Investigación del Instituto de Biotecnología

Avanzan en el uso de bacterias capaces de degradar el petróleo

Los microorganismos también podrían ayudar en el tratamiento de fosas sépticas y la recuperación de cuerpos de agua

Pruebas realizadas en el laboratorio. Foto: cortesía Liliana Pardo.

Científicos del Instituto de Biotecnología (IBt) han dado el siguiente paso para el uso de bacterias capaces de degradar el petróleo y sus derivados entre ellos, posiblemente, plásticos, pues han realizado con éxito las primeras pruebas en Sonora y Guerrero, avanzando así en su futuro uso en beneficio de la humanidad.

Las bacterias fueron detectadas como parte de los hallazgos del Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), donde colaboran Liliana Pardo López y Fidel Alejandro Sánchez Flores, ambos investigadores del IBt.

Apoyados por la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica, los científicos se han dado a la tarea de revisar detalladamente la eficacia de los microorganismos para biorremediar un derrame petrolero, cuerpos de agua contaminados, limpiar contaminación por hidrocarburos y, quizá, degradar las islas de plásticos en el agua.

“Tenemos ya una gama de productos que se pueden empezar a desarrollar, que van de cosas más sencillas como productos para el tratamiento de fosas sépticas, hasta el potencial de remediar un derrame petrolero y pasando por la remediación de cuerpos de agua, todo con el paquete de bacterias que se han aislado del Golfo de México y que finalmente es parte de nuestra aportación dentro del consorcio”, precisó Sánchez Flores.

Las pruebas consisten en revisar la eficacia en agua de mar y arena. La primera se realiza en Sonora, pues implica bombear cinco mil litros de agua de mar, para tener una contaminación controlada. Por otra parte, la segunda con arena contaminada se hace en Guerrero, en una región a pie de mar donde se tiene acceso a ella que es puesta en mallas para evitar que los contaminantes usados en la prueba pasen al subsuelo.

“Hoy en día tenemos estudiantes de doctorado en el IBt que justo están comprobando que esas bacterias pueden también degradar plásticos; estamos trabajando con diferentes tipos de éstos. Yo estoy en Francia haciendo un año sabático en La Sorbona y trabajando con la degradación de plásticos en el Mediterráneo para poder traer ese conocimiento al Instituto”, agregó Pardo López.

De la ciencia básica

Desde hace seis años ambos especialistas participan en las campañas oceanográficas del CIGoM junto con investigadores del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior (CICESE) Ensenada, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, y el Cinvestav-Mérida, con el objetivo de conocer qué tipo de microorganismos habitan el Golfo de México y hoy pueden ser aprovechadas en como herramientas para biorremediar playas o aguas contaminadas.

“Sería muy bueno que toda esta tecnología, como es la biorremediación, que es superamigable con el medio ambiente, pudiera ser utilizada más, creemos que hacia allá hay un buen futuro, tratar plásticos, materia orgánica, contaminantes de muchos tipos, metales; sería muy bueno que más gente se uniera a este esfuerzo y se hiciera el círculo virtuoso de investigador y empresario”, destacó Pardo López.

Científicamente hablando, añadió la líder institucional ante el consorcio, los resultados fueron extraordinarios, el primero de ellos es el Atlas de Línea Base Ambiental del Golfo de México que es un gran acervo para el país, publicamos 11 tomos sobre meteorología, oleaje, pastos marinos, etcétera, y uno de ellos está dedicado a las bacterias.

Los investigadores analizaron los microorganismos con una técnica llamada metagenómica, que les permite extraer el ADN y varias cepas (conjuntos de microorganismos que pertenecen a una misma especie y provienen de una única célula) mas fueron llevadas al laboratorio para secuenciar sus genomas, clasificarlos y gracias a ello hoy en día el IBt cuenta con una base de datos de 300 bacterias aisladas, de las cuales se ha identificado 43 que pueden degradar el petróleo.

“Estas 43 llegaron a una maduración tecnológica… El primer paso fue la generación del conocimiento y después pasamos a la formación de un recurso tecnológico. Lo que seguiría para continuar con el círculo virtuoso sería la transferencia, tal vez a la iniciativa privada”, agregó la experta.

Para ello, junto con expertos del CICESE y técnicos de extracción, los investigadores de la UNAM crearon la empresa Display Genomics, S. A. de C. V., con la cual realizan las primeras pruebas piloto de la eficacia de estas bacterias en Sonora y Guerrero.

Respecto a la seguridad de utilizar los microorganismos para la degradación de petróleo, hidrocarburos u otros contaminantes, Sánchez Flores, detalló que la idea es permitirles crecer en el laboratorio para poderlos aplicar en la zona afectada.

“El contaminante afecta las bacterias que normalmente habitan ahí y que no están preparadas para degradar esos compuestos y, cuando aplicas de manera exógena a microorganismos que sí lo pueden hacer acaban con el contaminante y después perecen dado que no están acostumbrados a vivir en ese medio”, indicó.

Ambos expertos agregaron que en este momento lo más importante para continuar las pruebas es conseguir inversionistas, pues ellos al ser investigadores no tienen tanta experiencia. Si bien han sorteado muchas trabas en el camino, la tarea no ha sido fácil.

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