución de los mercados; Estados Unidos ya dio el primer paso y es altamente probable que pronto comience a ocurrir en otros países.

En México, agregó, ya se tienen contratos con algunas empresas mineras, en particular en Zacatecas, en donde una compañía tiene un acuerdo con el organismo operador de agua local para no utilizarla directamente del acuífero para sus procesos de limpieza del metal, sino tratada. A cambio de ello la minera entrega el agua potable al operador, una especie de intercambio que en los mercados financieros se denominan swap, aunque en este momento no existe la formalización de que sea reconocido por una cámara de compensación, una de las actividades de las bolsas de valores.

Está bien que se reconozca que este recurso es una mercancía que tiene un precio en el mercado, hay entidades económicas, consumidores o empresas que lo demandan, pero también entidades públicas o privadas que lo producen, “por tanto hay un mercado”.

Darío Ibarra expresó que esto manda una señal no sólo a Estados Unidos o a México, sino al resto mundo en el sentido de que es cada vez más escaso este líquido, y por ello vale más internacionalmente hablando. Se trata de una medida para que más adelante su mengua no se convierta en un problema mucho más fuerte de lo que ahora es.


Lejos de considerarlo una mala noticia, es un indicador de que debemos hacer una gestión adecuada de nuestros recursos hídricos, concluyó.