Christopher Tolkien, clave para la difusión de El Señor de los Anillos

El hijo de JRR Tolkien murió a los 95 años de edad; logró mantener la integridad moral de la obra de su padre y popularizarla en el mundo, asegura José Ángel Garfias, especialista de la FCPyS en literatura fantástica

Para hablar de Chistopher Tolkien, habría que recordar a su padre, autor de El Hobbit, El Señor de los Anillos, y varias obras más que conjuntan una obra con mitología y épica propias, señala el doctor José Ángel Garfias, especialista en literatura fantástica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

A Tolkien, el padre, mucha gente lo conoció por las películas, mismas que están basadas en el universo del Señor de los Anillos. JRR Tolkien murió en 1973 y fue hasta el año 2000 que se estrenó una de estas grandes producciones.

Christopher Tolkien fue la clave para que la obra de su padre se difundiera y conservara, cuando muere el escritor, él no confiaba en que iban a respetar su obra, y su hijo la preservó como el autor la hubiera hecho, y creo que, a partir de sus manuscritos y la relación de su padre, divulgó la obra. El padre era muy receloso con la obra, y el hijo la supo conservar íntegra y a la vez explotarla, no en el sentido comercial, sino de una forma muy valiosa. Él con el nombre de Tolkien, podría haber hecho sus propias obras, pero podría ser que, o no tenía el talento, o no quiso aprovecharse del nombre de su padre.

Después de su muerte, quedaron muchos manuscritos sueltos, obras inconclusas, y la labor de Christopher Tolkien fue mover ese material; incluso, hizo posibles las películas por ser heredero de los derechos de autor, si bien como creativo no aportó mucho más que las correcciones al borrador, sí consiguió que la obra se difundiera.

La importancia literaria

Tolkien, el padre, como filólogo, hizo lenguajes para sus personajes, tiene una labor de investigación, de construcción y producción, notable, pudo haber escrito mucho más de lo que nos dejó, de hecho, nos dejó con muchas ganas de más. Pero estos borradores fueron rescatados por Christopher y encontró la forma de no cambiar el sentido de la obra, señala el doctor Garfias.

“En algún momento hubo un desprecio de la obra por ser fantasía, pero ahora se ha revalorado. Quizá no como algo sublime en la literatura, pero sí con el lugar que merece y con un modelo que después todos quisieron imitar”, apunta.

Tolkien construye una mitología, todo producto creativo tiene que crear su propia mitología, como Game of Thrones, o Witcher, pero la de Tolkien es clásica y sienta bases de todo lo imaginario en la fantasía, hasta hay un proyecto de sacar una serie en este universo.

Para empezar a leer a Tolkien

Para empezar a leer a Tolkien habría que leer al Hobbit, comenta José Ángel Garfias: él mismo lo veía como cuento para niños, tiene ese estilo de la travesía del héroe, y el error de las películas fue hacer tres de un libro que es mucho más corto que El Señor de los anillos. Hay que empezar con ese, y luego con la trilogía, después ya con cosas más complejas, como El Silmarillion, o los textos que recuperó Christopher.

Es un error considerar la literatura de Tolkien como literatura para niños. Aunque el Hobbit empezó en ese terreno, luego se fue a lo épico, y de allí su trascendencia. Hubo escritores de la época como Lewis, con las crónicas de Narnia, que sí se quedan más en el terreno de la literatura infantil y juvenil.

Christopher Tolkien fue clave para que la obra de su padre se difundiera, muchos años después de muerto JRR Tolkien, y nos creó ese universo imaginario que no sería posible sin la labor de Christopher Tolkien.

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