Seminario de la FE
Aún sin identificar los impactos de la pandemia en la economía mexicana
Conviene plantearse una reforma fiscal sustantiva, con política tributaria progresiva y política de gasto productiva
Todavía no hemos identificado la totalidad ni la profundidad de los impactos y desafíos que la emergencia sanitaria ha puesto en la agenda de la política económica mexicana, afirmaron expertos de la Facultad de Economía (FE).
Aún no se están tomando las decisiones que requiere, no sólo la coyuntura, sino una visión de largo plazo, estructural, de la recuperación, con intención de que genuinamente se convierta en desarrollo económico, social y ambientalmente adecuado, señaló Eduardo Vega López, director de la FE.
Hay que convencer a quienes toman decisiones que trascienden nuestra vida pública que conviene plantearse una reforma fiscal sustantiva, con política tributaria progresiva y política de gasto productiva; y con medidas anticíclicas, para tratar de moderar caídas brutales de la economía, agregó.
Una vez que ha avanzado el proceso de vacunación nacional contra la Covid-19, tenemos “condiciones propicias que comienzan a poner en la mesa futuros menos pesimistas de los que teníamos hace un trimestre o dos”.
No obstante, reconoció en la inauguración del Seminario Impactos y Desafíos de la Pandemia en la Economía Mexicana, los retos son monumentales porque aún no se ha recobrado a cabalidad, no sólo en número sino en calidad, la inserción laboral de la mano de obra que se desocupó con la pandemia, “y menos aún hemos recuperado los niveles de remuneraciones al trabajo y de ingresos en relación con la inflación que hemos padecido no sólo en 2020, sino también la que estamos registrando en 2021”.
Durante la pandemia, con las políticas imprescindibles de resguardo domiciliario y de paralización inducida de las actividades económicas para tratar de evitar contagios masivos aún mayores, no todos lograron tener empleo, remuneraciones y seguridad laboral.
La recesión profundizada por la pandemia y las políticas de confinamiento impusieron una realidad aún más difícil: sabemos, mediante la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares más reciente (2020), que en comparación con 2018 ahora tenemos más pobreza y desigualdad que antes, explicó el director.
Los hogares pueden ser agrupados de acuerdo con los ingresos que perciben. A cada uno de estos grupos se les conoce como “deciles”, cuando se forman diez conjuntos del mismo tamaño, por lo que el primer decil está integrado por la décima parte de los hogares que tienen los menores ingresos y así de manera sucesiva, hasta llegar al último decil, que está compuesto por la décima parte de los hogares con los más altos ingresos.
La diferencia de ingresos promedio entre los integrantes del decil 10 en relación con los del decil uno es de más de 23 veces, refirió Eduardo Vega.
Nancy Müller Durán, académica de la Facultad, recalcó que la Covid-19 ha dejado estragos económicos en el mundo y en la economía mexicana. La recesión, el desempleo y la desigual distribución del ingreso son sólo ejemplos de lo que observamos o, incluso, experimentamos como población.
Además, sostuvo, hemos visto que las respuestas de política económica para afrontar la emergencia sanitaria no han sido suficientes, incluso la economía mexicana sigue intentando ajustarse al comportamiento dinámico de la pandemia. “Se siguen utilizando las mismas medidas basadas en la teoría económica dominante y son conocidos los resultados de las mismas”.
Rigor científico
Respecto al seminario, coordinado en conjunto con Isabel Osorio Caballero, también integrante de la FE, subrayó que participan académicos con trayectorias sólidas, quienes analizan desde diferentes áreas de la economía y con rigor científico “los desafíos que nos atañen”.
En la conferencia magistral Crecimiento, Desarrollo y Desigualdad: un Análisis para México, Andrés Artal-Tur, de la Universidad Politécnica de Cartagena, España, aseguró que si se reduce la desigualdad social, disminuye también la económica.
La reducción del gasto educativo nunca es buena. “La educación es fundamental para un país y ahí está la base de la desigualdad”, dijo el especialista. Debe interesarnos tener un país, no sólo económica, sino socialmente rico.
Al hablar de las áreas de oportunidad a futuro recordó que la economía del siglo XXI estará relacionada con los servicios de Internet, donde el valor se va a crear a partir de la capacidad que tengamos de utilizar big data y el conocimiento, entre otros aspectos.