21 de septiembre, en la Carlos Chávez

Carlos Prieto, un chelista mexicano de calidad excepcional

Su instrumento, tres veces centenario; un objetivo del músico, ampliar el repertorio para violonchelo

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Tanto que admirar en Carlos Prieto: sensibilidad interpretativa; fascinante ejecución del violonchelo; cultivo de la amistad con célebres escritores latinoamericanos; encantadora forma de viajar por los aires en compañía de su mejor amigo y confidente: un Stradivarius fabricado en Cremona, Italia, en 1720.

Respecto a su entrañable y tres veces centenario instrumento hace un poco de historia: “Un viernes santo de 1887 se ocuparía este mismo violonchelo –que hace 40 años adquirí de una manera un tanto fortuita– en el estreno de una obra del compositor Joseph Haydn en la Santa Cueva Cádiz, en España. Es un instrumento protagonista de innumerables aventuras. En 1901 habría de llegar a las manos del sobrino nieto de Felix Mendelssohn, quien no fue precisamente un habilidoso chelista.

“Muchos años después un laudero francés se haría de este mismo chelo tan valioso en muchos sentidos. Fue en 1979, luego de una gira por Nueva York y Europa, que lo visité para conocer esa joya de instrumento del que un amigo de la familia me había hablado, despertando en mí interés y curiosidad. Al tenerlo frente a mis ojos de inmediato me enamoré de su profunda sonoridad.”

El intérprete no lo pensó mucho y lo intercambió por el violonchelo que hasta entonces usaba en sus conciertos. Carlos Prieto y el posteriormente bautizado por su esposa como Chelo Prieto son uno extensión del otro e inseparables. Los nutre el deseo de hacer música juntos.

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Próximos conciertos

El maestro anunció sus próximos conciertos durante los meses de septiembre y octubre en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario. “El 21 de septiembre me presento con el venezolano William Molina, primer chelista de la Orquesta Sinfónica de Minería. Cada uno de nosotros tocaremos por separado una de las suites de Bach, y juntos haremos la Suite para dos violonchelos, del compositor mexicano Samuel Zyman, obra que nos dedicó a mí y a mi amigo Yo-Yo Ma.

“La última presentación será el 5 de octubre, me acompañará el pianista Edison Quintana. Vamos a interpretar la Sonata no.3 para piano y chelo, de Ludwig van Beethoven, además Bachriación, de Eugenio Toussaint; Viajando con chelo, obra de Juan Pablo Contreras; Canción en el puerto, de Joaquín Gutiérrez Heras; y El gran tango, de Astor Piazzola. Nos gustaría mucho que el público universitario se diera cita en ambos conciertos.”

El pasado 7 de septiembre, el violonchelista ofreció un primer concierto en la UNAM, en el que además de tocar dos suites de Bach, donde nuevamente mostró su alta calidad interpretativa, habló acerca de una nueva edición de su libro Las aventuras de un violonchelo. Historias y memorias, reeditado por el Fondo de Cultura Económica, y que le llevó 11 años concluirlo.

Ahí mismo reiteró lo que un par de días antes dijo durante una entrevista: “Pronto me percaté de lo escaso que era el repertorio musical para el violonchelo, así que me di a la tarea de enriquecerlo y, progresivamente, fui encargando a compositores mexicanos, primero, y luego a latinoamericanos y europeos, un material exprofeso para darlo a conocer en mis diferentes presentaciones alrededor del mundo”.

Dichoso de contar extractos de algunas de las aventuras de su singular instrumento, Prieto nos deja sentir lo mucho que lo alegra compartir la música barroca y clásica, que invariablemente incluye en sus programas, y en los que de forma natural articula la belleza en busca del goce estético de sus escuchas.

Reconocido con la Orden de las Letras y las Artes en el grado de Oficial de Francia, la Encomienda de la Orden del Mérito Civil otorgada por el Rey de España y la Medalla Pushkin otorgada por el presidente de Rusia, Carlos Prieto no se detiene en la misión que él mismo se ha fijado: enriquecer el repertorio del violonchelo, como recientemente lo ha hecho con obras de compositores cubanos como Leo Brouwer, quien le dedicó una suite para dos violonchelos y dos guitarras que pretende estrenar en México el próximo año.

Foto: Barry Domínguez.
Foto: Barry Domínguez.
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