“Ahora mi sueño es divertirme en la cancha”

Aerial Chavarin tuvo que probar otros deportes para encontrar en el futbol su verdadera pasión, esa que le permite disfrutar de cada entrenamiento, de cada partido, por el que ha tenido que viajar, adaptarse a otras culturas y convertir a Pumas (desde la media cancha) en un verdadero hogar. “Practiqué baloncesto, voleibol, atletismo.

Jugué basquetbol en mi primer año de universidad, pertenecí al equipo hasta mi segundo año. No había decidido ser jugadora de futbol hasta entrar al draft de la National Women’s Soccer League en 2020 y entonces empezar así mi carrera profesional. Ahora soy exclusivamente una jugadora de futbol.”

Su primer año fue complicado. La pandemia de Covid-19 modificó sus planes. Apenas pudo entrenar un par de semanas con Chicago Red Stars; luego llegaron los cambios. La oportunidad de jugar en Islandia y México, dos retos complicados.

“Fui a la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut. Estudié psicología hasta graduarme. Jugué futbol durante cuatro años y basquetbol por dos años en la universidad. Cuando salí, fui elegida en el draft para jugar con Chicago Red Stars, estuve con ellas por un año. Fue una temporada rara por la Covid-19, pero una buena experiencia. Crecí mucho como jugadora de futbol. Entrené por dos semanas y luego nos mandaron a casa.”

Después de eso tuvo la oportunidad de ir a Islandia. “Fue increíble, hermoso, tiene mucha naturaleza por todos lados. Es divertido formar parte de la liga, pero en ese tiempo aprendí a enfocarme en la vida fuera del futbol y es realmente maravilloso”.

Viajar a México fue muy raro para ella. “Jugar en diferentes países es difícil. Acoplarte a la cultura, al lenguaje y a la gente son algunas de las complicaciones a las que me enfrenté. Eso me hizo crecer como jugadora y como persona fuera de la cancha, así que estoy muy agradecida por todas las complicaciones y por todo lo que me ha pasado en este viaje”, comentó.

Desde su llegada a la Liga MX Femenil en enero de 2022, Aerial suma 16 partidos disputados, en los que ya convirtió cinco goles. Sabe que no ha sido sencillo, las lesiones, el idioma y el estilo de juego la han desafiado, pero reconoce que formar parte de Pumas femenil es un honor que la impulsa a ser mejor cada día.

“Mi tiempo aquí en Pumas ha sido bueno, a pesar de romperme la nariz y algunas lesiones. He podido desempeñarme en el nivel que puedo hacerlo, con mis compañeras y todo el equipo apoyándome. Ha sido increíble y amo estar aquí.”

Detrás de esos 1.78 metros de estatura, que suelen intimidar en la cancha, se esconde una mujer noble, alegre, cuyo único sueño ahora es divertirse, disfrutar del futbol, de esas habilidades en el campo que la harán crecer y ser mejor cada día.

“Mis sueños solían ser estar en los Olímpicos, una Copa del Mundo, pero me di cuenta de que eso me hacía sentir mucha presión y entonces no jugaba tan bien como quería. Ahora, mi sueño es divertirme, dar todo lo que tengo cada vez que piso la cancha. Creo que Dios me dio estas habilidades atléticas y sólo necesito usarlas. Así que debo divertirme y jugar tanto tiempo como pueda.”