Consecuencias de aislar a los ancianos durante la pandemia de COVID-19

Esto les impedirá el contacto social por lo que serán necesarias acciones urgentes para mitigar las consecuencias del aislamiento en su salud física y mental.

A medida que la infección por coronavirus avanza por el mundo, las autoridades sanitarias de cada país recomiendan a la sociedad que permanezca en sus casas, en especial los adultos mayores, protegidos por su familia. Pero al mismo tiempo se busca evitar que se saturen sus sistemas de salud.

Aislar a los adultos mayores podría reducir la transmisión de la enfermedad, lo cual es lo muy importante para retrasar el pico de casos y minimizar la propagación del virus, pero también les impedirá el contacto social con su familia y amigos por lo que serán necesarias acciones urgentes para mitigar las consecuencias del aislamiento en su salud física y mental porque para algunos sus únicos contactos son con los centros comunitarios y las iglesias.

Además, los que no tienen familiares o amigos cercanos y dependen de los servicios sociales estarían en un riesgo adicional, en especial los que viven solos o en lugares apartados.

Sin embargo, la adherencia a las estrategias de aislamiento probablemente disminuya a medida que transcurra el tiempo por lo cual la duración de dichas medidas de mitigación debe calcularse muy bien para evitar incrementar la transmisión y la morbilidad del COVID-19.

“Toda crisis, además de sacudirnos nos da oportunidades de replantear cosas, y uno de estos replanteamientos es cuidarnos unos a otros considerando que no podemos saber si somos más vulnerables que otros porque eso tiene qué ver con nuestro sistema inmunológico y nuestras exposiciones a la enfermedad”, dijo Verónica Montes de Oca, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

“Tenemos que proteger a los adultos mayores, pero también a las mujeres porque ellas están en contacto con los otros protegiéndolos”, dijo y agregó que a las mujeres en general se les ha impuesto un rol de género, el de cuidar: pueden ser las abuelas, las hijas mayores, pero también las hermanas, todas son cuidadoras. “Es muy importante que aprendamos a cuidarnos unos a otras, todas y todos, no sólo las mujeres”.

En los últimos días, aseguró, se ha estigmatizado a las personas mayores como focos de infección porque son más susceptibles de enfermarse, y se deja a los jóvenes con una supuesta libertad de poder salir.

Las autoridades sanitarias nos han informado que las personas de la tercera edad y con alguna enfermedad crónica, como diabetes, obesidad, asma, hipertensión, son las más vulnerables al coronavirus, pero esto no significa que los demás no tengamos que preocuparnos.

En días recientes se han conocido casos de jóvenes y de niños que fueron encontrados positivos al virus, lo cual significa que el sistema inmunológico es una construcción social que nos ha hecho desarrollar ciertas defensas en comparación con personas con estándares de vida diferentes.

Hay personas obesas desde edades muy tempranas o que tienen diabetes desde muy jóvenes lo cual nos señala que el sistema inmunológico no es una cuestión de edad, sino de la calidad de vida de esas personas.

Los jóvenes tienen que cuidarse porque puede ser que su sistema inmunológico tarde en debilitarse en algún momento la enfermedad se desarrollará, y aunque la infección avanza más rápido en las personas mayores porque su sistema es más débil, lo mismo pasa en jóvenes con alguna enfermedad crónica.

“Como sociedad tenemos que considerar que los adultos mayores son uno de los grupos más vulnerables, no solo porque son más susceptibles a contraer la enfermedad, sino porque han estado desprotegidos por el sistema de seguridad social”, dijo la investigadora.

“Esto va para largo y más vale que tengamos cuidado y tratemos de dar un mensaje de aliento a la gente. Tenemos que hacer de esta crisis una oportunidad para el trabajo mutuo”, finalizó la académica universitaria.

 

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