Cambio climático, reto para la prosperidad económica mundial

En países como México son altamente vulnerables los productores de maíz, nuestro grano básico: Argelia Salinas Ontiveros, de Económicas

El cambio climático ha profundizado los problemas de la agricultura en el ámbito mundial, y muy especialmente la inseguridad alimentaria en los países de menor desarrollo como es el caso de México, donde los productores de granos básicos, principalmente de maíz, son altamente vulnerables a la sequía, afirmó la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Argelia Salinas Ontiveros.

Dijo que, en consecuencia, los cambios de temperatura y la falta de lluvia no permitirán seguir contando con alimentos y, por tanto, la inseguridad alimentaria profundizará la dependencia ya existente de granos básicos.

Consideró que, por ello, el análisis del suelo y del agua, dos recursos fundamentales para la producción de alimentos, adquiere cada vez mayor importancia.

Riesgo de disponibilidad

Salinas Ontiveros participó con la conferencia El impacto de la sequía en la seguridad alimentaria en México. Situación actual y perspectivas, en el Seminario de los Avances de Investigación del IIEc.

En un evento híbrido celebrado desde la Sala José Luis Ceceña Gámez del IIEc, la economista centró su estudio en la insuficiencia y/o carencia total del agua, más conocida como sequía, misma que se ha agudizado en los últimos años del decenio actual y que, frente a un campo empobrecido, coloca bajo riesgo la disponibilidad de alimentos.

Explicó que el sector agropecuario es un área económica la cual depende en gran medida de la temperatura y la precipitación pluvial, directamente relacionadas con el aumento o disminución de la productividad.

“Según las previsiones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), para el 2050 se deberá abastecer de alimentos a una población a la que sumarán unos 2,300 millones de personas, lo que implicará un aumento en la producción agrícola mundial del 70 %, cifra que dudosamente se alcanzará si ésta se lleva a cabo bajo el esquema actual en el que la productividad se obtiene a partir de formas intensivas con un uso excesivo de agroquímicos.”

Detalló que, debido a esta modalidad, las emisiones de dióxido de carbono tienen su origen en el uso intensivo de combustibles fósiles; no obstante, hoy día el maíz y otros granos para consumo humano se están destinando a la producción de petróleo, diésel y otros mal llamados bioenergéticos. “Mientras tanto, regiones enteras del mundo presentarán déficit severo en la producción de alimentos, y las necesidades nacionales ya no podrán cubrirse mediante importaciones. El cambio climático, es decir, el deterioro antropogénico de los recursos naturales y sus efectos negativos, nos plantea esta nueva realidad”.

El deterioro causado por el ser humano de los recursos naturales y sus efectos negativos, nos plantea una realidad de déficit severo

Nuevos problemas

La economista resaltó que hoy en día estamos frente al surgimiento de nuevos problemas, como el aumento en las islas de calor, mayores inundaciones en las costas, sequías más severas, así como tormentas tropicales y huracanes más intensos y campos de refugiados climáticos por el desastre que azota a todos los países, pero en especial a los subdesarrollados como el nuestro.

Los pequeños productores de México, citó, resultan especialmente afectados por el exceso o falta de lluvia de hasta 50 % (dependiendo de la región del país), 64.9 % de sequía, 57.7 % de fuertes lluvias o inundaciones, 55.0 % de plagas y 50.0 % de heladas.

Salinas Ontiveros mencionó que, aunque tarde, todavía nos encontramos a tiempo de fortalecer nuestra capacidad de adaptación ante la vulnerabilidad climática, pues, de otra manera, cualquier crecimiento económico, suponiendo que se concretara, puede anularse dejando en el nivel cero el modelo de la recuperación económica.

“El modelo actual de la economía en general y de la agrícola en particular nos alertan sobre los límites que tiene la importación de granos básicos y la exportación de hortalizas y frutas. El cambio climático y la sequía son desafíos para la prosperidad económica mundial, pero también son retos para la sobrevivencia de la humanidad”, concluyó.

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