Analizan en el CEIICH el anarquismo desde diversos enfoques

A partir de la tesis anarquista de la filósofa francesa Catherine Malabou, la cartografía del anarquismo, contundente ideología política del siglo XIX, adquiere otro cariz. Ella empieza por reconocer una deuda del pensamiento político al haber dejado de lado ese horizonte crítico en donde albergaron su potencia radical teóricas y activistas feministas, afirmó Maya Aguiluz Ibargüen.

La investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM coordinó el Ensamble Anarquismo a futuro, donde se ofreció un panorama del orden de problemas que encara tanto la filosofía, como la teoría y la praxis anarquistas, desde conexiones construidas a partir de la propia filosofía, pero también en la política, las neurociencias, el psicoanálisis o los feminismos.

En el marco del Seminario de investigación avanzada Estudios del cuerpo (ESCUE), 2023, que lleva por tema Posthumanismos y materialidad, dijo que uno de los conceptos y preocupaciones centrales de Malabou es la plasticidad, su estudio parte de la fenomenología de Hegel, pero, sin duda, “sus reflexiones bajo esta clave cruzan la epigenética y las cuestiones emergentes desde el papel, cada vez más desafiante, de fenómenos como la inteligencia artificial”.

En los 20 años recientes, dicho concepto no ha permanecido pasivo a una única formación conceptual. En los primeros años de la década del 2000 fue definido como ese proceso capaz de dar y recibir una forma, “poco a poco lo plástico va más allá del surgimiento y la disolución de formas materiales, simbólicas, biológicas, etcétera”.

El calificativo (lo plástico) y su nominación (la plasticidad) nos remonta a las capacidades de las formas para intercambiar o transformarse de un régimen a otro: de lo biológico a lo simbólico, de lo material a lo conceptual, expuso la universitaria.

Catherine Malabou, desde su formación doctoral en torno a la fenomenología de Hegel, “ha desplegado una concepción maestra sobre la plasticidad”, añadió Aguiluz Ibargüen.

Con un lugar inspirador en el pensamiento interdisciplinario del siglo XXI, que se mueve por las teorías materialistas y feministas pasando por la deconstrucción, las neurociencias y el psicoanálisis, la filósofa divide su tiempo entre la escritura y la investigación en Londres, con estancias en su natal Francia y en universidades extranjeras, mencionó.

En su libro El porvenir de Hegel, se muestran ya los conceptos importantes para la autora francesa: plasticidad, temporalidad y dialéctica, que forman el subtítulo, puntualizó Maya Aguiluz.

La conferencista magistral del Ensamble Anarquismo a futuro, refirió que la propia Catherine Malabou, investigadora del Centre for Research in Modern European Philosophy, en la Universidad de Kingston, Londres, habló de un punto importante en Freud: la relación entre anarquía, anarquismo y el inconsciente.

“En el texto de Freud llamado Más allá del principio del placer, el autor desarrolla sus tesis, aunque no automáticamente, sobre anarquismo, tema constantemente presente ‘entre paréntesis’”.

El título del libro es interesante porque anarquía en griego significa más allá del principio (N.MAI: éste es sólo un sentido del arjé, que J. Derrida precisó en una doble vertiente: principio físico y mandato, principio del orden o nomos). Freud entonces se pregunta ¿hay algo más allá del principio (digamos del mandato en un orden)? y ese cuestionamiento es psicoanalítico. El principio del placer es importante en psicoanálisis y en política.

Podemos considerar al inconsciente como el anarquista de la mente humana. Freud pregunta si el inconsciente busca un estado de cosas que iría más allá de cualquier forma de gobierno; pero es muy ambiguo en esta cuestión.

Por un lado dirá que hay una tendencia anarquista en el inconsciente que va más allá de los principios del gobierno, pero al mismo tiempo dirá que no, y permanecerá en cierto sentido detrás de su propia hipótesis diciendo que en el psicoanálisis, el inconsciente permanece en control.

El también filósofo francés, Jacques Derrida, se ubica en esa ambigüedad; él mismo tiende a concluir que el inconsciente no es anarquista. “La cuestión será que el anarquismo es imposible porque el inconsciente está siempre gobernado por algo”.

Eso es muy sorprendente: en vez de defender la tesis del anarquismo, Derrida retrocede y dice que no. “El marco general de discusión es el inconsciente anarquista, o acaso solamente una tendencia anarquista que al mismo tiempo permanece siempre bajo control”.

La obra mencionada es una de las más importantes de Freud, y en ella se reta a sí mismo, diciendo que hasta ahora hemos admitido que el inconsciente, aunque sea caótico, desorganizado, siempre está gobernado por un principio: el del placer, concluyó Catherine Malabou.

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