Benito Taibo rompe una lanza en favor de la lectura por placer

El escritor habló de la formación de la identidad a través de la literatura

La obligatoriedad es el peor enemigo de los libros”, sentenció Benito Taibo, escritor y director de Radio UNAM, en una charla para la Cátedra Extraordinaria de Fomento a la Lectura José Emilio Pacheco. El poeta y narrador compartió sus experiencias como ávido lector en la conferencia transmitida por Universo de Letras y en la que se propuso “romper una lanza en favor de la lectura por placer”.

Durante su exposición, titulada Lectura y Jóvenes: La Literatura contra los Monstruos de la Realidad, Taibo hizo un rápido recorrido por la historia del libro. Rememoró uno de los tiempos más remotos de la humanidad, el Paleolítico superior. En ese periodo surgieron las primeras representaciones artísticas y no sólo era lo visual, sino también ya existía ahí una narración. “Desde entonces hemos vivido contando historias”, comentó.

Otro salto importante en la literatura fue, sin lugar a dudas, la invención de la imprenta por Gutenberg, que logró democratizar a la palabra ya que empezó a circular a mayor escala.

Sobre su experiencia personal, reconoció que su círculo familiar le ayudó a forjarse como lector por placer. Entre sus mentores de literatura estuvieron su padre y su hermano, quienes le daban libros a un joven Benito Taibo. No obstante, su camino fue sinuoso: a los 12 años le obligaron a leer a clásicos como la Odisea y Cantar de Mio Cid. Esa acción casi concreta su odio hacia los libros. “Los clásicos llegan en su momento”. El autor recomendó a sus oyentes no atiborrarse de manera temprana con estos textos.

Tras esa experiencia, Benito Taibo pudo consolidarse como lector por placer. “El placer es algo intrínseco en la lectura”, así como halla gusto al leer novelas, el goce se puede presentar también en una caja de cereal. Una de sus principales fascinaciones es reconocer la otredad, saber que hay otros que piensan distinto a él pero son complementarios: “Del otro lado de las palabras hay alguien que las escribió”.

Foto: Juan Antonio López.

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La literatura también es compartir. Durante sus años de formación básica, el escritor encontró su nicho. Su grupo de amigos se juntaba para leer, compartir y comentar aquello que les apasionaba. Un momento vital de esas reuniones, recuerda, fue deshacerse de la idea del libro como un objeto sagrado, intocable. Con anotaciones, dobleces y más, el libro pasó a ser un artefacto de uso. Al día de hoy, su biblioteca continúa con este modo de uso.

El escritor argentino Tomás Eloy Martínez pensaba: “Somos, así, los libros que hemos leído. O somos, de lo contrario, el vacío que la ausencia de libros ha abierto en nuestras vidas”. Sobre la formación de la identidad a través de la literatura, Benito Taibo ratifica: “Sin la literatura cojearíamos mucho para llegar a donde queremos estar”.

El paso del tiempo sólo ha esclarecido el camino del escritor como un lector crítico y exigente. Aceptó que se ganó “el derecho a no terminar un libro”, ya que, por encima del verbo, la lectura debe ser un acto de placer y un encuentro con uno mismo.

El creador de la saga Mundo sin Dioses se reconoció también como fanático de las conversaciones casuales en las librerías. “La relación establecida con otros lectores es única, de enorme complicidad, y no puede ser sustituida por nada y de ninguna manera”.

La conferencia formó parte del ciclo de charlas abiertas al público del Diplomado Intersecciones entre Educación, Mediación y Gestión Cultural: Perspectivas y Expectativas de las Prácticas Lectoras, de la Cátedra Extraordinaria José Emilio Pacheco. Puede verse en la página de Facebook del programa Universo de Letras.

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