Aprovechan lectores ventana pandémica para releer obras

Resultados del estudio “La experiencia de leer durante el encierro por la Covid-19” de Ben Davies y Christina Lupton

Obras como La peste, Ensayo sobre la ceguera o Station eleven fueron grandes compañeras retomadas de las repisas o revaloradas durante la pandemia por la Covid-19, tiempo que permitió a muchas personas leer, pese a que varias tuvieran la sensación de tener menos tiempo para hacerlo.

Esto lo revelan Ben Davies (Universidad de Portsmouth) y Christina Jane Lupton (Universidad de Copenhagen), titulares del estudio “La experiencia de leer durante el encierro por la Covid-19”, cuyos primeros resultados fueron presentados en la segunda sesión del Ciclo Internacional “Una cita con la Biblioteca Nacional de México: Historia de la lectura y del libro en la pospandemia. Reflexiones sobre un porvenir incierto”, transmitido a través de la página de Facebook del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB).

Davies y Lupton explicaron que el proyecto The Experience of Novel Reading During Covid-19 Lockdowns 2020 surgió ante la perspectiva –presentada en medios de comunicación al inicio del confinamiento en 2020– de que era el momento ideal para retomar la lectura de grandes novelas clásicas como Ana Karenina, La guerra y la paz, Crimen y castigo, la saga de Outlander, o aquellos libros que la vida ajetreada no permitía.

De la segunda mitad del 2020 a la primera del 2021, los expertos encuestaron a 800 lectores de diferentes regiones del Reino Unido y Dinamarca, con condiciones económicas y orígenes étnicos diversos, quienes sólo compartían como factor común el leer en un momento particular de la historia. Se acercaron a 10 por ciento de estos participantes encontrando que 75 por ciento eran mujeres, y de ellas 95 por ciento blancas.

“Al inicio de la pandemia, como lo demostraron nuestras primeras entrevistas, muchas personas estaban leyendo lo primero que tenían a la mano o lo que ya estaba en sus repisas, libros guardados en bodegas; se dieron a la relectura de libros que ya tenían o recurrieron a Internet para descargar audiolibros gratuitos de las novelas de Jane Austin”, explicó Lupton.

La directora de la Escuela de Inglés, Alemán y Lenguas Romances agregó que, por ejemplo, la venta de La peste, de Albert Camus, creció en mil por ciento en el Reino Unido; mientras que su traducción al danés creció 1,250 por ciento respecto a 2019, siendo considerada por varios lectores como una obra muy similar a la pandemia actual, aunque “un poco más extrema”, pues la historia se desarrolla en un tiempo en que la tecnología impedía mandar cartas inmediatamente y la gente no podía comunicarse por teléfono.

La peste no se escribió como un informe de eventos que ocurrieron en la vida real. Camus inspira su descripción de la enfermedad que ataca a Orán en otras ficciones sobre pestes, tales como Diario del año de la peste, de Daniel Defoe. Además, su novela se escribió con el objetivo de representar otro tipo de amenazas para la sociedad”, comentó la investigadora.

En tanto, Davies destacó que muchos de los lectores con quienes hablaron les expusieron complejos argumentos sobre lo que esperaban de una novela en la cuarentena entre los cuales destacaban obras cargadas de alegoría.

Además, para los habituales lectores de ciencia ficción o romance, por ejemplo, novelas antes consideradas simples o dedicadas a la educación se convirtieron en importantes referentes para abordar cuestiones de historia, mortalidad y tiempo.

“La pandemia parecía haber problematizado la distinción entre la lectura crítica y la acrítica, al hacer que categorías como la identificación, la distracción y el apego –las cuales la lectura acrítica defiende– fueran, a menudo, menos relevantes en tanto explicaciones de por qué un tipo específico de gente lee”, comentó el experto en literatura inglesa.

Algo curioso que encontraron ambos expertos es que los lectores no reportaban tener más tiempo, pues los padres de familia debieron apoyar en las labores del hogar, trabajar en línea, cuidar de los hijos, por lo que muchos sentían tener menos tiempo para ellos mismos, “la mayoría de los lectores leían más y lo hacían a pesar de la sensación de tener menos tiempo”, reflexionó Davies.

Entre los motivos para leer más, muchos reportaron el deseo de conocer sobre las plagas del pasado, relacionarse nuevamente con sus estantes, nuevos lanzamientos como la obra Verano, de Ali Smith (lanzada en 2020), para escapar del encierro o informarse sobre episodios históricos que llevaron al movimiento Black Lives Matter (BLM).

Así, en 2020 muchos consumieron novelas con un hambre nueva de perspectiva histórica y sentido de aplicabilidad a sus vidas. Entre las más consultadas destacaron Severance de Ling Ma; Station eleven de Emily St. John Mandel, y Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago, donde los autores usan la enfermedad y los desafíos que enfrentan sus sobrevivientes para abordar problemas más grandes de una sociedad en riesgo de autodestrucción.

Finalmente, los expertos señalaron que, si bien algunas personas tuvieron más tiempo para leer en la cuarentena, el proceso pandémico ha sido tan complejo que no los llevó a textos particularmente críticos como la obra de Tolstoi, como se creía en un inicio.

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