Analizan la conservación estética del Centro SCOP

Académicos y estudiantes del IIE colaboran en la declaratoria de Patrimonio Artístico del inmueble

Fotos: cortesía Ricardo Alvarado y Eumelia Hernández.
Un grupo de académicos y alumnos del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), encabezado por los historiadores del arte Renato González Mello y Elsa Arroyo Lemus, realizó una revisión sobre el valor estético y las opciones para la conservación y uso del Centro SCOP, infraestructura que hasta 2018 alojó a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

De los resultados del análisis, efectuado entre 2018 y 2019, se determinó la participación de los especialistas universitarios en los estudios para considerar la factibilidad del traslado de sus murales y de la intención de demolición de esa infraestructura, cuyas expresiones plásticas atrajeron la sensibilidad popular.

Expresaron que se trataba de un conjunto que caracterizó a las artes plásticas de México de mediados del siglo XX, diseñado por Carlos Lazo, Augusto Pérez Palacios y Raúl Cacho, y construido entre 1952 y 1954.

Fue revestido por murales de José Chávez Morado, Juan O’Gorman, Jorge Best, Arturo Estrada, Luis García Robledo, José Gordillo y Guillermo Monroy, además de un conjunto escultórico de José de Jesús Francisco Zúñiga y Rodrigo Arenas Betancourt.

Renato González y Elsa Arroyo recordaron que, como resultado del sismo del 19 de septiembre de 2017, numerosos monumentos con valor artístico quedaron seriamente dañados; uno de ellos fue el conjunto de edificios que alojó a la SCT, motivo por el cual se anunció que sería demolido y sus decoraciones enviadas al aeropuerto que se planeaba construir en Texcoco.

Ante esa posibilidad, los integrantes del Seminario de Estudio y Conservación del Patrimonio Cultural del IIE propusieron, en primera instancia, la elaboración de estudios para definir su viabilidad, así como la probable demolición de esa infraestructura.

“No nos parecían lo suficientemente argumentadas y con fundamento esas decisiones; hicimos notar que el traslado de un monumento es una de las medidas de preservación que todos los documentos internacionales recomiendan dejar como último recurso”, puntualizó González Mello.

Elsa Arroyo mencionó que después del sismo de 2017 uno de los objetivos del equipo de investigación fue comprender el grado de afectación a la infraestructura del Centro SCOP y precisar cuáles habían sido las acciones de rehabilitación que se hicieron después del terremoto de 1985.

“Sabíamos perfectamente que éste había sido uno de los edificios más dañados, por lo que nos dimos a la tarea de develar, con documentos históricos, fotos y testimonios publicados en distintos medios de comunicación, entre otras fuentes, qué había ocurrido después de ese colapso.”

En 1988 se demolió la mitad superior de la infraestructura; es decir, cinco de los 10 pisos originales, lo que significó que hubo un trabajo de recuperación de al menos 50 por ciento de los murales, apuntó la académica universitaria.

En ese sentido, abundó, un proyecto como este busca contribuir a identificar esos problemas y los desafíos que enfrenta la rehabilitación patrimonial, algo nada simple porque se trata de recursos económicos y de entender qué se pretende con la recuperación de los edificios, “hasta dónde vamos a respetar su integridad o a utilizar lo que se conserva para construir, a partir de ahí, una nueva zona de monumentos”.

Memoria colectiva

Al respecto, Renato González detalló que parte del plan fue hacer una revaloración de la opinión de los habitantes circundantes al Centro SCOP, qué piensan sobre el conjunto y sus decoraciones, labor que llevó a cabo Francisco Alvarado, uno de los estudiantes que intervino en la iniciativa y cuya encomienda fue documentar el lugar que ocupa el conjunto arquitectónico en la memoria colectiva de la comunidad aledaña a los edificios.

Explicó que parte de los resultados del proyecto es la titulación de los participantes por medio de ensayos, los cuales están prácticamente concluidos; cada uno de éstos formará parte de un capítulo de una obra que se publicará en cuanto el resto de los jóvenes tesistas terminen el proceso referido. La introducción a dicho texto estará a cargo de ambos investigadores y en ella expondrán los criterios de restauración y cómo debe entenderse el rescate de las obras originales y sus réplicas, cómo interactúan las leyes y la ética de la conservación, entre otros temas.

Elsa Arroyo mencionó que otro de los productos en los que se trabajó dentro del seminario fue la colaboración con las autoridades del INBA, en la generación de la declaratoria de Patrimonio Artístico del Centro SCOP, una tarea de muchos meses en la que también intervinieron activamente los alumnos.

En ese sentido, el experto universitario resaltó que la declaratoria tiene un avance de 90 por ciento, corresponde a las autoridades concluirla. “Estamos contentos porque aceptaron hacerlo con un grupo de estudiantes universitarios, fue una colaboración afortunada que ha dado buenos resultados”.

Francisco Alvarado dijo que su participación se basó en comprender cómo ha sido la relación de la comunidad con el Centro SCOP en tres momentos históricos: su creación en 1954, su ocupación y el acceso a las fuentes escritas, así como la situación del conjunto después del terremoto de 1985.

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