La UNAM opera un Centro Regional de Seguridad Hídrica auspiciado
por la Unesco

En el mundo funcionan sólo 36 Centros de Seguridad Hídrica; uno se ubica en México, y es operado en la UNAM como parte la iniciativa dentro de la llamada Familia del agua de la Unesco.

La UNAM opera un Centro Regional de Seguridad
Hídrica auspiciado por la Unesco

En el mundo funcionan sólo 36 Centros de Seguridad Hídrica; uno se ubica en México, y es operado en la UNAM como parte la iniciativa dentro de la llamada Familia del agua de la Unesco.

Por Rafael López

El agua, ese recurso vital para la vida del género humano y del planeta, ha sido una prioridad en la comunidad internacional de los tiempos modernos, aunque no se ha visto reflejada en las agendas deliberativas, como otros temas de interés multilateral (el cambio climático, la carrera armamentista o la lucha contra el hambre).

Con el propósito de trazar un panorama de los esfuerzos de las naciones por alcanzar acuerdos en esta materia, Jorge Alberto Arriaga Medina, coordinador ejecutivo de la Red del Agua UNAM, aportó fechas y datos al respecto.

Desde 1956, desde el foro de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se pide evaluación internacional de los recursos hídricos, debido que se conocía de cuánta agua se disponía, quiénes la poseían, cómo podría ser distribuida y cuáles eran los sistemas de gobernanza.

Con esa premisa se inician los trabajos y se elaboran varios reportes dentro de la ONU, en particular en el Consejo Económico y Social (ECOSOC, por sus siglas en inglés), donde se establece la necesidad de abordar el tema específico del agua.

Con las conclusiones de los primeros trabajos, se genera la idea de organizar una conferencia específica de la ONU sobre el apreciado recurso en Mar del Plata, Argentina en 1977. “Fue la primera y la última conferencia de la ONU a ese nivel de decisión”, indicó el internacionalista.

El objetivo se dividió en: 1) delinear perspectivas sobre el manejo de recursos hídricos; 2) detectar problemas; 3) vislumbrar opciones de política hídrica.

La conferencia de alto nivel de la ONU sobre el agua de 1977 en la que participaron 116 gobiernos concluye con un Plan de acción que ha sentado las bases de la política hídrica internacional donde se destaca la probable crisis que se podría presentar a futuro.

“Desde entonces se alertó sobre la problemática del recurso y se formularon propuestas aunque no en el nivel resolutivo de una conferencia de la ONU. No obstante, La discusión se abordó en pequeños foros regionales y también se abrieron las puertas a la sociedad civil y a la academia.

Además, el tema del agua se ha incorporado a diversas agendas internaciones. Por ejemplo, aparece en uno de los ocho objetivos de la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas del año 2000. En dicha reunión, líderes de 189 naciones se comprometieron a llevar a cabo tales objetivos cuyo número siete, llama a garantizar la distribución de agua potable y saneamiento para toda la población.

No obstante, advirtió, Arriaga Medina, también integrante del Centro Regional de Seguridad Hídrica auspiciado por la Unesco, “en los citados objetivos sólo tiene el carácter de meta.

“Cuando la comunidad internacional se percata de que los objetivos de desarrollo del milenio no se cumplen, se aplazan las metas hasta 2030 y se crea, por primera vez en la historia, el concepto ‘objetivo’, que corresponde al 6 de la Cumbre del Milenio: Agua limpia y saneamiento”.

De acuerdo con el universitario, el aplazamiento fue blanco de comentarios. “Al tiempo que resaltan sus ventajas, se crítica su deslinde de los objetivos medioambientales. Parecía que se intentaba tratar el agua en una línea segmentada donde sólo se la concibe en términos de agua potable y saneamiento; es decir, llevar agua a las poblaciones a través de tubos, olvidando la perspectiva integral.

“Quienes sostienen la perspectiva ‘segmentada’ no consideran que unidos a los objetivos de Desarrollo sostenible se encuentran los cinco principios más importantes de la Agenda 2030: universalidad, integralidad, interconectividad, invisibilidad e inclusividad; es decir, no se pueden cumplir los objetivos de desarrollo sostenible sin cumplir lo principios.

“Aún más, el tema se conecta con otras agendas; por ejemplo con la del clima o la de alimentos. Cabe señalar que más del 70 por ciento del agua del planeta se destina a la agricultura, y si se relaciona con la energía, se debe hablar del nexo energía-agua-alimentos.

“De tal manera que contar con un objetivo de desarrollo sostenible, específico al agua, es considerado por los expertos como un gran logro, toda vez que proporciona más claridad respecto de las metas y objetivos a cumplir por la comunidad internacional” resaltó Arriaga.

Dentro de los esfuerzos para alentar los acuerdos internacionales, destaca UN Water, un organismo creado en la ONU en 2013 para facilitar la comunicación entre los departamentos de la ONU relacionados con temas de agua.

“En 1975 había operado el Programa Hidrológico Internacional que cambio su denominación a Programa Hidrológico Intergubernamental. El cambio tiene un significado definitivo: de connotar que participa la comunidad internacional, a que sólo participan los gobiernos, los que asumen compromisos frente a sus poblaciones.

“México participa en esa iniciativa dentro de la llamada Familia del agua de la Unesco, mediante el trabajo del Centro de Seguridad Hídrica para América Latina y el Caribe, categoría 2.

“Surgió a iniciativa del gobierno mexicano acompañado de dos entes: el Instituto de Ingeniería de la UNAM y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. Tras un periodo de negociaciones, en 2018 la Organización de las Naciones Unidos a través de la Unesco aprobó su operación y desde entonces se generan alianzas en Latinoamérica y el Caribe para acelerar el cumplimiento del acuerdo del desarrollo sostenible”, precisó Arriaga Medina. “En el mundo funcionan sólo 36 centros de estas características y uno se ubica en México, operado en la UNAM]”, añadió.

En el seno de la ONU y del Programa Hidrológico Intergubernamental, actualmente hora se discute la novena fase; es decir, el plan de trabajo del periodo 2022-2029 referente a los recursos hídricos.

En la perspectiva del universitario resulta de la mayor importancia ya que “participan 169 Estados, los que alientan el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos. De hecho celebrar el Día Mundial del Agua es en gran medida iniciativa del Programa.

“Este año la celebración se ha orientado a visibilizar ‘El valor del agua’ que no sólo significa el valor económico sino el cultural, el espiritual, en suma, los valores asociados a las personas. En diferentes contextos, el agua tiene un valor distinto”, indicó el especialista.


La discusión del Programa Hidrológico Intergubernamental gira en torno de las acciones de los países para hacer un mejor uso de los recursos hídricos bajo cinco grandes puntos.

  • I. Promover la investigación científica y la innovación. Se tiene la certeza de que a pesar de los grandes recursos que se han invertido todavía no se cuenta con la información necesaria para la mejor toma de decisiones.
  • II. Educación en la IV Revolución Industrial. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) han sido incorporadas al sector hídrico, por supuesto, pero no del todo a la educación.
  • III. Reducir la brecha de datos y conocimiento. En ocasiones la información no es utilizada en la toma de decisiones. Se busca fortalecer las llamadas interfaces ciencia-política, ciencia–sociedad y sociedad-política donde el conocimiento generado es utilizado por la sociedad y por las áreas de los tomadores de decisiones para hacer una mejor gestión del agua.
  • IV. Gestión inclusiva del agua bajo las condiciones del cambio global relacionado con el riesgo y la agenda de cambio climático. Se tiene conocimiento del aumenta de los fenómenos hidrometeorológicos extremos a partir de la intensificación del cambio climático.
  • V. Gobernanza del agua. Se ha reportado mala gobernanza del agua y en el plano internacional se mantiene un sistema de exclusión.


Finalmente, el universitario señaló que es necesario establecer compromisos para dar un peso específico a la gobernanza del agua, sobre todo la transfronteriza. “México comparte intereses en la materia con Estados Unidos, y Guatemala y Belice, pero es necesario recolocar el papel de la seguridad hídrica como transversal en la agenda”, concluyó.