Dos de ellos: Enriqueta Lunez y Juventino Gutiérrez

Cantos con los que se trascienden fronteras

Fotos: PUIC.

México tiene 68 lenguas de origen indígena, que son 68 formas de existir y ver el mundo. Por eso es fundamental que se conozcan a través de la escritura, dijo Juventino Gutiérrez Gómez en el marco del X Festival de Poesía Las Lenguas de América Carlos Montemayor.

Originario del pueblo de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, Juventino Gutiérrez mencionó que los seres humanos están hechos de palabras, y más allá de la poesía, el ser humano se acerca a la lengua, a la literatura oral y finalmente a la literatura escrita.

La literatura oral y la poesía emocionan porque están hechos de sentimientos y vida, y los seres humanos son la poesía que transmite energía, aunque sean malas energías, añadió el especialista quien es hablante de la lengua mixe.

Por ejemplo, cuando llega la soledad viene con la tristeza, y muchas veces la poesía puede reconfortar el alma del ser humano. Por eso es necesaria no sólo la poesía sino todos los géneros literarios que existen.

Santa María Tlahuitoltepec es un lugar muy conocido por la banda musical del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe, recuerda Juventino Gutiérrez con una sonrisa. Además es un lugar muy boscoso y fresco en un sitio muy bello, con buena gastronomía y gente maravillosas.

El primer intento de Juventino Gutiérrez para escribir poesía fue en la secundaria, cuando estuvo inspirado (como muchos) por el amor. Sin embargo, Gutiérrez piensa que fueron más versos que poemas.

Más tarde, durante la preparatoria se alejó de la poesía, y después decidió estudiar arte y patrimonio, pero la abandonó para ingresar a la carrera de Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, pensando que sería tranquila, pero no fue así.

Fue hasta el octavo o noveno semestre que se interesó por la poesía en lengua mixe, que además, considera, le dio la vida. “Si desde el español podemos hacer poesía, yo creo que también desde esta lengua”, piensa el escritor.

Entre las milpas

Enriqueta Lunez nació en el municipio de San Juan Chamula, Chiapas, una comunidad ubicada en la parte alta de esa región. Alrededor del 90 % de sus habitantes hablan la lengua tsotsil; el restante habla otros idiomas del mismo estado o español.

Cuando era niña –recuerda nostálgica– corría por los campos entre las milpas, una característica que actualmente ya no se encuentra en su lugar de origen, debido a que hoy hay muchas edificaciones y la arquitectura de la comunidad ha cambiado debido a múltiples factores, entre ellos la migración.

Escribir en una lengua originaria es contar la historia y devolver la memoria colectiva, explicó Enriqueta Lunez. “Se trata de hablar de nuestra memoria que se ha construido en comunidad, con elementos simbólicos que nos caracterizan con una cosmogonía”.

Por ejemplo, la lengua se transmite de forma colectiva, y si perdiera su funcionalidad se generaría una fuerte ruptura. En este caso la lengua tsotsil, al tener una raíz fuerte se sigue transmitiendo a las nuevas generaciones y perduran los conocimientos de la gente mayor.

La riqueza cultural de un estado, comunidad o país se encuentra en esta diversidad lingüística de cómo se nombran las cosas y el significado que tienen.

Por su parte, “la poesía puede regalarnos momentos suaves con un lenguaje rítmico y sencillo. Es como abrir una cajita y volver a ésta varias veces para encontrar muchas sorpresas”.

Toda lengua es importante y estamos en un momento en el que hay lenguas a punto de desaparecer, y esto no debería pasar. “Es real que los hablantes tenemos mucho que ver para que estas lenguas se mantengan”.

Enriqueta Lunez afirma que ella no descubrió la poesía, sino que ésta la descubrió a ella a través de la nostalgia. Cuando fue a estudiar a la Universidad Autónoma Indígena de México, en el ejido Mochicahui, en Hermosillo, y estaba lejos de su tierra, sus padres y su paisaje sintió nostalgia.

De hecho, fue hasta los 20 años que empezó con los primeros poemas como tales. Al principio no se aceptaba como poeta, le era complicado decirlo y piensa que todavía se está construyendo por ese camino.

Así, surgió una nostalgia o necesidad de describir su vida y las personas clave en ella. Primero empezó en español y después en su lengua original, que fue uno de los principales retos.

Sin embargo, piensa que su historia en la escritura es muy joven, por lo tanto apenas está aprendiendo de forma escrita su lengua. Otro de los retos es construir espacios en donde los jóvenes o personas hablantes puedan leer desde el subsidio.

Es necesario que las instituciones educativas culturales vean la importancia de enseñar y promover espacios para fortalecer todas las lenguas.

El Festival de Poesía es uno de los espacios donde hay la oportunidad de conocer los ritmos en otros idiomas, esa riqueza sonora que tienen, por ejemplo, las lenguas maya, tsotsil o náhuatl. Sobre todo, el respeto que cada lengua merece y seguir cultivándolas.

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