Celebran desde la UNAM 80 años de la relación México-Canadá

Este evento académico es prueba de que la producción de conocimiento afianza las relaciones bilaterales, destacó Graciela Martínez-Zalce

Miguel Armando López Leyva, Graeme C. Clark y Graciela Martínez-Zalce. Foto: Francisco Parra.
Más allá de las relaciones diplomáticas, México y Canadá comparten una comunidad de valores que los unen, como su preocupación por los pueblos originarios, por la diversidad e inclusión, o el cambio climático, coincidieron expertos reunidos en el seminario internacional México y Canadá: 80 años tendiendo puentes a través del gobierno, la sociedad y las artes.

Miguel Armando López Leyva, coordinador de Humanidades de la UNAM, destacó que el encuentro, organizado por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), además de conmemorar 80 años de relaciones diplomáticas que suponen espacios internacionales, regionales y trilaterales de una relación bilateral también permite una reflexión sobre las aristas de esta amistad y sus comunidades ya sea de alumnos, turistas, empresarios o trabajadores.

“Nuestra Universidad, como espacio de creación del conocimiento, se ha acercado a la comprensión de estas lógicas al identificar la necesidad de comprender con profundidad a América del Norte, en particular a Canadá, y por ello la importancia del CISAN que ha alimentado, desde su formación, una perspectiva internacionalista integral, necesariamente interdisciplinaria”, comentó el funcionario.

Graciela Martínez-Zalce, directora del CISAN, añadió que este 2024 la entidad a su cargo celebra 35 años de su creación, y desde ese tiempo se han realizado estudios trinacionales, revisando no sólo la relación de México con EE. UU. o Canadá, sino también se impulsan trabajos que permitan reconocer a América del Norte como una región.

“Eso habla de otra parte importante de la diplomacia que es la académica, generar conocimiento mutuo para eliminar los estereotipos y generar conocimiento interdisciplinario, porque los estudios regionales abarcan desde arte hasta financiación, pasando por seguridad nacional o comunidades sociodigitales. El Seminario es prueba de que la producción de conocimiento afianza las relaciones bilaterales”, comentó la también investigadora.

A su vez, Graeme C. Clark, embajador de Canadá en México, subrayó que las relaciones entre instituciones e individuos es parte del tejido que hay entre ambas naciones, lo cual se comprueba con las múltiples celebraciones que tienen, pues además del 80 aniversario de relación diplomática, en 2024 también se cumplen 50 años del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT), 30 años del TMEC, 20 años de la Alianza México-Canadá.

“Lo más importante es que México y Canadá tenemos una comunidad de valores. No somos iguales, somos diferentes, historias distintas, pero en cierta medida hay varias cosas que nos unen y no es sólo la obsesión de lo que ocurre en Washington. Hay una comunidad de valores, por ejemplo, preocupación por los pueblos originarios, por diversidad e inclusión, por el cambio climático, es decir, si uno se enfoca en valores compartidos hay algo que tenemos en común, que debemos fortalecer y cultivar”, expresó.

Vía remota, desde Montreal, Carlos Joaquín González, embajador de México en Canadá, agregó que desde hace ocho décadas ambas naciones han tenido una relación que no sólo es de amistad, sino de cooperación y entendimiento mutuo que trasciende la geografía.

“En 80 años hemos visto como nuestra colaboración ha crecido, diversificado y creado oportunidades en el crecimiento económico, la innovación y el desarrollo social en ambos países”, reflexionó.

Los trabajos del encuentro dieron inicio con la conferencia magistral Anthropocene pasts and futures, in Canadian and Mexican art history, impartida por Johanne Sloan, de la Universidad Concordia, quien mostró cómo existen múltiples expresiones de arte que revelan paralelos históricos y narrativos.

Parte de estos paralelismos, explicó, están en la expresión del nacionalismo, como lo hizo en su momento José María Velasco en sus majestuosos paisajes, como Vista de los volcanes (1887), mientras que Lawren Harris hizo lo propio con obras como Lake Superior (1923). Representan la esencia del orgullo de cómo las dos naciones pudieron convertirse en estados cada vez más fuertes.

“El Antropoceno ha hecho posible y necesario revisitar nuestro pasado y, de alguna manera, repensar la forma en que expresamos nuestra nacionalidad e historia”, reflexionó la investigadora.

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