Amante de la tierra; de flores, cerros y cielos
El portador del papalote arribó al destino. Sus huaraches no frotan más la tierra solar, ha abandonado por completo su capilaridad, en su testa y en el rostro. Francisco Toledo siempre pareció extraer los colores de su origen natural: flores, cerros y cielos. Fue amante del maíz, del frijol, de todo aquello que lo hizo mirar la tierra.
La Universidad, mediante cada una de las instancias que se relacionan con el conocimiento, la estética y las artes, lamentó la desaparición física de quien fue el mejor pintor mexicano contemporáneo, hasta hace unas horas.
En entrevista concedida hace algunos años para Radio UNAM, el artista plástico, fotógrafo, activista y promotor cultural dijo que trabajaba sin ninguna esperanza, y sin ningún futuro, pero lo hacía.
“Claro que me interesa lo que está pasando en el país; pero soy un simple pintor, el desastre que es la nación –porque no solamente es Oaxaca–, pues es obvio, me preocupa lo que pasa en Ciudad de México, como me preocupa la situación política internacional, ¡en fin!”
Creo que es muy importante la politización de artistas, dijo, que cumplan o hagan una labor de convencimiento y educación, es válido, continuó. Qué más quisiera tener una influencia en la comunidad, en la sociedad, a través de la pintura. Ahora no se puede, no se hace. Añadió que el dinero que genera la pintura puede utilizarse para fines sociales en la comunidad, porque las artes plásticas son un comercio como cualquier otro y tiene todas las bondades e inconveniencias de los mismos.
Una decena de tesis, en su mayoría de posgrado, respaldan el análisis, el abordaje y la reinterpretación que de su obra han realizado los universitarios de diferentes generaciones. Una de las primeras exposiciones del artista zapoteco fue registrada por Gaceta UNAM, en octubre de 1975 en el MUCA.
Impresiones, expuso a artistas contemporáneos de manera colectiva. En esa modalidad de curaduría fue la muestra de su obra en los recintos de la UNAM. Así transitó desde galerías pequeñas como en octubre de 1996, en la Adolfo Best Maugard del CEPE, hasta lo mayúsculo en el Antiguo Palacio de Minería, un año después.
Expuso en la Galería de Arte del MUCA Roma en 2002; en 2006, en la estación del Metro Bellas Artes, dentro del programa El Museo Fuera del Museo, a petición del Museo Universitario del Chopo; en 2007 en la entonces Escuela de Extensión en Canadá de esta Universidad, y en marzo 2018, La Mirada de Toledo. Colección Nacional de Estampa, llegó a la Antigua Academia de San Carlos, y justo ahí la más reciente y vigente con De humanos, lugares y cosas, fotografías de la Colección Toledo, hasta el 25 de octubre.
Justo en el corazón de la ciudad, se halla el Centro de Extensión Oaxaca del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE). Desde ahí, su coordinadora, Zaira Jiménez, aseguró que Francisco Toledo deja también un vacío físico. “Siempre tuvo las puertas abiertas para todos los estudiantes que se acercaban”, indicó.
En su oportunidad, Gerardo García Luna, director de la Facultad de Artes y Diseño (FAD), anunció que hoy 9 de septiembre se realizará un homenaje en el Plantel Xochimilco.
“El viernes, alumnos intervinieron uno de nuestros puentes emblemáticos del campus con la leyenda “Gracias Toledo”, en el que reconocieron el arte como transformador social, que nos ha enseñado camino y razón”, mencionó.