Asesoría académica a la Universidad de El Salvador

Las pedagogas Rosa Aurora Padilla Magaña y Adriana Yamille López Osorno, secretaria académica y asesora del Consejo Académico del Área de las Humanidades y de las Artes de la Universidad Nacional, respectivamente, asesoraron a la vicerrectoría académica de la Universidad de El Salvador, la más importante del país centroamericano.

“Ambas fuimos a San Salvador a trabajar con 78 profesores de 12 facultades y escuelas que están en un proceso de reestructuración curricular. Ellos pidieron el apoyo a la coordinación del Consejo Académico de las Humanidades y las Artes para que fueran personas de la UNAM a darles un diplomado referente a la elaboración de planes y programas de estudio”, narró Padilla Magaña.

Las expertas trabajaron con los salvadoreños una primera parte en la que revisaron el proceso a seguir. Las siguientes reuniones serán en julio y en noviembre próximos, cuando regresen para dar continuidad al trabajo. Su asesoría se convertirá en el Diplomado Planes y Programas de Estudio, y tendrá un valor curricular en El Salvador.

En esa modificación participan carreras de distintas áreas, entre ellas ciencias de la salud, ingeniería agrícola y física.

“Quienes tomaron el curso son los profesores encargados de coordinar las comisiones de cambio curricular, debido a que se requiere una formación y toma de decisiones”, señaló López Osorno.

Pedagogía transversal

Independientemente de las disciplinas que hagan en El Salvador su revisión de planes y programas de estudio, la asesoría de ambas universitarias fue como expertas en pedagogía, un campo transversal a todas las modificaciones curriculares.

Padilla recordó que en la Universidad Nacional este proceso se realiza cada cinco años, tiempo en que las entidades tienen que elaborar un diagnóstico para valorar si se necesita ser solamente actualizado o si requiere una reestructuración.

Los docentes estuvieron muy dispuestos al diplomado, pues no tienen una formación pedagógica, únicamente han tomado pequeños cursos y requieren de un acompañamiento, porque están en estas comisiones de reestructuración de planes de estudio sin tener mucha claridad conceptual y metodológica, reconocieron las expertas.

“Fue un trabajo enriquecedor; ellos estuvieron muy abiertos a la experiencia, deseosos de llevar lo aprendido a sus comunidades y mejorar el nivel de la Universidad de El Salvador”, afirmó Padilla.

“Tratamos de darles elementos para que pudieran reestructurar sus programas. Hasta ahora, los esfuerzos habían sido de forma aislada. Allá no es como en la UNAM, donde tenemos una guía que todos debemos seguir para modificar un plan de estudios. Allá no hay una centralización de estos procesos”, resumió López Osorno.